- Actuar con flexibilidad, de manera que la resolución de esa situación ambigua pueda presentarse como un acto de inteligencia y generosidad de la mayoría política democrática, como una concesión que pone en el tejado de la izquierda abertzale la tarea de corresponder adecuadamente a la misma.
- Optar por la inflexibilidad y el rigorismo, lo que supone poner en bandeja la posibilidad de que la izquierda abertzale puede presentarse como víctima de la cerrazón política (si la resolución final del caso no es acorde con sus aspiraciones o demandas) o como luchadora esforzada que ha conseguido arrancar lo que le era debido (si la resolución final responde a esas demandas).
También se tacha de contradictorio el informe jurídico porque incluye dos precedentes que servirían para respaldar la petición de Amaiur. Uno, idéntico al actual, es el caso de ERC en 2004, que en la Comunidad Valenciana no logró el 15%, pero a pesar de esto pudo conformar grupo. Otro precedente, en 1986, es aquel en el que la Mesa del Congreso tuvo en cuenta los votos obtenidos en todas las circunscripciones en las que el PNV presentó candidatura, aunque no hubiera obtenido escaño en una de ellas; en aquel caso se hizo la media en todas las circunscripciones, y dado que el PNV superaba el 15%, se permitió que conformara gryupo parlamentario.
Desde esta perspectiva no entiendo la posición mantenida en la Mesa del Congreso por el PSOE. Su representante en la misma, Javier Barrero, se abstuvo en la votación al considerar que el dictamen de los servicios jurídicos era en realidad una simple nota informativa, al carecer de conclusiones operativas claras. Visto lo visto, ¿acaso podía haberlas? Lo que resulta contradictorio no es el informe juridico, sino la práctica parlamentaria que se ha llevado en las dos cámaras, acostumbrada a "salvar" los obstáculos reglamentarios cuando parecía oportuno hacerlo así. La cuestión es: ¿qué piensa el PSOE que hay que hacer en este caso? Ramón Jauregui se ha mostrado partidario de una interpretaciíon flexible del Reglamento que posibilite la conformación de grupo tanto a Amaiur como a UPyD. ¿Por qué no se ha defendido con claridad esa posición en la Mesa?
Durante mi paso por el Senado ha visto hacer cosas con el Reglamento de la Cámara Alta que no creeríais. He visto ceder temporalmente senadores socialistas (más de uno y más de dos y más de tres) al PNV para que este partido pudiera conformar grupo parlamentario. Lo recordaba con gracia el que fuera presidente del Senado entre 1989 y 1996, Juan José Laborda: "Durante muchos años prestamos por un día a senadores socialistas para que los del PNV pudiesen constituir el grupo nacionalista vasco. Y el pago de ese préstamo, ese pequeño fraude de ley, consistía en que el grupo nacionalista nos pagaba una cena en el restaurante Currito de Madrid, en donde los que habían sido vascos por un día y nosotros dábamos cuenta de una buena chuleta". Algo similar (no sé si con chuleta o sin ella) a lo que acaba de ocurrir con UPyD, que ha superado el límite del 5% de votos en toda España exigido por el Reglamento del Congreso para conformar grupo parlamentario (el partido de Rosa Díez sólo llegaba al 4,69%) gracias a la cesión temporal delúnico diputado del Foro Asturias Ciudadano, la formación parida hermafrodíticamente por Álvarez-Cascos.
No me parece mal que se hagan estas cosas. De lo que se trata es de que el reglamento facilite el funcionamiento de la institución. Y es evidente que UPyD tiene una voz claramente propia, que debe poder ser escuchada en el Congreso sin las limitaciones que supone formar parte del Grupo Mixto. ¿Qué también Geroa Bai, Compromis, BNG o ERC tienen voz propia y diferenciada? Sin duda. Pero UPyD tiene 5 parlamentarios, mientras que el resto de fuerzas que compondrán el Mixto no pasan de 3. Algún límite es razonable.
Lo que no es razonable es que Amaiur, voz diferenciada donde las haya y con 7 diputados, se vea impedido de conformar grupo parlamentario con argumentos tan endebles como la moralina estomagante del "es que no son como nosotros, los buenos: ¡es que ellos son malos!". No estamos hablando de eso. Superados los filtros legales correspondientes, Amaiur está en el Congreso de los Diputados como una fuerza política más. Y de lo que se trata es de que a partir de ahora las Cámaras funcionen.
Amaiur acabará teniendo grupo parlamentario propio. Porque es más eficaz y porque es más justo que así sea. Ya veremos si lo logra como consecuencia de nuestra inteligencia democrática o si consiguen presentarlo, cuando sea, como una muestra más de su empecinada lucha contra un sistema poco democrático.