sábado, 3 de noviembre de 2018

Alta montaña invernal

Planazo para esta mañana: acercarme a Cardaño de Arriba (1.415 mts), seguir el camino hasta el Pozo Las Lomas (2.078 m.), subir al Pico Las Lomas (2.444 m.) y desde aquí hacer el cresterío que va hasta el collado de San Lorenzo (2.127 m.), pasando por los picos Las Cuartas (2.457 m.), Cebolleda (2.248 m.) y Las Guadañas (2.197 m.). La altitud cambia según las fuentes consultadas; en este caso sigo la excelente guía de David Villegas y Vidal Rioja Ascensiones en la Montaña Palentina (La Pedrera Pindia, Palencia 2016). Se trata de una travesía muy hermosa, que nos permite caminar durante un buen rato por encima de los 2.000 metros, pero también exigente. Ya la he hecho en otras ocasiones, pero nunca con tanta nieve como hoy.

Al aparcar en Cardaño el termómetro del coche marcaba 2 bajo cero, y aunque el amanecer ya clareaba las cumbres, el pueblo aún estaba en penumbra.
Acompañado en todo momento por el rumoroso canto del arroyo Las Lomas, la subida hasta el puente que da entrada al amplio valle de Las Lomas la he hecho en solitario; cosa rara, pues se trata de una zona muy concurrida.
Desde aquí se tiene una primera panorámica de buena parte del recorrido previsto: de derecha a izquierda, Pico Las Lomas, Pico Cuartas, Pico Cebolleda. Parecen cargados de nieve. A ver...

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

El terreno cambia mientras me dirijo hacia el Pozo Las Lomas: se empina (eso siempre), pero además hoy está está bien cubierto de nieve. Por ahora, razonablemente dura.
Mientras subo saco una panorámica que inckuye, de izquierda a derecha, Espigüete, Pico Murcia, todas las cumbres que espero pasear hoy, Agujas de Cardaño y Altos del Tío Celestino.
Y siempre las Agujas, rotas, almenas de piedra, colmillos y garras, indicándonos la dirección.

 
 
  

Ahí están las cumbres principales de hoy: desde la derecha, Las Lomas y Cuartas. Lo de la nieve me tiene preocupado. Ya está ablandándose, y a veces me hundo hasta por encima de la rodilla.

 

Bajo las Agujas de Cardaño, el visitadísmo (en verano) Pozo de Las Lomas (2.078 m.). Hoy, sereno y solitario. La nieve, aquí, me entierra a veces hasta las caderas.
Un poco más arriba, el Pozo superior, más pequeño, y cubierto de hielo





 

A partir de aquí la cosa se ha complicado. La ruta normal nos coloca bajo las Agujas, para ascender entre grandes rocas hasta la llamada Charca de los Buitres (2.255 m.) y desde ahí alcanzar el Collado de las Agujas  (2.318 m.), donde nace una pre iosa crestería que nos lleva hasta la cumbre del Pico Las Lomas. Pero la zona se ha convertido en una olla de nieve, donde me hundo a cada paso que doy.
Así que toca, o retirada o buscar una ruta alternativa.
Me decido por esta segunda opción, así que rodeo por la izquierda el campo de nieve y voy trepando , sin camino evidente, por la cresta rocosa que sobre el Pozo conecta connla cumbre de Las Lomas (o eso espero, pues nunca he subido por aquí).
Pero hay suerte, y tras una incómoda trepada, una fácil cresta me lleva hasta la cumbre.

 
  

Desde la cumbre del Pico Las Lomas (2.444 m.) tenemos una preciosa panorámica de Picos de Europa. Y, casualidades de la vida, he enviado la foto al whatsapp de la cuadrilla y al llegar abajo me he encontrado con una foto de Carmen de los mismos Picos de Europa nevados sacada desde Liencres. Hoy hemos tenido a los Picos rodeados, pero no se han dado por aludidos.
Desde la cumbre tenemos, también, una excelente vista de las Agujas y, al fondo, Tres Provincias, Peña Ptieta y Pico del Infierno.

 

Pero hay que continuar. Desde Las Lomas, el trecho que media hasta el Pico Cuartas (2.457 m.) parece cubierto de espesa nieve. Y, en efecto, los primeros descensos por la arista son incomodísimos.
Tanto la cara norte como la sur están repletas de nieve, y los lagos que se ven en la vertiente norte están helados.
Afortunadamente, al llegar al collado entre Las Lomas y Cuartas se ha abierto un estrecho pasillo de piedra qie me permite progresar con comodidad hasta la cumbre.





Mirada hacia atrás desde el Pico Cuartas.


Mirada hacia adelante. A la izquierda aparece el Espigüete, y a continuación Pico Murcia y Peñas Malas. Hoy no iré tan lejos. A los pies de estsa segunda cumbre está el Collado de San Lorenzo (2.127 m.), por donde regresaré a Cardaño de Arriba.


A medida que pierdo altura, en las laderas soleadas pastan algunos grupos de rebecos.






Y desde el collado, a toda mecha hacia abajo, que llego tarde para el poteo del mediodía. Me van a poner una cruz. Pero hay nieve hasta en el sendero de Hontanillas. Imposible llegr a la hora. 

 



Seis horas menos cinco minutos de caminata. Lo dicho: un planazo.

Colores del otoño

"En primavera, las glicinas, rizándose como olas, florecen en el oeste como la sagrada nube púrpura que acompaña a Amida. En verano, escucho el canto de los cucos, y les suplico que me prometan servirme de guías en el supremo paso montañoso de la muerte. En otoño, las voces de las cigarras vespertinas me llenan el oído, como despreciando la efimera cáscara de este mundo. Y, en invierno, contemplo la nieve que se acumula como nuestras faltas y se derrite como una expiación".

Kamo No Chomei, Pensamientos desde mi cabaña, Errata Naturae 2018.

Aquí no hay cigarras vespertinas que llenen mi oído.
Aquí, el otoño colma mi vista de colores tan hermosos como efímeros.
Porque aquí el otoño es corto, y el invierno ya se deja sentir.