sábado, 22 de septiembre de 2012

Madrid

Ayer y hoy me toca trabajar en Madrid; en Alpedrete, una localidad de la Comunidad, tirando para la sierra, no en la capital
Ayer tenía un rato antes de coger el tren, así que me acerqué hasta la Cuesta de Moyano.





Antes pasaba por aquí todas las semanas; pero hace meses que no venía.
Y sí, he picado.


Ya en el tren, siempre me asombra que apenas salimos del término municipal de Madrid nos sumergimos en un entorno apenas poblado. Solares, urbanizaciones dispersas, bosques de pino. Por la ventanilla he visto varios grupos de gamos.



Ciertamente, la fisonomía centralizada de España responde a la existencia, aún no superada, de una mentalidad centralista.
Pero la salida debe ser federal, y no secesionista. Creo.

martes, 18 de septiembre de 2012

Santiago Carrillo

Hace aproximadamente un año tuve ocasión de compartir mantel y conversación con Santiago Carrillo. Me asombró su lucidez, su capacidad para recoger y responder a varias preguntas sin necesidad de apuntar una sola línea y su humor.
Estaba a gusto y se le notaba. Apenas si comió unos bocados, pero antes de que retiraran el primer plato ya encendía un cigarro. El camarero, azorado, le miraba discretamente sin decir nada. "No se preocupe", le comentó Roberto. "Yo soy médico, y le aseguro que para Santiago el cigarro es como una medicina".
Yo le dije: "Santiago, ¿me dejas hacerte una foto? No te preocupes, que no la voy a hacer pública". A lo que Carrillo me respondió: "No importa. ¿Qué me van a hacer? ¿Llevarme a la cárcel?". Y siguió fumando y charlando.




"La juventud de hoy ha entrado en la vida en condiciones muy distintas a las que tuvo mi generación. En la mía, la proclamación de la República y la desaparición de un régimen secular provocó una eclosión de talentos, de iniciativas, sensibilizó a la juventud e hizo de nosotros una generación que intervino en la política sin llegar a la mayoría de edad. Pero es que la vida entonces era muchísimo más dura. Aunque hoy la juventud tiene problemas serios, entonces los teníamos mucho más serios. Hoy los jóvenes no saben bien cuál va a ser su futuro, cómo van a trabajar, a emplear su talento. Lo más grave es que estamos en una sociedad en que el sistema capitalista ha convertido a los hombres y a las mujeres en consumidores alocados que piensan mucho más en el interés personal que en el colectivo y en el de las capas más modestas. Los medios de comunicación muestran a personajes a imitar: personas como Berlusconi, que amasan millones de manera poco honesta. Recuerdo que hace años, en España, el prototipo era Mario Conde. El Che Guevara, Ho Chi Minh, Fidel Castro, los héroes de otra generación, hoy los sustituyen futbolistas, hombres de negocios.... Hay en esta sociedad muchos medios de comunicación en manos de las multinacionales que tratan de orientar a los jóvenes en un camino perverso. Los mayores quizá tenemos culpa de ello porque no hemos sido capaces de hacer frente a esa nueva moral que establece hoy el capitalismo. No hemos sido capaces de dar a la juventud una ideología basada en el interés colectivo. Esa es la tarea que debería acometer una izquierda moderna".






lunes, 17 de septiembre de 2012

La maravillosa brecha entre ricos y pobres



SIN PERMISO, con su impagable (aunque donaciones y suscripciones pueden compensar un poco) aportación al conocimiento, la reflexión y el pensamiento críticos, nos regala una inteligente provocación de The Onion:

La brecha entre ricos y pobres, declarada octava maravilla del mundo

PARIS—En una rueda de prensa del pasado martes, el Comité del Patrimonio Mundial reconoció oficialmente la Brecha Entre Ricos y Pobres como "Octava Maravilla del Mundo", describiendo la división de la riqueza global como la "más colosal y duradera de las creaciones de la humanidad".

"De todas las estructuras épicas que ideado el género humano, ninguna más prodigiosa e imponente que la Brecha Entre Ricos y Pobres", declaró el presidente del Comité, Henri-Jean Baptiste. "Es un crecimiento tremebundo, milenario que nos llena de asombro y humildad".
"Y gracias a un cuidadoso mantenimiento a través de los tiempos, este ingente vestigio ha sobrevivido intacto, infundiendo a cada nueva generación una sensación de reverencia", añadió Baptiste.


Ese vasto abismo de riqueza que se extiende a lo largo y ancho de la mayor parte del mundo habitado, atrae a millones de aturdidos observadores cada año, muchos de los cuales encuentran esa inmensidad demasiado abrumadora hasta para contemplarla. Siendo con mucho la mayor estructura de factura humana, está fácilmente a la vista desde emplazamientos tan distantes como Europa Oriental, China, África y Brasil, así como desde los 50 estados de los Estados Unidos.
"Las Siete Maravillas del Mundo originales palidecen en comparación con ella", afirmó Edwin MacAlister, miembro del Comité del Patrimonio Mundial, frente a una llamativa fotografía de la Brecha Entre Ricos y Pobres tomada desde lo alto de la Ciudad de México. "Se trata de una pasmosa hazaña de ingeniera humana que eclipsa a la Gran Muralla China, las Pirámides de Gizeh y acaso hasta la Gran Barrera Racial".


Según los antropólogos, incalculables millones de esclavos y siervos trabajaron penosamente una vida entera para completar la brecha. Los anales indican que es probable que las obras se iniciaran hace unos 10.000 años, cuando las primeras élites terratenientes convencieron a sus súbditos de que la construcción de dicho monumento era voluntad de la autoridad divina, creencia ampliamente sostenida aún hoy en día.
Aunque los historiadores han refutado esa afirmaciones, son muchos los que mantienen todavía la teoría de que la Brecha entre Ricos y Pobres la levantaron los judíos.
"Cuando contemplo su increíble amplitud, me siento conmovida hasta las lágrimas", afirmó Grace Ngubane, de 31 años, residente en Johannesburgo, cuyo hogar queda situado en una de las partes más anchas de la Brecha. "La escala es alucinante, te hace sentirte de verdad, de verdad hasta pequeñita", declaró asimismo.
Si bien numerosos individuos han tratado de cruzar la Brecha entre Ricos y Pobres, hay pruebas que sugieren que sólo una pequeña porción ha tenido éxito alguna vez y han muerto muchos en el intento.

Su reconocimiento oficial como Octava Maravilla marca la culminación de un giro espectacular hace sólo 50 años, cuando los movimientos populares apelaban al cierre de la Brecha. Sin embargo, gracias a un reducido grupo de entregados políticos y de líderes de la economía, se iniciaron vigorosos esfuerzos de conservación en torno a los años 80 para restaurar —y ampliar a gran escala— una antiquísima estructura.
"Es imponente", declaró el presidente de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, campeón y benefactor de toda la vida de la conservación de esa falla. "Después de todo lo que hemos pasado en los últimos años, no hay mayor privilegio que verla crecer más y más cada día. Puede que haya unos cuantos detractores que se preocupen por que, de hacerse más grande, el conjunto se venga abajo, dejando atrapadas debajo a millones de personas, pero yo por mí estoy dispuesto a correr ese riesgo".
Añadió Blankfein: "Además, algo me dice que yo, probablemente, saldría bien parado".

domingo, 16 de septiembre de 2012

La hiperglobalización contra la democracia

Dani Rodrik es catedrático de economía política internacional en la Universidad de Harvard y autor del libro titulado La paradoja de la globalización. Un libro que se lee con interés y que ofrece abundante material para una mejor comprensión de las dinámicas que guían la economía bajo el dominio del neoliberalismo. La paradoja a la que se refiere adopta la forma de un trilema que formula así:
"No podemos perseguir simultáneamente democracia, autodeterminación nacional y globalización económica. Si queremos impulsar más la globalización, tenemos que renunciar a la nación Estado o a la política democrática. Si queremos conservar y profundizar la democracia, tenemos que elegir entre nación Estado e integración económica internacional. Y si queremos mantener la nación Estado y la autodeterminación, tenemos que elegir entre profundizar la democracia o profundizar la globalización".

Rodrik sostiene que la hiperglobalización actual, en la que todas las políticas nacionales debe someterse a las exigencias de los procesos de integración internacional de los mercados de bienes y de capital, choca inevitablemente con la legitimidad democrática de los gobiernos nacionales: "La hiperglobalización requiere el encogimiento de la política nacional y el aislamiento de los tecnócratas de las exigencias de las masas". Como ejemplo de este choque cita la profunda crisis que sufrió Argentina en 1990 bajo la batuta política de Carlos Menem y la dirección económica de Domingo Cavallo, economista con un doctorado en Harvard, que durante los Novente se esforzó hasta el extremo por aplicar los dictados derivados del Consenso de Washington: privatización, desregulación y apertura plena de la economía argentina. Tras una década de políticas neoliberales bendecidas año tras año por el FMI y el Banco Mundial, ya sabemos como terminó la historia:  corralito, paro masivo, cierre de empresas, devaluación del peso, hambre y una pérdida de riqueza que se calcula en un 12% de media:

"El fracaso de los líderes políticos argentinos  fue, en definitiva, un asunto no de falta de voluntad, sino de habilidad. No podía dudarse de  su compromiso con la Ley de Convertibilidad y con la confianza de los mercados financieros. Cavallo sabía que había pocas alternativas fuera de jugar con las reglas de los mercados financieros. Con sus políticas, el gobierno argentino estaba dispuesto a abrogar los contratos pactados con prácticamente todos los colectivos nacionales -funcionarios, pensionistas, gobiernos provinciales, depositantes bancarios- con el fin de no saltarse ni un ápice de sus obligaciones con los acreedores extranjeros.
Lo que selló el destino de Argentina a los ojos de los mercados financieros no fue lo que estaban haciendo Cavallo y De la Rúa, sino lo que el pueblo argentino estaba dispuesto a aceptar. Los inversores y acreedores fueron dudando cada vez más de que el Congreso argentino, las provincias y la gente de la calle fuesen a tolerar las políticas de austeridad desacreditadas desde hacía tiempo en los países industriales avanzados. Al final, los mercados acertaron. Cuando la globalización choca con la política nacional, los inversores saben que la política acaba ganando".





La manifestación de ayer sábado en Madrid, con su reivindicación de un referéndum sobre la política de recortes que está aplicando el Gobierno, ejemplifica a la perfección la tension irreeductible entre hiperglobalismo neoliberal y democracia. También el Gobierno de Rajoy está dispuesto  a incumplir los contratos pactados con prácticamente todos los colectivos sociales con el único fin de no desviarse ni un ápice de  las obligaciones que le imponen los acreedores extranjeros: de su contenido, sus ritmos y sus justificaciones. Lo cual, digan lo que digan el Gobierno o el editorialista de EL PAÍS, no es ni inevitable ni justo ni democrático ni -lo que es casi peor- necesario.
¿Será verdad que cuando la globalización choca con la política democrática es esta la que acaba ganando? No lo sabremos si no planteamos la batalla.