Jon Krakauer
Krakauer esencial. Reflexiones sobre el riesgo y la condición humana
Traducción de Ton Gras y Alberto Delgado
Ilustraciones de Laura Borrás
Planeta, 2020
Jon Krakauer es uno de los más conocidos y reconocidos autores de literatura de montaña o de naturaleza. Periodista y escalador notable, ha firmado libros tan referenciales como Sueños del Eiger (traducción de Juan Pedro Campos, Península, 2001), un conjunto de reportajes sobre escaladas en distintos lugares del mundo; Mal de altura (traducción de Luis Murillo Fort, Suma de Letras, 2001 / Desnivel, 2008), reconstrucción de la mayor tragedia sufrida en la historia de las ascensiones al Everest y en la que se basó la espectacular película de 2015 Everest, dirigida por Baltasar Kormákur; y, tal vez su obra más conocida, Hacia rutas salvajes (traducción de Albert Freixa i Vidal, Ediciones B, 1996), donde narra la historia del joven Chris McCandless, que decidió cortar todos los lazos con su familia y con la sociedad para internarse en una región inhóspita de Alaska, y que dio lugar a una estimable pelicula dirigida por Sean Penn.
Krakauer es también autor de reportajes periodísticos y de libros de temática ajena a la montaña y la naturaleza, como Obedeceré a dios (traducción de José Manuel Álvarez Flórez, Península, 2004), la historia del brutal asesinato de una mujer por dos hermanos, mormones fundamentalistas, que creían actuar por mandato divino, o como Donde los hombres alcanzan toda gloria (traducción de Enrique Maldonado, Capitán Swing, 2015) sobre el caso de Pat Tillman, una joven promesa del fútbol americano que renunció a un contrato millonario para alistarse tras los atentados del 11-S, a pesar de su escepticismo ante la guerra promovida por la administración Bush ("Espero que esta guerra sea más que petróleo, dinero y poder. Pero dudo que sea así"), y que falleció víctima del llamado "fuego amigo".
En los diez artículos que componen el libro que ahora recomiendo nos encontramos con el primer y más conocido Krakauer, con el escritor y deportista capaz de hacernos vibrar con un artículo sobre la práctica del surf de grandes olas ("acelera para cruzar el seno de la ola, se inclina bruscamente para insertar los cantos de la tabla y surca un arco elegante y estrecho mientras la ola se enrosca e intenta engullirlo: un tornado atronador que gira, escupe espuma y aplasta todo lo que hay tras él") o acompañándolo por la salvaje cordillera Brooks, en Alaska, denominada las "Puertas del Ártico".
Pero también podemos leer textos en los que analiza criticamente distintas expresiones de la banalización y mercantilización de las actividades de naturaleza, como la inseguridad con la que desarrollan su trabajo en las expediciones comerciales los sherpas del Everest (hasta el punto de que se plantearon una huelga si el Gobierno nepalí no atendía a sus exigencias) o la proliferación de demandas contra los servicios de guías de montaña y contra las empresas de material de escalada cuando una persona, generalmente sin experiencia, sufre un accidente:
"En cierto sentido -lamenta un experimentado guía a quien da voz Krakauer- los servicios de guías y los fabricantes de equipo han contribuido a provocar la crisis de la responsabilidad civil minimizando en sus estrategias comerciales los peligros del deporte; saben que les va a costar vender la escalada si lo primero que dicen a la gente es: 'Tiene usted no pocas probabilidades de matarse'. En consecuencia, la gente se dedica a la escalada pensando que es una actividad recreativa más, sin conectar con sus tradiciones, su lado espiritual. Después, sorprendidos cuando sufren un percance, como buenos estadounidenses que son demandan a alguien".
El libro se cierra con el texto de una conferencia pronunciada en 2010, en la que reflexiona sobre la extensión de la desconfianza y el miedo en el mundo actual, frente a la que reivindica una cierta esperanza humilde y prudente o, en sus palabras, una "firme determinación estoica" (por cierto, una disposición muy montañera) que nos permita seguir adelante:
"Predecir el futuro es tarea inútil, por supuesto. Pero con independencia de lo que depare el porvenir, se puede encontrar cierto consuelo en la capacidad de recuperación de nuestra especie. Si el mundo se halla en efecto al borde de una nueva Edad Oscura, al Homo sapiens no le faltarán estrategias para sobrellevarlo. Muchas peronas, por ejemplo, recurren a la religión en momentos difíciles aunque, personalmente, creo que la literatura resulta más eficaz que las sagradas escrituras. Cuando las perspectivas se presentan negras, se puede hacer acopio de valor y confianza leyendo a escritores tan dispares como Tucídides, Walter Bonatti, Annie Proulx y Cormac McCarthy. En caso de extrema necesidad, se consulta a Albert Camus".
Pues qué bien: yo no tengo que elegir entre ambos recursos, me animan los dos, religión y literatura. Y Camus, por supuesto.
Un libro tan entretenido como sabio.