sábado, 27 de agosto de 2016

Lecturas de agosto

Hay que ver, agosto vacacional: ¡un sin vivir!
Hasta hoy no he podido detenerme a comentar, aunque sólo sea brevemente, algunas de las lecturas que me han acompañado durante las vacaciones. Alguna menos de las que había previsto, pero bueno...

Empezamos con dos novelas de temática policial-judicial. Dos lecturas para pasar un rato entretenido, pero con la suficiente calidad (sus autores ya la han demostrado en títulos anteriores) como para capturar nuestra atención. La primera es El quinto testigo, de Michael Connelly (RBA, 2015). En este caso, el autor abandona a su carismático detective Harry Bosch (aunque hace un brevísimo "cameo" en la historia) para introducirnos en una inteligente trama judicial. Sólo un pero: yo hubiese finalizado la historia en la página 545, con ese desenlace oscuro, sin incluir las cuatro páginas últimas que arreglan un final convencional, donde los malos (la mala, en este caso) acaban pagando por sus fechorías.
La segunda es No confíes en Peter Pan, de John Verdon (Roca Bolsillo, 2015). Se trata del cuarto libro protagonizado por el detective retirado David Gurney y, como en las tres entregas anteriores, la trama está endiabladamente bien construida.

Siguiendo con la ficción, he leído los dos últimos libros de Erri de Luca, Las santas del escándalo (Sígueme, 2015) y Quijote y los invencibles (Círculo de Bellas Artes, 2016), así como el primero de los libros escritos por el autor napolitano, Aquí no, ahora no, que fue publicado por Akal (2000). En otras ocasiones he manifestado mi pasión por la escritura de Erri de Luca. También por su biografía y su actitud vital. De Quijote y los invencibles, libro que recoge el guión y el DVD del espectáculo que, con el mismo título, ofreció en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, recojo el siguiente texto:
"Invencibles, para nosotros son los migrantes. Los que atraviesan el mundo a pie y no se detienen por ninguna expulsión, por ningún naufragio, por ningún campo de concentración que nosotros llamamos Centro de Permanencia Temporal.[...] Para no reconocer que somos carceleros. Carceleros de personas culpables de viajar. Las miríadas de mujeres y hombres que se desplazan andando por el mundo y así mueven el mundo, no pueden ser detenidos".

Más ficción. Cosecha, de Jim Crace (Hoja de Lata, 2016) es la historia de una pequeña y aislada comunidad campesina amenazada por la transición del viejo sistema agrícola y feudal hacia formas de capitalismo agrario basadas en la institución de los cercamientos (enclosures), es decir, en la apropiación por parte de terratenientes de tierras comunales o de  pequeñas parcelas privadas, desposeyendo de las mismas a los campesinos. Como han analizado muchos historiadores, este movimiento de desposesión es uno de los componentes de la "acumulación primitiva" que permitirá la consolidación del nuevo régimen capitalista.
"No debemos engañarnos pensando que, en un mundo moderno, nuestro sistema comunal, que solamente beneficia a los comuneros, y eso solo en los años buenos, puede llegar a granjearse la admiración de los sagaces observadores, para quienes 'la agricultura que no rinde beneficios' es un absurdo".
En este nuevo mundo del beneficio, la agonía de las formas de vida tradicionales irá acompañada de la ruptura de cualquier vínculo comunitario y la violencia no tardará mucho en aparecer.
Escrita a la manera de los grandes relatos, es una novela que deja huella.

Le conocía y apreciaba en su faceta de director (excelente su última película, Un día perfecto: hay que quedarse hasta que terminen los títulos de crédito), pero no como escritor. Fernando León de Aranoa firma Aquí yacen dragones (Booket, 2014), un libro breve compuesto por relatos cortos construidos a partir de una convicción expresada por el autor en el "aviso a lectores" de su primera página:
"Aquí yacen dragones. Una leyenda que, acompañada de monstruosas serpientes aladas, advertía de la presencia, a partir de ese punto, de peligros desconocidos. Un Cuidado con el perro pavoroso, un aviso a navegantes con el que los cartógrafos medievales pretendían disuadir a potenciales exploradores: no sigan por ahí, de hacerlo encontrarán quizá el horror y la muerte. Y a la vez, una bella metáfora: donde termina el conocimiento, empieza la imaginación".
La imaginación, la curiosidad, y también la indignación. Hay relatos particularmente logrados, como "Minas", "Los turistas como pueblo", "Lo que el mar devuelve", "Las muertes de María" o "Bifurcaciones". De este último, por lo que puede tener de actualidad, tomo las siguientes líneas:
"Qué camino tomar, qué mano elegir o a quién querer más, son elecciones ante las que nos encontramos desde nuestra infancia, que casi nunca es tierna. Trataremos en las líneas que siguen de poner en evidencia la hipocresía de dichos planteamientos, su engañosa dualidad, así como dejar al alcance del lector una serie de recursos que le permitan, llegado el caso, hacer frente al maniqueísmo emboscado tras el aspecto inocente de las bifurcaciones.
Cualquiera diría que ante ellas se nos presentan sólo dos opciones. Dicha sensación es ilusoria. Muchas veces esas dos opciones, en apariencia divergentes, resultan ser la misma, como nos demuestra con frecuencia el bipartidismo. [...].
Forzado a elegir entre dos opciones, se presenta siempre una tercera: no elegir forzado.
No se fíe de las bifurcaciones. Le ofrecen apenas un par de alternativas, pero es muy posible que dispongan de otras muchas, escondidas en cualquiera de sus dos mangas".

Y de la ficción pasamos al ensayo. Desde hacía tiempo tenía pendiente de leer La historia falsa y otros escritos de Luciano Canfora (Capitán Swing, 2013): sin más, no he conseguido conectar con su contenido.
He releído La carga del hombre blanco de William Easterly (Debate, 2015). Ya había leído el libro cuando se publicó en inglés hace una década, y he aprovechado su edición en castellano para refrescar la crítica que Easterly hace de las grandes iniciativas institucionales de ayuda al desarrollo, ejemplificadas en los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas. El Mundo publicó en 2007 sendas entrevistas a William Easterly y a Jeffrey Sachs (paladín de la ayuda) en las que se recogen muy correctamente los principales términos del debate.
También tenía pendiente el libro Historia de España (2014-2033). Crónica de un colapso, firmada por un tal Michael Joker, en realidad trasunto de Carlos Taibo (Los libros de la catarata, 2013). Se trata de una ingeniosa pero distópica ucronía política en la que el autor construye un futuro posible para España actual a partir de sus conocidas tesis, planteadas en libros como Repensar la anarquía o en multitud de conferencias.
Por cierto, tras una corta y relativamente incruenta guerra civil entre julio y octubre de 2016, me ha hecho reír que, entre tanto cambio de denominaciones, la Euskadi declarada independiente se quede con el nombre de "España":
"La denominación de la nueva república vasca fue objeto de vivas polémicas. Sus detractores señalaron que lo que había por detrás no era sino el designio, de difícil realización y dudoso beneficio, de convertir a Euskadi en instancia heredera del Estado español.Lo cierto es que, con el consenso de la mayoría aplastante de los diputados que tomaban asiento en el parlamento local, que declararon estar hartos de polémicas nominalistas, Euskadi decidió llamarse España, sin remilgos en lo que hace al empleo del término castellano correspondiente".



Fuente: http://blogs.lainformacion.com/strambotic/2013/09/06/espana-2016/

Más ensayo, ya terminando.

La naturaleza es un campo de batalla, de Razmig Keucheyan (Clave Intelectual, 2016) propone y desarrolla la hipótesis de que el capitalismo pueda sobrevivir a una crisis ambiental mediante el recurso a la financiarización de la naturaleza y a la militarización. No sólo de sobrevivir, sino hasta de convertir la crisis en fuente de nuevos beneficios privados.

¿Qué hacer? El capitalismo, el comunismo y el futuro de la democracia (Edhasa, 2016) recoge una larga conversación entre los filósofos Alain Badiou (defensor de la "hipótesis comunista") y Marcel Gauchet (defensor de la "hipótesis reformista"). Interesantísima, tanto por la forma (se trata de una auténtica discusión) como por el fondo, por los temas abordados. Al final de la misma, Badiou presenta algo así como una propuesta de matrimonio de conveniencia: "Sin el relanzamiento de la hipótesis comunista, la hipótesis reformista defendida por usted no tiene probabilidad alguna de realizarse".
Por cierto, si alguien de la editorial lee esto, ya se habrán percatado de que en el apéndice final donde supuestamente se recoge el "Esquema de la estructura contemporánea del mundo, propuesto por Alain Badiou", tal esquema brilla por su ausencia.

Un año en los bosques, de Sue Hubbell (Errata Naturae, 2016). Otro regalo en la línea de libros, ya citados aquí, como Los búfalos de Broken Heart, Tristeza de la tierra o Mis años grizzly.

Y el libro que más me ha interesado: La España vacía. Viaje por un país que nunca fue, de Sergio del Molino (Turner, 2016). Un recorrido ilustrado pero, sobre todo, sentido, por la sufrida España rural:
"Hay dos Españas, pero no son las de Machado. Hay una España urbana y europea, indistinguible en todos sus rasgos de cualquier sociedad urbana europea, y una España interior y despoblada, que he llamado España vacía. La comunicación entre ambas ha sido y es difícil. A menudo, parecen países extranjeros el uno del otro. Y, sin embargo, la España urbana no se entiende sin la vacía. Los fantasmas de la segunda están en las casas de la primera".
Leído, además, en la despoblaba Montaña Palentina, el libro me ha resultado especialmente cercano.


En fin: se acaba el tiempo de la las lecturas desordenadas. Se acaban las vacaciones. Las golondrinas ya se han ido y el Curavacas empieza a cubrirse de otoño antes de tiempo.






miércoles, 24 de agosto de 2016

Valle de Miranda y travesía Pico Las Lomas-Pico Cuartas-Pico de las Guadañas

Ayer acompañé a Garbiñe, Maite y Fernando a recorrer el Valle de Miranda. No lo conocían, así que aprovechamos la mañana para caminar por su interior, subiendo por la pista hasta los Llanos, recorriendo Las Grajeras y descendiendo al punto de partida por un empinado cortafuegos. Una entretenida y fácil ruta circular. Vimos una buena cantidad de ciervos.


 
 




Hoy hemos hecho otra travesía circular, pero bastante más exigente. Saliendo temprano desde Cardaño de Arriba hemos subido hasta el misterioso Pozo de las Lomas, para desde ahí ascender al Pico Las Lomas (2.430 m.). Siguiendo el cordal que lleva hasta el Pico Murcia, hemos pasado por el Pico Cuartas (2.451 m.), Cebollada (2.185 m.) y Las Guadañas (2.248 m.). Desde aquí hemos descendido al Alto del Camino a Cardaño (2.143 m.) (lugar de encuentro el día de San Lorenzo de las romeras y romeros de Portilla de la Reina y Cardaño de Arriba) y, siguiendo el sendero de Hontanillas, hemos regresado al punto de partida.

 Pozo de las Lomas
 Cumbre del Pico de las Lomas. Al fondo, Picos de Europa.
 Agujas de Cardaño, desde la cumbre del Lomas.
 Desde el Lomas, el Pico Cuartas. Aunque no lo parezca, un metro más alto que el Espigüete.
 Lagos de Hoyos de Vargas, en la vertiente leonesa.
 Descendiendo del Cuartas: por delante Guadañas, Peñas Malas, Murcia y Espigüete.
Vista atrás desde el Guadañas. En la parte izquierda de la foto: la figura piramidal del Cuartas y la cima suavizada del Lomas. En la parte derecha superior: Tres Provincias, Peña Prieta, Pico del Infierno Alto del Tío Celestino y Alto del Calderón. Por debajo pueden adivinarse las Agujas de Cardaño.

domingo, 21 de agosto de 2016

Curavacas y cabras montesas

Ya he comentado en otra ocasión mi fascinación con el Curavacas, mi Montaña Análoga. Hoy, 21 de agosto, he madrugado para ascender a su cima. Cuando llegaba a la entrada del Callejo Grande la luna, menguante, aún se sostenía en el cielo, y el sol apenas si empezaba a abrirse paso por las sendas del Callejo.




Y entonces, en la mitad superior del Callejo, la he visto. ¡Una cabra montés! Había leído que hace unos pocos años las habían introducido en la zona de Riaño, y hace poco me comentaron que habían empezado a pasar a la zona del Curavacas. Por lo que sé, la cabra montés (Capra pyrenaica victoriae) no es una especie propia de estas montañas, aunque sí de Pirineos y Gredos. El caso es que ahí estaba... bueno, estaban: tres preciosos ejemplares, que he podido fotografiar a placer.



















Durante cuarenta minutos he demorado mi ascenso, emocionado al poder estar así  de cerca de tan magníficos animales. En la cumbre me he encontrado con un montañero de Balmaseda que me ha recordado que en agosto del año pasado coincidimos también, él acompañado de más gente, en la cumbre del Espigüete. Hemos echado una buena conversación mientras disfrutábamos de las vistas.


Vértice geodésico y buzones cimeros. Al fondo, Picos de Europa.


Espigüete.


El Hospital y el Monte de las Huelgas.


Un pajarillo nos ha acompañado todo el rato. Le ha gustado el kiwi. 


Sendero que nos lleva, por la cara norte, desde el final del Callejo y la canal Sur hasta la cima del Curavacas. Al bajar, he vuelto a encontrarme con las cabras, ahora un poco más alejadas.



El descenso por las pedreras nos permite, con un poco de equilibrio, ganar mucho tiempo.


Un último vistazo al Curavacas desde los prados de Cabriles. Hasta el año que viene.