jueves, 5 de octubre de 2017

Derechos torcidos

Derechos torcidos. Conversación sobre el “derecho a decidir”, la soberanía, la libre determinación y la España federal
Miguel Candel y Salvador López Arnal.
El Viejo Topo, Barcelona 2017

Todos los estados son artificiales y ninguna nación es producto de la naturaleza. Sólo cabe buscar equilibrios que faciliten al máximo la convivencia entre grupos humanos culturalmente heterogéneos cuya propia diversidad, para ser sostenible, exige un mínimo de unidad política (p. 48).

Solo un romanticismo trasnochado y una ceguera sociológica absoluta pueden llevar a alguien a pensar en la posibilidad de “cortes limpios” en una hipotética recomposición del mosaico español con arreglo a “líneas de fractura” étnico-culturales (p. 47).

Un libro excelente y muy necesario en el momento actual.
¿Qué ha sido de los federalistas catalanes?, me preguntaba hace poco.
Aquí hay algunos dignísimos representantes...

martes, 3 de octubre de 2017

Derechos fundamentales y ciudadanía



Lo que esta pasando en Cataluña es importante, pero no es lo fundamental.
El viernes pasado tuve ocasión de colaborar  con el 3º Congreso Estatal de Participación de Personas en Situación de Pobreza y Exclusión Social, que se ha celebrado en Bilbao organizado por EAPN (Red Europea de Lucha contra la Pobreza).
Compartí mesa redonda sobre "Derechos Fundamentales y Ciudadanía" (Ver video) con Sonia Fuertes, de la Taula d'Entitats del Tercer Sector Social de Catalunya, Teresa Laespada, diputada foral de Empleo, Inclusión social e Igualdad, y Sergio Aires, Presidente de EAPN Europa. Nos moderó con eficacia Loreto Larumbe, periodista de Radio Euskadi (y, si me lo permite... ¡alumna mía!).


El diálogo posterior con las personas participantes fue una maravilla.
Y tras el acto, la conversación continuó entre pasillos...
Un día inolvidable.

lunes, 2 de octubre de 2017

El día después


Lo dijo a las claras un infame Turull: "Si sacan los tanques a la calle es que ya hemos ganado". Y lo más parecido a los tanques que hay en una democracia, los antidisturbios policiales, han salido a la calle. Lo más parecido, con todo lo distintos que son: Barcelona no es Tiananmén. Pero la imagen de porras enarboladas frente a personas que esperaban a votar es la que va a quedar para siempre: la imagen de policías llevándose las urnas, la de los empujones, las caídas y las cabezas sangrantes. Turull estará contento. Por cierto, él no está entre las personas heridas; incluso ha votado sin problemas, buscando en coche oficial, como han hecho sus superiores, el colegio más tranquilo para practicar su heroico desborde constitucional. Con foto en su twitter incluida, claro.
De un plumazo –de un porrazo- el relato más antipático, más incómodo, más rechazable, ha conquistado nuestro imaginario. Qué distinto sería todo (hoy, pero sobre todo a partir de mañana) si la foto que reflejara el conflicto en Cataluña fuera la de aquel Parlament demediado y trilero que el 6 de septiembre malaprobó la Ley de Transitoriedad Jurídica, y de Joan Coscubiela advirtiendo frente a su deriva. ¡Qué distinto sería todo!
Pero el PP se ha mostrado como un partido radicalmente irresponsable; no por ignorancia, lo que ya sería malo, sino por cálculo. No diré que me sorprenda: recordemos la gestión del 11M y al mentiroso Acebes, las manifestaciones contra la política antiterrorista de Zapatero, la utilización política de las víctimas, la recogida de firmas contra el Estatut… Y ha desencadenado a los dragones.
El referéndum ya estaba herido en su legitimidad tras la tramposa actuación del Parlament y la desobediencia civil de la oposición al soberanismo; el referéndum ya estaba anulado en su práctica tras las decisiones judiciales que lo privaban de cualquier apariencia de legalidad. Nada de lo que hoy, domingo 1 de octubre, ha ocurrido en las calles de Cataluña, era necesario.
Pero la represión de una ciudadanía festivamente movilizada lo ha ocupado todo, desplazando cualquier matiz. Desplazando incluso el recuerdo de aquella Ciutat Morta que fue Barcelona el 4 de febrero de 2006, el recuerdo de un presidente Mas accediendo en 2011 al Parlament en helicóptero, el recuerdo de la ciudadana que perdió un ojo durante la huelga del 14 de noviembre de 2012 por el disparo de una pelota de goma de los Mossos… España contra Cataluña: una España caricaturizada frente a una Cataluña idealizada. Pero es en esa España-caricatura, de charanga y pandereta, de hooliganismo patriotero, donde el PP consigue ese puñado de votos fieles que marca la diferencia electoral.
El PP y el PSOE, los dos grandes partidos estatales, han fracasado en la gestión de la diversidad constitutiva del Estado español moderno. La prueba de su fracaso es su creciente marginalidad en Cataluña y en Euskadi. Puede ser cierto que ni Puigdemont ni Junqueras sirven como interlocutores para el futuro. ¿Sirven Rajoy y Sánchez?

Publicado en EL DIARIO NORTE