jueves, 23 de febrero de 2023

El buen antepasado

Roman Krznaric
El buen antepasado. Cómo pensar a largo plazo en un mundo cortoplacista
Traducción de Efrén del Valle
Capitán Swing, 2022

"Ha llegado el momento, sobre todo para los habitantes de las naciones ricas, de reconocer una verdad inquietante: hemos colonizado el futuro. Tratamos el futuro como un lejano puesto colonial carente de personas al cual podemos arrojar degradación ecológica, riesgo tecnológico y residuos nucleares, y saquearlo a voluntad. Cuando Gran Bretaña colonizó Australia en los siglos XVIII y XIX, se sirvió de una doctrina legal actualmente conocida como terra nullius -«tierra de nadie»- para justificar su conquista y tratar a la población indígena como si no existiera o no tuviera derechos sobre la tierra. A día de hoy, nuestra actitud como sociedad es la del tempus nullius: vemos el futuro como un «tiempo de nadie», un territorio no reclamado que también está exento de habitantes. Igual que los territorios lejanos del imperio, podemos adueñarnos de él. Igual que los indígenas australianos siguen luchando contra el legado del terra nullius, también hay que batallar contra la doctrina del tempus nullius".

 
Empezaré diciendo que en este libro Krznaric no dice nada que no sea sentido común para el ecologismo crítico, el ecosocialismo o el ecologismo anticapitalista: que nuestro modo de vida es insostenible porque vivimos consumiendo las oportunidades vitales de millones de nuestras contemporáneas y contemporáneos (la mayoría de las personas que habitan el Sur Global), así como las de las generaciones futuras, también las de nuestras hijas e hijos; y que, más allá de intereses materiales explícitos, estamos especialmente mal preparadas para afrontar el reto de tomar decisiones en el presente incorporando las consecuencias que estas decisiones pueden tener en el futuro. Como advierte James Garvey en La etica del cambio climático,

"Estamos acostumbrados a pensar de manera individual, e identificamos fácilmente los daños locales, que se producen justo delante de nosotros tanto en el espacio, como en el tiempo. Nuestros valores se forjaron en un mundo sin tecnología y fragmentado. Ahora, la acumulación de actos aparentemente inocentes tiene consecuencias que nuestros antepasados no pudieron ni soñar. Además, los efectos de nuestras acciones, así como las acciones en sí mismas se difuminan en el espacio y el tiempo de manera muy confusa".

Una referencia fundamental para pensar este reto es, sin duda, Hans Jonas con su obra de 1979 El principio de responsabilidad, en la que reflexiona sobre "la ampliada dimensión de futuro de la responsabilidad actual"; así como el imprescindible Jorge Riechmann y su idea de que habitamos en "la época moral del largo alcance".
 
Pero el libro de Krznaric merece ser leído, conversado y, sobre todo, practicado. Escrito con un estilo accesible y ligero, repleto de ilustrativas infografías y con ingeniosas metáforas que ayudan a visibilizar las tesis básicas del libro; entre estas metáforas destaca la contraposición entre el "cerebro nube de azúcar" (nuestra tendencia a buscar satisfacciones y recompensas a corto plazo) y el "cerebro bellota" (nuestra capacidad para pensar a largo plazo, para hacer proyecciones y cálculos de futuro).
 
Me han interesado mucho su reflexión sobre el potencial de la religión para construir comunidades de pensamiento a largo plazo (la memoria y la transmisión son esenciales en todas las religiones); su crítica, de la mano de Nordhaus, del "ciclo empresarial político" que refuerza el cortoplacismo y reproduce el cerebro nube de azúcar tanto en el cuerpo electoral como en las personas elegidas mediante procedimientos democráticos; o la imperiosa necesidad de diseñar "instituciones-bellota" que modulen y reduzcan nuestra impulsividad a corto plazo.

Me ha gustado menos, hasta me ha disgustado, que pueda plantearse la mera posibilidad de "aspirar al crecimiento económico y a la vez respetar los límites ecológicos del planeta", su aplauso a los "pactos verdes" o su afirmación de que "los bits son ligeros": son cuestiones que, en mi opinión, banalizan la crítica de fondo contenida en el libro, volviéndolo funcional, si no para un capitalismo verde, sí para una "socialdemocracia verde", eco-reformista.
 
Y por favor: Bárbol no es "un gigantesco árbol parlante" diferente de los ents, como dice en la página 69, sino el líder de los ents, de los pastores de árboles. Un respeto.
 
Y ya puestas, señalar una errata en la página 18: no es "un sufragista" sino una sufragista.  

martes, 21 de febrero de 2023

La otra chica negra

Zakiya Dalila Harris
La otra chica negra
Traducción de Eva González
Umbriel, 2022
 
"Es que... es realmente injusto. La gente blanca nunca tiene que mostrarse tan súper consciente de sí misma como nosotros. Cuando entran en una sala, no tienen que comprobar de inmediato la demografía y analizar lo que ven. No tienen que ocuparse de representar los muchos millones de perspectivas negras que hay en este país, solo porque el jefe de personal fue demasiado perezoso para traer a algunos más. Pueden entrar en una tienda pequeña sin temor a que los sigan. Nunca tienen que preocuparse por tener problemas con el coche en el sur mientras conducen por carreteras secundarias por la noche. Ni en ningún otro momento del día, en realidad. ¿Sabes?".


Nella Rogers es la única persona trabajadora negra en la editorial Wagner Books. Contratada como asistente editorial en el marco de una política de empresa que busca (perezosa, superficialmente) aumentar su diversidad, Nella experimenta cotidianamente lo que supone "ser negro en un entorno laboral blanco", todas esas consecuencias negativas derivadas del racismo estructural sobre las que tan profundamente ha escrito Reni Eddo-Lodge:

"El racismo estructural -escribe eddo-Lodge- es docenas o centenares o miles de personas con los mismos sesgos reuniéndose para formar una organización, o actuando como si formaran parte de una. El racismo estructural es un ambiente de trabajo, creado por esas personas, impenetrablemente blanco, en el que cualquiera que queda fuera de los parámetros establecidos debe adaptarse o afrontar el fracaso. La palabra «estructural» es a menudo el único modo de captar lo que pasa desapercibido: el escepticismo, los sesgos implícitos, los prejuicios sobre la competencia de alguien".

La inesperada contratación de Hazel, "otra chica negra", parece anunciar el principio del fin de su experiencia de soledad, de las dificultades a las que se enfrenta cada vez que intenta introducir en el trabajo de la editorial su mirada y su opinión: ese personaje negro de alguna de las novelas que sopesan publicar que le parece hirientemente caricaturesco, esas descorazonadoras reuniones sobre diversidad en Wagner: "Cuando Nella ofreció el acrónimo BIPOC (Black and Indigenous People of Color«población afrodescendiente e indígena»), como un término al que asociaba con «diversidad», sus compañeros asintieron... y después ofrecieron sus propios ejemplos de diversidad: zurdos, miopes y disléxicos".

Pero, lejos de reforzar su posición, la llegada de Hazel va a remover todo su mundo, como un terremoto de altísima magnitud. De inmediato logrará la atención y la aceptación que nunca tuvo Nella, llegando a desplazarla de algunas de sus responsabilidades. La otra chica negra de la oficina se convertirá en una de esas OCN, una de esas «Otras Chicas Negras» cuya actitud y desempeño no solo no fortalecían a sus compañeras negras, sino que las invisibilizaban y desplazaban a la periferia de las organizaciones en las que se encontraban:

"Lo único peor que eso era saber que docenas, o tal vez cientos, de otras jóvenes negras estaban experimentando aquel mismo tipo de humillación... y que otras jóvenes negras eran la causa. Cientos de jóvenes negras, seguramente más, estaban sufriendo graves cambios de personalidad en todo el mundo. El grado en el que cambiaban variaba de persona a persona. Algunas hablaban de un modo distinto, otras se vestían diferente. Pero lo más importante era que el cambio no era superficial. llegaba a todas y cada una de sus almas".

Nos sorprenderá conocer cómo y por qué se produce ese cambio en un desenlace que, en mi primera reacción, me pareció fuera de lugar, casi una tomadura de pelo 😉 Pero no. Merece la pena leer, pensar y conversar esta novela llena de travieso pensamiento decolonial.

domingo, 19 de febrero de 2023

Eretza

Hoy he subido al Eretza desde el barrio de Saratxo, pasando por el Mendiola.
Niebla cerrada que solo de bajada se ha abierto un poco, pero sin llegar a despejar. 
Una mañana bonita.