sábado, 27 de junio de 2009

Proyecto Hombre: 25 años


Ayer, jornada de trabajo con Proyecto Hombre de Madrid, inicio de un intenso programa de celebración de su 25º aniversario.
Veinticinco años trabajando, desde aquellos tremendos años 80, años de pico y caballo desbocado, con decenas de miles de jóvenes de venas abiertas perdiendo la vida, hasta las nuevas situaciones de hoy y los nuevos perfiles de consumidores.
Mucho por hacer, todavía, en una sociedad que banaliza el consumo de drogas en las series para adolescentes.

¡Gracias y felicidades!

jueves, 25 de junio de 2009

Aprovechando que Kadaré pasa por Oviedo

(1) Frente a la experiencia colectiva de la mayoría de la ciudadanía vasca, que se ha ido liberando de toda veneración supersticiosa por el pasado (como recomienda Marx en su 18 Brumario a todo aquel que quiera emprender una revolución) y ha comprobado que es posible vivir sin que la tradición de todas las generaciones muertas oprima como una pesadilla el futuro de los vivos (otra vez Marx), hay quienes continúan prisioneros de la historia. Pero es una historia sagrada, mítica y mesiánica, que indefectiblemente habrá de realizarse según está escrito en el alma del Pueblo. Y el mito, concebido como "modelo ejemplar", exige su permanente recuerdo y actualización. El mito existe y actúa, por tanto, en la medida en que es recordado en la práctica, no como simple ejercicio de memoria, sino como actualización del pasado y anticipación del futuro (M. Eliade).

(2) Escribe Michael Ignatieff que si el pasado continúa atormentando tan ferozmente a los Balcanes es, precisamente, porque no es pasado, porque en aquella región del mundo el tiempo no se vive en un orden serial, sino en un orden simultáneo en el que pasado y presente se amalgaman indiferenciadamente. La misma idea es expresada por Robert Kaplan en aquel mundo, el tiempo está como encapsulado; en palabras de un ex ministro búlgaro: “Estamos totalmente sumergidos en nuestras propias historias”.

(3) En su hermoso libro Tres cantos fúnebres por Kosovo el escritor albanés Ismaíl Kadaré relata el drama de dos rapsodas, uno serbio y otro albanés, fugitivos tras la derrota sufrida en 1389 a manos del ejército otomano de una coalición cristiana integrada por serbios, albaneses y rumanos, y que a pesar de todo no pueden dejar de echarse mutuamente en cara viejos agravios: “Tanto el uno como el otro estaban cautivos de su pasado, pero ninguno podía ni quería liberarse de las cadenas seculares que los ataban”.

(4) Lo mismo puede decirse del MLNV, cautivo de un pasado bañado en sangre (propia y ajena). En estas circunstancias, como señala Juan Aranzadi, “la única «significación» de la violencia actual es que «rememora» el perdido sentido de la violencia pasada”. Pero es una significación poderosa. Pues "bastan unas gotas de sangre para contener en su interior toda la memoria del mundo" (Kadaré).
Convenientemente acompañada de un abigarrado conjunto de rituales colectivos, a menudo organizados en derredor del sufrimiento y de la muerte, esta permanente
educación sentimental se convierte en el soporte social, en la estructura de plausibilidad, de la visión nacionalista radical del mundo. De ahí la relevancia de analizar, en clave de recreación mistagógica, la dimensión litúrgica y ritual (con sus tiempos fuertes, con sus espacios mágicos, con sus hierofanías, con su santoral y sus objetos de culto) que configura y cohesiona la comunidad nacionalista radical posibilitando su existencia
paradójica, una existencia literalmente u-tópica y u-crónica, una existencia extemporánea, profundamente ajena a la realidad de la sociedad vasca actual.

(5) Me lo contaron hace algún tiempo; como me lo contaron, lo cuento. Se celebraba un encuentro internacional de pueblos minorizados. La práctica totalidad de asistentes pertenecían a movimientos de liberación africanos, asiáticos y latinoamericanos
procedentes de países sometidos a gobiernos autoritarios, embarcados a la fuerza en una feroz batalla por su supervivencia. En una de las jornadas intervino un representante de Herri Batasuna, en aquel momento parlamentario europeo, que ofreció su particular visión de la realidad vasca. Fue tal la intensidad de su exposición que al término de la misma uno de los participantes, un kurdo, le preguntó cómo hacían en el País Vasco para resolver el que para ellos era un enorme problema en su lucha contra la represión turca: conseguir repuestos para los tanques. De la respuesta del eurodiputado abertzale no sé nada.

miércoles, 24 de junio de 2009

¿Qué hay de nuevo viejo?

Sólo los rockeros llegan a viejos con envidiable juventud. ¿Son viejos los Rolling Stones, cargando a sus espaldas con un cuarto de siglo?
Paul McCartney escribió la canción When I'm sixty four (Cuando tenga 64 años) cuando él mismo tenía 16 años, si bien no fue hasta 1967 cuando su aparición en el album “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band ” la convirtió en una de las más conocidas del repertorio de The Beatles. Dedicada según parece a su padre, la letra deja bien a las claras qué es lo que McCartney pensaba que se podía hacer (y qué no) en la frontera de la jubilación:

Cuando me haga viejo y se me caiga el pelo
Dentro de muchos años
¿Seguirás enviándome una tarjeta el Día de los Enamorados?
¿Me felicitarás el cumpleaños con una botella de vino?
¿Aún me necesitarás?
¿Aún me alimentarás cuando tenga sesenta y cuatro años?
Podría serte útil, arreglaría los plomos cuando se fuera la luz
Tú podrías hacer punto junto al fuego
Saldríamos a pasear los domingos por la mañana
Cuidar el jardín, arrancar las malas hierbas
¿Quién puede pedir más?

Hay una anécdota que me parece de lo más interesante. Se dice que Paul McCartney se encontró en una ocasión con un músico que tocaba el piano en un hogar de la tercera edad. Este le dijo:
"Espero que no te importe, pero suelo tocar algunas de tus canciones y la más popular es When I’m sixty four. Solo que he tenido que cambiarle el título porque 64 años le parece una edad demasiado joven a mi público. Ellos ya no los cumplen. Así que canto When I’m eighty four (Cuando tenga 84 años)".
Y McCartney expresó así su punto de vista: "Si ahora escribiera esa canción, probablemente la titularía When I’m ninety four (Cuando tenga 94 años)".
Por cierto: el ex-Beatle cumplió los 64 el 18 de junio de 2006.

Viene todo esto a cuento del reportaje publicado hoy por EL PAÍS -"Demasiado viejos a los 35 años"- sobre la insidiosa discriminación laboral por razón de la edad.
Hay información abundante sobre esta cuestión. Destaco especialmente los trabajos impulsados por la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo (Eurofound). Yo mismo he trabajado esta cuestión en varios lugares. Es un problema que tira por tierra los hermosos discursos manageriales sobre las nuevas formas de gestión del trabajo.

El significado de ser mayor es relativo al momento histórico y a las condiciones en las que se ha sido joven. No es lo mismo ser mayor habiendo sido joven en 1920 que habiéndolo sido en 1960. Lo expresa perfectamente Pascal Bruckner:
“La edad ha dejado de constituir para nosotros un veredicto. No existe ya un umbral más allá del cual el ser humano quedaría fuera de uso, y cualquiera puede hoy en día volver a empezar su vida a los cincuenta o a los sesenta años, modificar el propio destino hasta los últimos momentos, contrarrestar la desgracia de la jubilación, que arrumba a personas intelectual y físicamente capaces”.

Sin embargo las grandes empresas, instituciones gobernadas gerontocráticamente, consideran a los trabajadores de 45 o 50 años older workers, trabajadores mayores. ¿Gestión inteligente del recurso humano? Despilfarro de experiencia, desprecio de know how...

martes, 23 de junio de 2009

El medio es el masaje

Las redes sociales son ya y cada vez lo serán mucho más, una herramienta útil e imprescindible para la acción ciudadana. Pensemos, simplemente, en lo que está ocurriendo en estos momentos en Irán.

Pero de ahí a sostener que "estas nuevas herramientas permiten a la ciudadanía de a pie una comunicación global y directa sin intermediarios ni control de flujos de información", posibilitando una Revolución 2.0, media un abismo.

Tampoco aquí vamos a encontrar esa comunidad ideal de comunicación habermasiana. El entorno digital no es ajeno a los males de la desigualdad de acceso y poder. Diga lo que diga Manuel Castells, la brecha digital -las brechas digitales- sí existe.

Hace ya unos bastantes años tuve ocasión de publicar en la revista TELOS un artículo que titulé Participación y democracia ante las nuevas tecnologías: retos políticos de la sociedad de la información. El debate, pues, viene de lejos.

Remitiéndome a Herbert Marcuse, debemos asumir que "el progreso técnico es una necesidad objetiva tanto para el capitalismo como para la emancipación". Pero no cabe aceptar acríticamente el discurso dominante sobre el proceso de innovación tecnológica. Y es que en demasiadas ocasiones la tecnología, con su enorme potencial transformador, se convierte en disculpa perfecta para dejar de pensar la sociedad y su aún mayor capacidad para convertirse en catalizador estructural de las consecuencias de esa misma tecnología

En una fecha tan temprana como 1963, en el transcurso de una conferencia de la Universidad de Barcelona, exponía Manuel Sacristán su reflexión en torno al potencial liberador de las técnicas de mecanización y de automatización, capaces de ayudar a superar "la irracionalidad estructural de la división del trabajo", pero advirtiendo de la falacia que supone pensar que el simple progreso tecnológico necesariamente va a desembocar en tal superación.

Por el contrario, en su opinión es más que plausible imaginarse, en la irracional sociedad capitalista, un uso irracional de las técnicas de racionalización del trabajo: "Imagínese que en una sociedad de este tipo irracional se renueva totalmente la técnica del proceso de producción mediante la automatización, etc. Quedan entonces liberadas enormes energías humanas que no tienen ya aplicación al trabajo mecánico y que, por tanto, sólo pueden desarrollarse económicamente y racionalmente accediendo al trabajo creador, a la administración de la sociedad. Pero esta dirección comunitaria está en contradicción con la estructura del dominio de clase que es propio de la sociedad en que vivimos y que se toma en el ejemplo. Entonces, si no se produce una victoriosa reacción de los casualmente liberados del trabajo mecánico, la sociedad irracional tiene aún una salida irracional para preservar el poder de la clase dominante: puede recurrir al gigantesco despilfarro de mantener a los antiguos trabajadores mecánicos en una situación de proletariado parasitario, alimentándoles, divirtiéndolos y lavándoles el cerebro gratuitamente a cambio de tenerles alejados de la dirección de la sociedad".

En otras palabras, resulta una ingenuidad en el mejor de los casos, cuando no una simple ocultación de la verdad, pensar que los cambios técnicos, por más revolucionarios que parezcan, implican necesariamente cambios sociales en una línea de progreso. La pregunta es crucial: ¿por qué una sociedad estructuralmente injusta va a tener que profundizar en las posibilidades de superación de la injusticia que le ofrecen los medios técnicos que esa misma sociedad produce? Nos hallamos aquí ante ese más que dudoso supuesto de las concepciones idealistas de la historia que Göran Therborn denomina Efecto Münchhausen -"la capacidad de los seres humanos para elevarse por sus propios medios ideológicos"-, en referencia a una de las aventuras del célebre barón narradas en 1785 por Raspe, en la cual pudo aquel salir del pozo en el que había caído con su caballo tirando de sus propios cabellos.

Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación no nos liberan de la obligación de reflexionar sobre los viejos problemas sociales de la emancipación, la libertad, la autonomía y la solidaridad. El problema no es el satélite, el ordenador o la telefonía digital, como no lo ha sido el libro, el periódico o la radio. tampoco son la solución. El problema fundamental no estriba en el soporte de la información, sino en el modelo de sociedad en que dicha información circula y al servicio de la cual se pone.


El suplemento dominical del grupo Vocento, Xl Semanal, nos informaba este pasado domingo del llamado "blogger de la pizarra". Lo fundamental sigue siendo el mensaje, no el medio. Siendo el medio, y más los nuevos medios, muy importantes. Por supuesto.

lunes, 22 de junio de 2009

Las pequeñas alumnas de Kabul y la Europa escéptica


"No es un signo religioso, sino de servidumbre", afirmó Sarkozy, quien subrayó que "el burka no es bienvenido en el territorio de la República" francesa. Ante la Asamblea Nacional y el Senado, reunidos de manera extraordinaria en Congreso en Versalles (en las afueras de París), el jefe del Estado francés dijo que el burka "no es un problema religioso", sino "un problema de libertad y de dignidad de las mujeres".

Nicolas Sarkozy, 22 de junio de 2009


"Las pequeñas alumnas de Kabul eran criaturas talentosas, despiertas y receptivas, sin nada que envidiar a los chicos, hermosas y con unos ojos tan radiantes que resultaba difícil imaginar que aquellas figurillas delgadas y aquellas caritas atentas y delicadas quedarían un día confinadas a las sombras tras los muros del harem, al lóbrego cautiverio del chador.
Puede que en Europa nos hayamos vuelto escépticos ante grandes palabras como libertad, responsabilidad, igualdad de derechos y similares. Pero basta con haber visto de cerca la sorda servidumbre que convierte a criaturas de Dios en seres tristes y temerosos para que uno se lbere, como de un mal sueño, del sentimiento de desánimo y vuelva a recobrar la sensatez, que nos exhorta a creer en las sencillas metas de una existencia humana digna y a comprometernos en su consecución".

Annemarie Schwarzenbach, 27-28 de abril de 1940

domingo, 21 de junio de 2009

Dahrendorf: nos deja un liberal

El miércoles pasado falleció Ralf Dahrendorf. Un liberal que nos reconcilia con este término y que nos muestra la enorme distancia que lo separa de la inmensa mayoría de los autoproclamados liberales patrios.
Algunas ideas entresacadas de su último libro, El recomienzo de la historia. De la caída del muro a la guerra de Irak:
  • "Por lo menos eso aportan las revoluciones: nos recuerdan el preámbulo y los primeros artículos del contrato social y nos obligan a confirmarlos o también a reformularlos".

  • "El problema práctico con todos los llamados derechos colectivos es que alguien tiene que reivindicarlos en nombre de otros. Pero si algo se reivindica en nombre de otros, será muy alta la probabilidad de que algunos de los otros no se sientan representados por el líder o por la agrupación que hace el reclamo".

  • "Las ventajas de la vida en una sociedad multicultural son más agradables para los que pueden retirarse a su casa de campo, o incluso al penthouse que poseen en la ciudad, que para la gente que vive en suburbios atestados o en barrios construidos por el gobierno".

  • "La ciudadanía define el suelo donde están parados los miembros de la sociedad humana. En el caso ideal, esto vale para todos los seres humanos, sin restricciones. La 'sociedad de ciudadanos del mundo' de Immanuel Kant es en definitiva la única respuesta práctica convincente a la igualdad fundamental de rango y derechos de todos los seres humanos. Mientras no exista la sociedad de ciudadanos del mundo, crearemos soluciones sustitutas, sociedades civiles con fronteras, y por ende sociedades civiles incompletas, con toda clase de delimitaciones, exclusiones, privilegios y desventajas".

  • "¿Cómo podemos crear una sociedad abierta de ciudadanos emancipados que prenda tanto n el corazón como en la cabeza, pero sin que la emoción destruya lo que creó la razón? ¿Qué ligaduras dan sostén y significado ante las opciones de la libertad?".

  • "Hay que liberar al liberalismo de los errores de la mentalidad del laissez-faire. En el liberalismo lo central son las reglas, el imperio de la ley en el mejor y más cabal de los sentidos. Ese imperio es necesario para proteger a la gente no sólo de las arbitrariedades del poder sino también de la mentalidad de los beneficios adquiridos, de los carteles y del viciamiento del mercado por el poder privado".

  • "Los países de la OCDE han alcanzado un punto en el que las oportunidades económicas ponen a sus ciudadanos ante decisiones perversas. Para seguir siendo competitivos en los mercados mundiales en crecimiento, deben tomar medidas que destruirán la cohesión de sus sociedades civiles posiblemente de manera definitiva".

  • "Los conceptos de asilo y de asilado evidentemente ya no nos ayudan. La aflicción y el agobio de los inmigrantes se alimentan de muchas fuentes. Lo único que sirve es que un país se reconozca expresamente como país de imigración y desarrolle reglas viables".