jueves, 5 de abril de 2018

Montaña, desconexión (en todos los sentidos) y resalvajización

En mi comentario anterior reflexionaba sobre algunas iniciativas recientes que apuntan a la posibilidad de asentar un futuro para el sufrido y olvidado mundo rural español. En este comentario de hoy, el que marca el final de las vacaciones de Pascua, tengo que empezar lamentando la persistente marginación de unas poblaciones que ven sus derechos de ciudadanía sistemáticamente reducidos.
Todos los pueblos de la Montaña Palentina han estado incomunicados, sin teléfono ni wifi, desde Jueves Santo.Para quien aprovecha estos días para caminar por sus hermoso valles y montes, un problema menor, llevadero. Pero un grave problema para quienes mantienen con esfuerzo sus albergues, hostales, restaurantes, casas rurales o empresas de turismo rural en una zona históricamente olvidada por todas las administraciones públicas.

Empezamos las vacaciones con una fuerte nevada, que hacía imposible caminar por la montaña sin la ayuda de las raquetas. Abundaban las huellas de ciervo, zorro, incluso lobo, pero se hacía difícil ver vida entre la nieve. Pero la había...











Luego el tiempo cambió. La nieve empezó a fundirse y la vida animal se mostró en todo su esplendor.









Ocasión para contemplar a los poderosos y esquivos machos, cuya cuerna perderán durante el mes de abril, paso previo para su renovación de cara a la berrea de septiembre.


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Durante estos paseos he pensado mucho sobre la tesis de la "resalvajización" planteada por George Monbiot en Salvaje (Capitán Swing, 2017. Traducción: Ana Momplet Chico):
Por el escenario natural en el que se sitúa la reflexión de Monbiot, en muchos aspectos parecido al que veía en mis caminatas: "... los paisajes abiertos de las tierras altas británicas, los páramos, los brezales y las turberas de cobertura, los pastizales y la roca desnuda que muchos ven como el estado natural de las montañas, que aparecen en miles de películas románticas y miles de anuncios de ropa, coche y agua mineral, son el resultado de la actividad humana, especialmente del pastoreo de ovejas y reses".
Por la dimensión experiencial de su propuesta: "El impulso hacia el monocultivo provoca una desalvajización, tanto de los lugares como de las personas. Arrebata a la tierra la diversidad de vida y la estructura natural que atraen a los seres humanos. Crea un mundo aburrido, un mundo apagado, un mundo en el que no hay color ni variedad, que aumenta la monotonía ecológica, estrecha el ámbito de nuestras vidas, limita el alcance de nuestro compromiso con la naturaleza y nos empuja hacia un monocultivo del espíritu".
Por la posibilidad de que una (cierta) resalvajización, adaptada a la realidad de las zonas de montaña en nuestro país pudiera servir como motor económico que permita a sus habitantes ganarse la vida y permanecer en sus pueblos.

Del resto de lecturas, hablaremos mañana.