NAM: La guerra de Vietnam en palabras de los hombres y mujeres que lucharon en ella
Traducción de Elena Masip y Darío M. Pereda
Contraediciones, 2020
"La guerra que habían anunciado como si se tratara de un western de John Wayne, una prueba de virilidad, resultó ser una versión retorcida del cuento de Peter Pan. Vietnam fue un País de Nunca Jamás gobernado por la brutalidad, aislada del tiempo y del espacio, donde los niños no crecían. Simplemente se hacían viejos antes de tiempo".
Aunque publicado originalmente en 1981, apenas seis años después de finalizada la guerra, Mark Baker inició el proceso de entrevistas que conforman el libro en 1972, justo el año en el que se tomó una de las fotos más icónicas de aquel terrible conflicto: la de la pequeña Kim Phuc huyendo, gravemente herida, tras un ataque con napalm.
En ese año 1972 Baker, un joven de 22 años, seguro de que no iba a ser reclutado y contrario a la guerra pero sin ser un militante demasiado activo -"Tenía muy claras mis motivaciones y participaba en el movimiento contra
la guerra pero no como si me fuera la vida en ello. Nunca perdí una
clase o un examen por ir a las protestas y manifestaciones"- empezó a entrevistar a hombres (sobre todo) y mujeres (enfermeras) que regresaban a casa tras cumplir su servicio en Vietnam. Al final fueron 150 entrevistas anónimas, transcritas y mínimamente editadas, que mantienen el tono emocional del testimonio directo de quienes han conocido el infierno, lo han atravesado y han regresado... pero no indemnes.
Organizadas en cuatro capítulos (Iniciación, Operaciones, Historias de guerra, El mundo), cada uno de ellos dividido en dos apartados, Baker se limita a redactar un breve texto introductorio a cada apartado; después son las voces de las personas entrevistadas las que nos empujan y nos sumergen en un universo atroz, brutal, de matanzas, violaciones, mutilaciones. No sabemos quién habla, solo por lo que nos cuentan podemos deducir si es una mujer o un hombre, negro o blanco, estudiante movilizado o voluntario... Pero el conjunto de sus testimonios tiene más fuerza que la mejor de las películas sobre Vietnam que podamos recordar (El cazador, Platoon, Apocalypse now, La chaqueta metálica, Corazones de hierro), componiendo un alegato inapelable contra esa guerra y contra todas las guerras:
"Teníamos sed de sangre; no hay una forma mejor de describirlo. Nos dejamos llevar por el momento. Recuerdo un pensamiento absolutamente demencial: sentía que yo era Dios y que aquel era el momento de impartir el castigo divino, mediante las ametralladoras y las Miniguns que manejaba y con los cohetes que disparábamos. Aquello fue una matanza. No fue mejor que ponerlos en fila al borde de una zanja y pegarles un tiro en la nuca. Fue una masacre que perpetré con entusiasmo.
Ahí es cuando empiezas a entender cómo puede llegar a producirse un genocidio. Me considero un hombre decente, pero aniquilé a toda aquella gente desde mi helicóptero. Muchas de las personas que matábamos por la mañana era las mismas que habían intentado matarnos por la noche, así que intenté convencerme de que nos estábamos cargando al enemigo. Sin embargo, comprendí, de la forma más macabra, que si las circunstancias son propicias cualquiera puede transformarse en un asesino que mata indiscriminadamente. Yo lo fuí. Yo lo hice. Fue extraño, pero así fue. Fue muy extraño".
Tras leer el libro he descubierto que en 1998 la editorial Planeta-Agostini inició una serie de publicaciones sobre Vietnam con una selección de los testimonios recogidos por Baker.