[ I ] Erri De Luca nació en Nápoles el 20 de mayo de 1950. En 1968 se trasladó a Roma donde se unió al movimiento político Lotta Continua. Sobre esta época ha escrito, con Paolo Castaldi y Cosimo Damiano Damato, el comic L' ora X. Una storia di Lotta Continua (Feltrinelli, 2019), no traducido al castellano.
Ha sido trabajador en FIAT, albañil, conductor de camiones para trasladar ayuda humanitaria a Bosnia, cooperante en Tanzania, alpinista, traductor, procesado por su defensa de los ambientalistas del Valle de Susa, lector. Y, claro, escritor, un escritor que ya es un clásico, uno de los grandes de la literatura mundial, a pesar de que haya dicho en ocasiones que en esa tarea se siente “un intruso” y que para él “escribir es una fiesta, no un trabajo”[1].
Como autor de una amplia obra literaria ha recibido premios tan prestigiosos como el Leteo, el France Culture, el Femina Étranger, el Petrarca o el Europeo de Literatura.
En España sus libros empezaron a publicarse a partir del año 2000 por editoriales como Akal (con traducciones de César Palma) y Siruela (con traducción de Carlos Gumpert, que es también quien está traduciendo las obras que ahora publica en Seix Barral). Esta editorial, además de publicar sus libros más recientes -Los peces no cierran los ojos, El crimen del soldado, Historia de Irene, La palabra contraria, La natura expuesta, Imposible y la que hoy presentamos, A TAMAÑO NATURAL-, así como su Poesía completa, que recoge poemarios escritos entre 2002 y 2014, también ha recuperado algunas de sus primeras obras, descatalogadas por las editoriales en las que vieron la luz en nuestro país: Aquí no, ahora no, Tú, mío (que fue editada por Muchnik con traducción de Juan Carlos Gentile Vitale), Montedidio, El contrario de uno, Tres caballos y El peso de la mariposa.
Erri de Luca tiene también una vena que, por ahora y entre comillas, conceptualizaré como “religiosa” y que luego matizaremos. El resultado es una fascinante serie de siete libros de los que los dos primeros publicados en español fueron La urgencia de la libertad (editado por Abada con traducción de Juan Barja) y En el nombre de la madre (en Siruela, traducido por el ya citado Carlos Gumpert), y los siguientes por la editorial Sígueme: Hora prima, Penúltimas noticias acerca de Yeshua/Jesús, Las santas del escándalo, Y dijo, con traducción de Luis Rubio Morán, y Hueso de aceituna, traducida por Jorge Sans Vila.
Podría parecer que tienen mucho para elegir, pero ya les digo que no es así: todas estas obras son absolutamente recomendables.
Creo que en el transcurso de esta conversación comprobaremos que no es posible simplemente elegir alguna de sus obras; que existe un “territorio Erri de Luca” en el que unas obras conversan con otras, unas nos llevan o nos remiten a otras.
Empiecen por alguna de ellas y, estoy seguro, seguirán con las demás.
A TAMAÑO NATURAL es una buena opción para empezar. Compuesto por nueve textos y un esclarecedor prefacio, es un libro en el que aparecen, con mayor o menor amplitud, muchos de los temas que perimetran o configuran el territorio narrativo de Erri de Luca. O no tan buena, si tenemos en cuenta que incluye la reescritura completa de El crimen del soldado, publicada por Seix Barral en 2013; creo que antes de leer la nueva versión es recomendable haber leído la primera.
[ II ] “El futuro de un río no está delante, en el mar hacia el que se dirige, sino en su fuente en su origen”[2]. Lo dice en una entrevista reciente, pero lo escribió también en Y dijo: “Quien contempla un río repara en el cauce por donde discurre, se fija en la dirección de la corriente. Pero el futuro de un río está en su fuente”. Me parece encontrar en esta reflexión una clave fundamental de su escritura, no sé si me atrevo a decir que también de su vida.
Su origen, tal vez mejor, sus orígenes, son para Erri de Luca muy importantes. Su origen napolitano, en primer lugar, reflejado con tanta sensibilidad en su primera novela Aquí no, ahora no, y en otras que la siguen como Montedidio, Tú, mío, El día antes de la felicidad o Los peces no cierran los ojos. Recuerda al neorrealismo de Visconti, Rossellini, Lattuada, Zampa o Fellini. “Amé ese cine de artesanos excelentes que en el momento justo adquiere la intensidad del arte”, declara el protagonista de esa última novela. También en A TAMAÑO NATURAL hay dos breves relatos, “Lecciones de economía” y “Los olvidaba yo también”, en los que recuerda su infancia y adolescencia en Nápoles.
Se trata de una fuente que no deja de alimentar su vida y su escritura. Pero ese origen no le encierra, no le limita, le proyecta, como ese río que nace en una fuente montañosa pero no se estanca, sino que se precipita hacia el mar. En muchas entrevistas se declara como “un ciudadano del Mediterráneo, un meridional del mundo”[3], evocando esa “mediterraneidad” a la que se acogía Albert Camus[4]. Y en Hora prima se describe a sí mismo, por napolitano, como “un compendio de sangres”.
[ III ] En A TAMAÑO NATURAL reivindica la urgencia de reforzar el pasaporte Nansen, concebido tras la Primera Guerra Mundial por Fridtjof Nansen, afamado explorador noruego y Alto Comisionado para los refugiados de la Sociedad de Naciones; mediante este documento se buscaba la protección de las personas apátridas y refugiadas, facilitando su libertad de movimientos entre los Estados. Definiéndose como “europeísta radical”[5], crítico con el Brexit, partidario de profundizar en la unidad europea desde una perspectiva federal, la cuestión migratoria es una preocupación muy presente en su obra, también en su vida. “Invencibles, para nosotros, son los migrantes. Los que atraviesan el mundo a pie y no se detienen por ninguna expulsión, por ningún naufragio, por ningún campo de concentración que nosotros llamamos Centro de Permanencia Temporal”, escribe en Quijote y los invencibles. «El Mare Nostrum ha dejado de ser sólo nuestro y ahora es también de los inmigrantes que han muerto en él»[6].
La Fundación Erri de Luca[7], impulsada por el autor a partir de 2011, desarrolla iniciativas como la denominada “Pasto sospeso”, comida “pendiente” o “suspendida”, una buena práctica de mutualismo y hospitalidad dirigida a los migrantes en tránsito, especialmente a quienes viven en condiciones de pobreza[8]; o como las becas "Migrante", para apoyar a jóvenes inmigrantes que pretendan realizar estudios universitarios. También tiene experiencia a bordo de barcos de Médicos Sin Fronteras destinados a socorrer a migrantes náufragos[9].
[ IV ] Publicó su primer libro en 1989, cuando tenía casi cuarenta años. Publicó por casualidad, ha dicho[10]. No mandaba sus escritos a las editoriales. Si no estoy equivocado, fue una amiga suya que trabajaba en la editorial Feltrinelli la que le animó a hacerlo. Por favor, dele las gracias de parte de sus lectoras y lectores.
Ha dicho en muchas entrevistas -y se lo hace decir al narrador de Historia de Irene- que recopila historias, que no las inventa. Se asemeja más a un espigador que a un sembrador. En una entrevista: “No invento, no. Porque soy vago. No me quiero poner a pensar historias, personajes… Soy un narrador de historias que ya están hechas. En general parten de un recuerdo”[11]. Yo interpreto estas palabras como un ejercicio de traviesa provocación por su parte. Porque también he leído que escribe cada libro a mano ¡tres veces! Esto es algo más que espigar. No sé si Erri de Luca es un inventor, pero desde luego sí es un obrero de la construcción de historias. No sólo las recoge, las trabaja concienzudamente.
Lo cierto es que en muchas de sus obras el protagonista o, cuando menos, el narrador, es él mismo. Su vida, por lo que podemos saber a través de las entrevistas que le han hecho, se filtra en las historias que narra con una asombrosa naturalidad. Como cuando en Adelfa, arco iris, habla de la mesa de madera que construyó usted mismo y sobre las etiquetas de vinos ya bebidos pegadas en las paredes de la cocina (yo he visto esa fotografía), o su experiencia africana reflejada en algunos de los relatos de El contrario de uno. Pero hay una gran diferencia entre hacer crónica histórica o autobiográfica y hacer literatura.
“Un escritor se forma leyendo un camión de libros, mirando por la ventana y escuchando las historias de los viejos”, ha dicho en alguna ocasión[12]. Entre sus influencias o referencias se encuentran Amos Oz, el poeta de Sarajevo Izet Sarajlic (Seix Barral ha publicado, con un prólogo suyo, una antología titulada Después de mil balas), Brassens, Rilke, Babel, Brodsky, Neruda, Borges, Lorca, Wislawa Szymborska, Orwell, cuyo Homenaje a Cataluña le convirtió en anarquista, según dice en La palabra contraria. Y El Quijote, claro.
Ha señalado en diversas ocasiones que la literatura tiene “la tarea exclusiva de acompañar y entretener al lector”[13]. Sin embargo, su literatura tiene un componente ético esencial. No es solo buena, excelente literatura, no solo acompaña y entretiene; es también interpelación cívica, una llamada a la reflexión moral y política. A mí, personalmente, me remueve, me cuestiona, también me reafirma en algunas convicciones y me moviliza.
Una de las características más distintivas de su escritura es, así lo creo, la sobriedad. Su prosa es minuciosa, pulcra, compuesta de frases cortas, engarzadas de tal forma que, con una aparente simplicidad, acaban conformando textos de una gran densidad. “Yo tampoco tengo papilas gustativas para los superlativos, conmigo se desperdician”, escribe en el relato “Lecciones de economía”. También hay sobriedad en sus personajes. En La natura expuesta el protagonista escribe: “Tengo más de lo necesario y si me falta algo, no me doy cuenta”. Como la hay en su propia vida. En ese relato titulado “Lecciones de economía” agradece a sus padres haber recibido de ellos “la mejor escuela de economía, hacer que a uno le baste lo que tiene”.
Sobriedad estilística y existencial van, creo, íntimamente unidas. No escribiría como lo hace si no viviera tal y como vive.
[ V ] A TAMAÑO NATURAL se presenta como una serie de “historias extremas de padres e hijos”: la relación entre el pintor ruso Marc Chagall y su padre, la dramática prueba de Abraham y su hijo Isaac, pero también la del propio Erri de Luca y su padre. “La relación padre-hijo es una disputa entre un nudo y su disolución”, escribe.
La atadura, el nudo, es un tema central en este libro. La imagen de esa soga que une, que liga, que ata –a padres y a hijos, también a compañeros de militancia, también a quienes comparten una determinada época histórica. De maneras muy diversas.
En los relatos que componen este libro hay una hija presa y una madre muerta más unidas que nunca, nudos destinados al sacrificio que se desatan solos, una hija atada a un padre verdugo que no puede desatarse de él si no es asumiendo el riesgo de morir juntos, anudamientos voluntarios y disoluciones que desgarran tanto a quien la provoca como a quien la sufre...
Da la impresión de que no hay una sola forma adecuada de resolver esa disputa entre un nudo y su disolución, que cada persona tiene que ver cómo la afronta.
En su caso la disputa tuvo que ver con su abandono de la casa paterna, su deserción (como él la califica) a los 18 años. Esto supuso un profundo desgarro para su padre del que quedó como prueba física “una camisa suya desgarrada”. En otro momento del libro, otro desgarro simbolizará otro duelo de un padre, en este caso por la ejecución de su hijo, que decidió no impedir. Esa camisa desgarrada está en el origen de este libro.
“Escribo como si a mis espaldas estuviera mi padre”, dice en una entrevista[14]. Formando parte, como dice en este libro, de “una generación que se levantó contra los padres”, su experiencia bien pudiera ser la de toda una generación. Una generación con la que Erri de Luca se siente profundamente solidario.
“Carezco de fe, pero he admirado las vidas de los hombres que mantuvieron las promesas que hicieron en su juventud” (Adelfa, arco iris). “Yo me mantuve fiel a las razones de esa juventud a la que me adherí plenamente”, declara en una entrevista.
Desde esa fidelidad se entiende que en la página web de la Fundación Erri De Luca podamos encontrar digitalizados todos los números del periódico Lotta Continua además de otros textos producidos por esa organización en la que militó hasta 1976.
Su compromiso político es el tema de obras como Adelfa, arco iris, Tres caballos, imposible, y en varios de los relatos incluidos en El contrario de uno.
En A TAMAÑO NATURAL aparece en los textos titulados “Gracias” y “Una expresión artística” (“1968 fue el año académico del adoquín extraído de su sede y proyectado en vuelo”).
La suya, la de su generación fue, así parece, una militancia sin antecesores, que renegó de las fuentes de las que brotaba la política en aquellos años, incluso la política de izquierdas. La suya fue una ruptura total, un nudo desatado.
“Durante cierto periodo del siglo pasado, la juventud se dio una ley distinta a la establecida. Dejó de aprender de los adultos, abolió la paciencia”, ha escrito en El peso de la mariposa. Y en A TAMAÑO NATURAL escribe sobre “la insubordinación de una juventud que había dejado de ser dócil para entregarse a la crítica de toda autoridad. Instituciones, partidos, rectores, directores, bedeles, padres, magistrados, fuerzas públicas, jefes superiores de policía, comisarios, cualquier título de autoridad había sido negado”.
Entrevista a raíz de la publicación de uno de sus libros más políticos, Imposible: “La revolución fue, en efecto, la consigna y la fuerza impulsora de la historia del siglo XX. Cuando tenía veinte años, en los 70, el mundo estaba lleno de luchas armadas por la independencia de los imperios coloniales y las tiranías en todos los continentes. Yo formé parte de la última juventud revolucionaria. La palabra revolución en el sentido político se extinguió con el siglo, no deja herederos ni testamentos, ha agotado todas sus posibilidades”.
Sin fuente, ¿no hay futuro para la revolución? Y sin revolución, ¿puede haber futuro? Parece que sí, que puede haber futuro, si atendemos a lo que dice en su poema “La internacional”:
Murió entre los brazos. No volvió a ser cantada.
Pero si de noche un borracho la silba a los gatos,
si un viejo trompetista de taberna la toca
con todo el asma en los bronquios,
en ese momento resucitará.
[ VI ] En A TAMAÑO NATURAL escribe sobre la relación paterno-filial desde la experiencia de ser sólo hijo. “No soy padre. Mi semilla se reseca conmigo, no ha encontrado una manera de convertirse”, escribe en la primera página del libro. Un libro que termina recordando la historia de Janusz Korczak, director del Orfanato Judío de Varsovia, asesinado en Treblinka junto a los niños y a los empleados del orfanato: “Nadie lo llamó nunca papá. Actuó como padre, aunque no lo fuera”, escribe en el párrafo con el que finaliza esta obra. No es preciso ser padre biológico para comportarse como tal; no es la biología la que configura necesariamente el nudo paterno-filial.
La paternidad no biológica de Janusz Korczak me ha hecho recordar el relato “La falda azul”, incluido en su libro de 2003 El contrario de uno. Una joven colegiala –falda azul, camisa blanca, media, uniforme de colegio privado- se acerca cada tarde al local donde un militante de izquierda imprime con ciclostil, que aquí llamábamos “vietnamitas”, los boletines de su organización. En un cierto momento, el militante y la muchacha conversan sobre sus motivos para hacer lo que hacen. El primero se define como un revolucionario; la joven no se reconoce en esta etiqueta. Se produce entonces el siguiente diálogo:
“Si no eres una revolucionaria, Quién eres.
Una que ayuda a la justicia, que está de parte de la gente oprimida por las carencias y la prepotencia.
¿Entonces eres una que quiere ayudar al prójimo?
¿Pero es que tú no querrías ser por una vez el prójimo para alguien?
Aparte los ojos de ella, creo que me confundí con las manos”.
Es padre quien se comporta como tal. También existe una fraternidad no mediada por la biología y que se expresa en la forma de la projimidad. Es hermano, es hermana, quien se comporta como tal.
Erri de Luca siempre se ha empeñado en superar “la incapacidad de quitarse esa camisa de fuerza de ser solo espectador” a la que se refiere en Quijote y los invencibles. En trabajar la capacidad para sentir una cierta llamada. En su poema “El carpintero” escribe: “La historia sagrada es una antología de abrasados por una voz en llamas, / individuos descerebrados como contrapeso de masas de desvergonzados”.
También ocurre en la historia profana. Hay personas que escuchan una voz abrasadora que les confronta con la vergüenza de la pasividad y la indiferencia. Erri de Luca ha sido y sigue siendo uno de esos “descerebrados”.
Entre 1993 y 1997 colaboró con una organización católica que transportaba medicinas a campos de refugiados de la ex Yugoslavia precisamente por “un deber de fraternidad”. “Lo que contaba era estar allí, con la desgracia de los heridos”, escribe en su poema “Allos enfants”.
En abril de 1999 viaja a Belgrado. Esta vez lo hace solo porque, según dice, “no podía soportar que se bombardeara una ciudad”. Su ciudad natal, Nápoles, fue la ciudad italiana más bombardeada durante la segunda guerra mundial. El bombardeo aéreo de una ciudad es “el acto de terrorismo por excelencia”, ha declarado y escrito, refiriéndose a la destrucción de Guernica como el primer acto de esta historia de terrorismo moderno.
En septiembre de 2013 fue acusado de "incitar a delinquir", por su apoyo a la lucha NOTAV en Val di Susa, contra las obras de la línea de alta velocidad Turín-Lyon. Lo cuenta en La palabra contraria. Tuve ocasión de mostrar mi apoyo firmando el 18 de febrero de 2015 en la página iostoconerri.net.
Pero es que en estos meses pasados ha estado haciendo viajes a Ucrania transportando productos de primera necesidad con una furgoneta de segunda mano en compañía de un amigo jubilado.
No sé si es cosa de la época en la que vivimos, muy distinta de otras en las que los gestos de solidaridad de intelectuales como Sartre o Foucault con la llamada Boat People, las personas que abandonaban Vietnam tras la guerra buscando refugio, eran acontecimientos mediáticos, o si es una elección suya, pero me interesaría mucho saber por qué ha optado por esta forma humilde de fraternidad.
[ VII ] En el anteúltimo texto, titulado “Última historia” (aunque aún nos queda por leer una breve crónica sobre el ya citado Janusz Korczak), escribe sobre la que califica como “la relación más difícil”, la que vincula al Dios cristiano que decide que su único hijo nazca para morir ejecutado tras un suplicio atroz. Erri de Luca se compadece por ese padre desgarrado que ha optado por “beber junto con su criatura del jarro de la impotencia voluntaria”. Sorprende este giro en un relato tan conocido, a pesar de la secularización creciente. Ese padre voluntariamente impotente, desgarrado al contemplar la muerte de su único hijo.
Erri de Luca se ha definido en entrevistas y también en algunos de sus libros, como Hora prima o Hueso de aceituna, como “no creyente”, que no ateo. “Ateo es quien excluye la divinidad de su vida y de la de los otros. Como no creyente, yo excluyo la divinidad de mi vida, pero no de la de los demás. Si una persona tiene fe, lo que yo creo es que tiene una relación, una intimidad que yo no tengo, con la divinidad”.
Yo, que sí soy creyente, puedo confesar que sus escritos sobre temática religiosa son de una enorme profundidad.
[ VIII ] Las mujeres ocupan un lugar muy importante en su obra. Está Irene, esa fascinante niña que vive sola en una isla, que tiene los “ojos redondos de los peces” y una relación especialísima con el mar y con los delfines. Está la chica sin nombre de Los peces no cierran los ojos a la que el protagonista imagina (otra vez ese diálogo entre obras) “dedicada a proteger ballenas”. Está la Miriàm/María de En el nombre de la madre, “preñada de un ángel en adviento”, pecadora a los ojos de su sociedad, una de esas cinco Santas del escándalo –junto con Tamar la cananea, Rajab de Jericó, Rub la moabita, Betsabé esposada con un hitita- que conforman el tronco familiar de Jesús el de Nazaret; mujeres extranjeras o mujeres que, como María, “habían actuado con sus cuerpos contra los mandamientos y se habían convertido en madres de Israel”, en ascendientes de “un Mesías mestizo, no un purasangre” (Hueso de aceituna).
En A TAMAÑO NATURAL están la hija y la madre de “Gracias” y la protagonista de “El crimen del soldado”. La reescritura de El crimen del soldado, cuyo resultado es, en mi opinión, sorprendente, es el texto más extenso de los que componen el libro. Digo que me parece sorprendente porque en ella encontramos en lo esencial los hechos narrados en la primera versión, publicada por Seix Barral en 2013, pero como si estuviéramos observándolos desde un ángulo distinto. El cambio en la voz que cuenta la historia produce un efecto cinematográfico: son las mismas escenas, pero desde perspectivas diferentes.
Cuando en los anudamientos participan mujeres estos se resuelven de forma distinta a cuando los implicados son hombres. Es una forma de resolver esos anudamientos más abierta a la vida, a su prolongación.
[ IX ] Hablando de nudos… Erri de Luca empezó a escalar en la treintena. Cuando tenía 52 años apareció en las revistas especializadas tras completar la vía más dura de la Grotta dell’Arenauta di Sperlonga, un espeluznante techo calificado como 8b+ que sólo cinco personas antes que él habían logrado encadenar.
“Para las montañas que suba, le dije que evitara el verbo hacer. No hay que decir: ‘Ya tengo hechas esas’. De hacerlas ya se ha encargado el mundo" (Imposible).
Aunque la escalada y la montaña aparece en muchas de sus obras, es el tema específico de Tras las huellas de Nives. Un libro que empieza con un sentido reconocimiento de la tarea de los sherpas que acarrean el material de los alpinistas que sueñan con subir a las grandes cumbres del Himalaya. Ni siquiera los sherpas de altura, esos que también son alpinistas y cuyos nombres muchas veces se hacen famosos por protagonizar escaladas. No, los humildes, los que portan por unas pocas rupias los pesados equipajes de los escaladores. Obreros de la montaña, a partir de los cuales abre el libro con unas palabras que deberían resonar:
“Nuestro mundo se sustenta sobre los hombros del otro. Sobre niños que trabajan, sobre plantaciones y materias primas pagadas con calderilla: hombros de desconocidos sostienen nuestro peso, obeso en su desproporción de riquezas. Lo he visto”.
De nuevo esa perspectiva ética.
[ X ] “En contra de todas las evidencias del mundo, yo soy Quijoptimista” (Quijote y los invencibles). Y yo.
[1] Berna González Harbour, “Erri de Luca: albañil, activista, escritor y traductor del Antiguo Testamento”, El País, 9/01/2021. https://elpais.com/elpais/2021/01/07/eps/1610016782_742693.html
[2] Eugenia Zicavo, “Entrevista mano a mano con el escritor Erri De Luca”, Libroteca, 29/06/2018. https://www.youtube.com/watch?v=iecPcJo5ZsQ
[3] Los Inrockuptibles, “Entrevista a Erri de Luca”. Los Inrockuptibles, 21/04/2016. https://medium.com/los-inrockuptibles/entrevista-a-erri-de-luca-217927391268
[4] Herbert R. Lottman, Albert Camus, Taurus, 2006.
[5] Antonio López Hidalgo, Contar historias es una rara manera de ganarse la vida, Diario de Córdoba, 13/12/2016. https://www.diariocordoba.com/cultura/2016/12/13/erri-luca-contar-historias-rara-36736762.html
[6] Cristian Reino, “El Mediterráneo es también de las personas muertas en él”, Sur, 13/12/2016. https://www.diariosur.es/sociedad/201612/13/erri-luca-mediterraneo-tambien-20161213004505-v.html ; Redacción, “El Mare Nostrum es también de los inmigrantes que han muerto”, La Vanguardia, 12/12/2016. https://www.lavanguardia.com/vida/20161212/412566141132/erri-de-luca-el-mare-nostrum-es-tambien-de-los-inmigrantes-que-han-muerto.html
[7] Fondazione Erri de Luca. https://fondazionerrideluca.com/web/
[8] Italian Coalition for Civil Liberties and Rights, E”l gusto de la solidaridad: nueva campaña para dar de comer a inmigrantes y desfavorecidos en Italia”, Liberties, 7/02/2017. https://www.liberties.eu/es/stories/el-gusto-de-la-solidaridad-nueva-campana-para-dar-de-comer-a-inmigrantes-y-desfavorecidos-en-italia-sn-17663/36284
[9] Erri de Luca, “A bordo se sirven sonrisas”, El Español, 11/05/2017. https://www.elespanol.com/cultura/libros/20170510/214979099_0.html
[10] Berna González Harbour, op.cit.
[11] Los Inrockuptibles, op.cit.
[12] Antonio López Hidalgo, op.cit.
[13] Andrés Seoane, Erri De Luca: "Solo soy un redactor, los derechos de autor pertenecen a la vida", El Español - El Cultural, 16/05/2018. https://www.elespanol.com/el-cultural/20180316/erri-luca-solo-redactor-derechos-autor-pertenecen/292472493_0.html ; Andrés Seoane, Erri de Luca: "La literatura describe la vida, depende del lector elegir qué lado tomar", El Español – El Cultural, 13/11/2020. https://www.elespanol.com/el-cultural/20201113/erri-luca-literatura-describe-depende-lector-elegir/535698195_0.html
[14] Los inrockuptibles, op.cit.