"Debe haber muchas propiedades emocionantes en la materia que desconocemos porque no tenemos forma de conocerlas. Sin embargo, con lo que tenemos, ¡qué riqueza! La aumento cada vez que voy a la montaña: el ojo ve lo que no había visto antes o ve de una forma nueva lo que ya había visto. Y lo mismo con el oído y los demás sentidos. Es una experiencia que crece; los días ordinarios aportan lo suyo y, de vez en cuando, impredecibles e inolvidables, llegan los momentos en los que el cielo y la tierra se desvanecen y ves una nueva creación. Los numerosos detalles -un trazo aquí, un trazo allá- quedan por un instante perfectamente enfocados y puedes por fin leer la palabra que estaba allí desde el principio".
"He logrado salir del cuerpo y entrar en la montaña".
Los textos proceden del maravilloso libro de Nan Shepherd La montaña viva, traducido por Silvia Moreno Parrado y publicado por Errata naturae en 2019.