sábado, 15 de agosto de 2009

Realidad y ficción

Estoy leyendo la novela de Harlan Coben El bosque. La historia de dos adolescentes asesinados y otros dos desaparecidos en un campamento de verano. Una historia que se reabre dos décadas después con sorprendentes circunstancias.
Y leo en EL PAÍS el reportaje titulado Acampada mortal en la montaña, sobre la muerte aún sin aclarar de tres adolescentes que se disponian a pasar la noche en un monte de la localidad de Macastre (Valencia) en enero de 1989. Hay circunstancias que apuntan a que fueron asesinados.

Hay paralelismo curiosos entre la ficciñon y la realidad. Lo de los 20 años en los dos casos, por supuesto. Pero también un cadáver que los familiares de una de las personas muertas en Macastre no reconocieron, y una cicatriz. Hay una escena muy parecida en la novela de Coben.
En fin, vuelvo a la novela.

jueves, 13 de agosto de 2009

¿No nadas nada? Es que no traje traje

El mundo de la natación deportiva discute agriamente sobre los modernos trajes de baño, elaborados con materiales que permiten arañar las codiciadas milésimas de segundo que pueden suponer un record.

También se discute sobre lo que se considera un traje de baño apropiado en las piscinas públicas de Holanda. En este caso el problema lo plantea el burkini, un traje que cubre brazos, piernas, cabeza y cuello de las mujeres musulmanas que desean bañarse sin renunciar por ello a sus creencias.


Veo las dos fotos y, la verdad, las diferencias entre el traje de baño high tech y el ortodoxo se difuminan.





Pero se discute. Como se discute en diversas playas de España sobre la convivencia entre nudistas y textiles.

En fin, un lío.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Walden

"A principios de mayo, los robles, nogales americanos, arces y otros árboles que estaban brotando entre las pinedas que rodean a la laguna proporcionaban al paisaje un brillo semejante al del sol, especialmente en los días nublados, como si el sol estuviera quebrando las brumas y brillando suavemente en las laderas aquí y allá. Y así las estaciones van rodando hacia el estío como si uno paseara entre hierbales cada vez más altos."

No es Walden Pound, aquel rincón boscoso cerca de Concord, Massachusetts, donde Henry David Thoureu permaneció desde marzo de 1845 hasta septiembre de 1847. Fruto de esa experiencia será su obra más conocida, Walden, o la vida en los bosques, publicada en 1854.


Pero podría serlo...





Caminando por sus veredas comprendo y hago mías las palabras de Thoureau:

"Con mi experimento aprendí al menos que si uno avanza confiado en la dirección de sus ensueños y acomete la vida que se ha imaginado para sí, hallará un éxito inesperado en sus horas comunes. Dejará atrás algunas cosas, cruzará una invisible frontera; unas leves nuevas, universales y más liberales, principiarán a regir por sí mismas dentro y alrededor de él; o las viejas leyes se expandirán y serán interpretadas en beneficio suyo en un sentido más generoso, y vivirá con el permiso de seres pertenecientes a un orden más elevado. En la proporción en que haga más sencilla su vida, le parecerán menos complicadas las leyes del universo y la soledad no será soledad, ni la pobreza será pobreza, ni la debilidad será debilidad. Si uno ha construido castillos en el aire, su tarea no se perderá; porque ahí están bien edificados. Que tan sólo ponga ahora los cimientos bajo esos castillos ".


martes, 11 de agosto de 2009

Camps es un manazas

Una frase así daría para comentarios muy fuertes.

Uno de los más suaves:
"Pues menos mal que lo que le van son los trajes a medida. ¡Si le llega a dar por los guantes!".

lunes, 10 de agosto de 2009

La escritura como disciplina

Me preocupa que la ciberdemocracia sea de peor calidad que la democracia realmente existente. Leo los comentarios que se hacen a diario a las noticias publicadas en las ediciones digitales de los diarios y me agobio. Apenas hay opinión argumentada y cuando la hay enseguida se ve pisoteada por el insulto, por el exabrupto, por la afirmación dogmática. Opiniones escritas lanzadas como piedras.
¿Es el anonimato? ¿Es la distancia? Recuerdo aquello que decía el etólogo Konrad Lorenz en su estudio sobre la agresión: la agresividad humana es infinitamente mayor que la de cualquier otro animal porque los humanos hemos perfeccionado la técnica de agredir a distancia.
El desencanto, el cabreo incluso, con el funcionamiento de la democracia real alimenta demasiado el crecimiento de la blogosfera ciudadana. Cuando esta se nutre del compromiso cívico, del dolor por lo que se está perdiendo en nuestra política y nuestra sociedad civil, fortalece nuestras debilitadas democráticas. Pero cuando la blogosfera se convierte en el espacio de la desafección un alarmante aristrocratismo -cuando no un peligroso autoritarismo- emerge por doquier.
¿Exagero? No lo sé, ójala; pero la preocupación no me la quita nadie.

Me ha encantado leer este texto:

"El ciudadano ilustrado es hoy el verdadero bárbaro, se ha quedado fuera de la ciudad por mantener un deseo extemporáneo de urbanidad. Si se mira en el espejo, descubre en el fondo de sus ojos un mar revuelto por inquietudes bárbaras. Defender la razón ilustrada en medio de la cultura occidental es hoy una manía lunática.
Pero también es una necesidad. Hay animales herbívoros que se empeñan en seguir comiendo hierba. Hay ciudadanos que conservan un apego impertinente a la ilusión ilustrada. Están condenados a convivir con sus inquietudes bárbaras y lo mejor que pueden hacer es asumirlas con una melancolía optimista, o con un pesimismo ilusionado. Deben evitar por todos los medios convertirse en unos cascarrabias. Llegan a casa, encienden la televisión, escuchan la radio, leen el periódico, siguen el curso de las polémicas intelectuales y de los debates sociales, y se sienten conmovidos, con un ánimo que pasa de la indignación al naufragio y de la perplejidad al sentimiento de extranjería. Cada cual tiene sus mecanismos de defensa.
Yo, por ejemplo, suelo escribir mis preocupaciones para defenderme de mí mismo. Resulta demasiado fácil ser injusto en los estados silenciosos de indignación, llegar a las manos con las sombras, insultar a los fantasmas, ir más lejos de lo razonable persiguiendo estantiguas. Escribir sirve para controlarse, para darle un orden a las emociones, una disciplina a los malos pensamientos, un lugar a los otros. Escribir es una forma de mantenerle el respeto al mundo. Escribo mis inquietudes de bárbaro sin mayores pretensiones, sólo para andar por casa. Ni más ni menos.
La escritura resulta útil para opinar, criticar, defender posiciones. A los bárbaros de hoy nos ayuda, sobre todo, a saber hasta dónde podemos llegar, sin convertirnos en unos cascarrabias, sin ser irracionales por culpa de la razón, injustos por necesidad de justicia, huraños por pura voluntad de convivencia. La escritura pone las cosas en su sitio, enseña a callar, a borrar, a no decir todo lo que se piensa, a intuir lo que está bien que los demás alcancen a leer, a buscar la comprebsión propia y ajena. Los defectos nacen con frecuencia en el seno de la virtud. Se puede ser injusto o errático en nombre de la verdad. La disciplina de la escritura ayuda a controlar los excesos de la propia escritura, el impulso de llevar al extremo el rigor de las opiniones, un impulso que se acentúa en épocas de crisis, hasta el punto de implantarse como una condición de la voz crítica. Difícil tarea la de disentir sin acomodarse a los márgenes".

Luis García Montero, Inquietudes bárbaras, pp. 12-13.

Intentaré aplicármelo. No pudo prometer más que esto.

domingo, 9 de agosto de 2009

O pruebas o dimisión

No se pueden denunciar escuchas ilegales a la oposición, declarar que "con el Gobierno de Zapatero la democracia está en un serio peligro", hablar de "Estado policial", desde Marbella, y seguir de vacaciones. No es responsable.
"O pruebas o dimisión", dice el editorial de EL PAÍS. Estoy de acuerdo.

Askatasun Etorbidea

"La Avenida de la Libertad ha permanecido cortada hasta que los radicales, que no portaban pancarta alguna, han decidido volver hacia la zona del Boulevard, justo en el momento en el que agentes antidisturbios de la Ertzaintza han llegado a pie al lugar, lo que ha provocado la huida de los manifestantes".

Este párrafo, extraido de la noticia de PUBLICO en la que se informa de la disolución ayer en Donostia de la manifestación convocada por la izquierda abertzale antidemocrática (lo de "radical" no va con ellos) coincidiendo con el inicio de las fiestas de la capital guipuzcoana, es una síntesis perfecta de lo que ha sido y sigue siendo la historia reciente de Euskadi.

El abertzalismo antidemocrático lleva 50 años intentando cortar la Avenida de la Libertad, Askatasun Etorbidea. A ratos lo consiguen, pero sólo a ratos. Afortunadamente, el autogobierno vasco funciona, liberando calles y plazas para que las ocupen una ciudadania que reclama su derecho a vivir en paz y en libertad.