Traducción de Daniel Fuentes
Ediciones Deusto, 2021
"Si me hubieran dicho en 1990 que en 2020 iba a publicar una colección de crónicas titulada ¡Viva el socialismo! habría pensado que se trataba de un mal chiste. A mis dieciocho años acababa de pasarme el otoño de 1989 siguiendo por la radio el colapso de las dictaduras comunistas y del 'socialismo real' en la Europa del Este. [...]
Nacido en 1971, pertenezco a una generación que no tuvo tiempo de dejarse seducir por el comunismo y que se hizo adulta constatando el fracaso absoluto del sovietismo. Como muchos, en la década de 1990 fui más liberal que socialista, orgulloso como un pavo real de mis observaciones juiciosa, desconfiaba de mis mayores y de los nostálgicos, y no soportaba a los que se negaban decididamente a ver que la economía de mercado y la propiedad privada eran parte de la solución.
Hete aquí que, treinta años después, en 2020, el hipercapitalismo ha ido demasiado lejos. Ahora estoy convencido de que hay que pensar en la superación del capitalismo, en una nueva forma de socialismo, participativo y descentralizado, federal y democrático, ecológico, mestizo y feminista.
La historia decidirá si la palabra 'socialismo' está definitivamente muerta y debe ser reemplazada. En mi opinión, puede salvarse, y de hecho sigue siendo el término más apropiado para designar la idea de un sistema económico alternativo al capitalismo".
Una excelente oportunidad para aproximarnos a las ideas de Piketty, tanto a algunos de los temas de su best seller de 2013 El capital en el siglo XXI (la deriva desigualitaria desde el segundo tercio del siglo XX, sus fundamentos esencialmente político-ideológicos, la creciente concentración de riqueza en manos privadas, la relevancia de la fiscalidad...) como en otros abordados en el más reciente Capital e ideología (la eclosión de los populismos, el riesgo del social-nativismo, la democratización de la Unión Europea, la emergencia climática...).
Un texto escrito con su característica claridad, acompañado de gráficos ilustrativos, un ejercicio perfecto de economía política o de sociología económica. Su propuesta de socialismo participativo, federal, democrático, feminista, mestizo y universalista dibuja un marco, un terreno de juego muy interesante para repensar las luchas sociales, políticas y económicas contra el capitalismo.
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Cómo ser anticapitalista en el siglo XXI
Traducción de Cristina Piña Aldao
Akal, 2020
"En el libro defiendo el socialismo democrático de mercado, entendido como una forma radical de democracia económica. El libro podría, por lo tanto, titularse Cómo ser socialista democrático en el siglo XXI. Decidí usar el término más amplio de 'anticapitalista' porque buena parte de los argumentos aquí recogidos son pertinentes para quienes se oponen al capitalismo pero mantienen una actitud escéptica respeto al socialismo. Espero que mis razones convenzan, al menos a algunos, de que una radical democracia económica socialista es la mejor forma de pensar en un destino realizable y factible más allá del capitalismo [...]".
Erik Olin Wright falleció el 23 de enero de 2019, pocos meses después de ser diagnosticado de leucemia mieloide aguda (diagnóstico del que EOW habla con serenidad en el prólogo, fechado en agosto de 2018: "La única estrategia es someterse a un trasplante de células madre de médula ósea. Si funciona, me curaré; si no, moriré"). Su pérdida nos priva de uno de los pensadores críticos más importantes de los últimos años, referencia indudable en los análisis de clase, defensor insobornable de un "marxismo sin disparates" (como lo denomina en el epílogo Michael Burawoy), sin saltos lógicos ni trampas en el solitario.
Pero junto al rigor científico, EOW se ha caracterizado por su énfasis en el fundamento moral de la lucha contra el capitalismo (en un hermoso obituario, que cierra el libro, Vivek Chibber lo califica de "brújula moral de la izquierda"), tanto en lo que se refiere a las motivaciones de esta lucha ("la realidad es que las personas están motivadas en su mayoría, al menos parcialmente, por preocupaciones morales, no sólo por intereses económicos prácticos") como en relación a las alternativas a ese capitalismo contra el que se lucha, que deben ser deseables por sí mismas, no en comparación con el sistema que se pretende superar:
"[...] la claridad respecto de los valores es esencial para pensar cuán deseables son las posibles alternativas al capitalismo. Necesitamos una forma de evaluar no sólo qué está mal en el capitalismo, sino qué hay de deseable en las alternativas. Y, si llegara a pasar que construyamos de hecho una alternativa, necesitamos criterios sólidos para evaluar en qué medida la alternativa está haciendo realidad esos valores".
De ahí nace su propuesta estratégica de erosionar el capitalismo, que EOW presenta como una combinación de "la visión socialdemócrata progresista y socialista democrática de cambiar, desde arriba, las reglas del juego dentro de las que opera el capitalismo en aras de neutralizar sus peores daños y crear alternativas basadas en el Estado, con visiones más anarquistas de crear, desde abajo, nuevas relaciones económicas que encarnan aspiraciones emancipadoras".
Tristemente desaparecido EOW, habrá que seguir trabajando, intelectual y políticamente, desde el punto y en la dirección que él señaló: en la construcción de utopías reales, "trozos del destino emancipador que supera el capitalismo, pero dentro de una sociedad todavía dominada por el capitalismo".