domingo, 12 de mayo de 2019

De Ganeroitz a Arroletza

De la cordillera de Sasiburu puedo decir lo mismo que Nan Shepherd dice de sus Cairngorms: "Una nunca llega a conocer del todo la montaña, ni a sí misma en relación con ella. Por muy a menudo que pasee por ellos, estos montes siempre reservan algo con lo que sorprenderme. Es imposible acostumbrarse a ellos" (La montaña viva, Errata Naturae, 2018. Traducción de Silvia Moreno Parrado).
Por supuesto, la cordillera de Sasiburu no tiene nada que ver con los salvajes Cairngorms. El Ganeroitz, su cota más elevada, tiene unos modestos 559 metros, y el conjunto se encuentra a tiro de piedra del populoso Gran Bilbao.
A pesar de todo, a pesar de que todos los días contemplo su silueta desde mi ventana, nunca me canso de caminar por sus senderos.


Esta mañana no, esta mañana era imposible ver nada, cubierto como estaba todo por la niebla. Pero el cielo dejaba adivinar un brillante color azul, promesa de día soleado, así que he salido en dirección al barrio de Zamundi con la idea de subir desde al Ganeroitz, recorrer desde ahí todo el cordal pasando por Apuko, Sasiburu y Arroletza, y regresar a Alonsotegi por el barrio de Sasia.

 
 

 
 
 
 
 
 
 

Al poco de superar Zamundi, la niebla empieza a disolverse y a dejar paso al sol.

 
 
 
 
 

Al frente, la pala herbosa que lleva hasta la cumbre del Ganeroitz. Pero yo me he metido por el bosque y he subido por su izquierda.

 
 
  
 

Cumbre del Ganeroitz. En la segunda foto se ve el Eretza.
 
 

Ahora toca bajar la pala que antes veíamos desde la base del Ganeroitz. Las peñas blancas que se aprecian abajo es el Apuko, tradicionalmente conocido por estos lares como... Peñas Blancas.
 

Llegando al Apuko, a la derecha se eleva Sasiburu.


Buzón del Apuko. Al fondo, La Arboleda.
 


Desde aquí se aprecia perfectamente el camino hasta Sasiburu.


Mirada hacia atrás, hacia Ganeroitz.
 

Llegando a la cruz del Humilladero, hito referencial en la historia del Grupo Alpino Goiko Mendi.
 
 

 

El Abra.


Cumbre y buzón de Sasiburu.
 
 

Mirada hacia atrás, que nos permite observar todo el recorrido hecho hasta ahora.
 

Alonsotegi.
 
 
Me fascina este tramo del camino entre Sasiburu y Arroletza. Citando a Peter Wohlleben y su libro La vida secreta de los árboles, una auténtica "Wood-Wide-Web".
 
 
 

 Otro vistazo al camino recorrido. Será el último: a partir de ahora, la ruta gira levemente y dejaremos de verlo.

 
 
 
 

Buzón del Arroletza.
 

Desde aquí, a tiro de piedra, Bilbao.


La bajada se realiza por un bosque de eucaliptos, siguiendo en gran parte el trazado del gasoducto que va desde Santurtzi hasta Arrigorriaga, construido si no recuerdo mal en los primeros años noventa: un terreno empinado y descarnado, incómodo. 
 
 

El Sasiburu se asoma entre los pinos.
 

Así y todo, incluso en este terreno  se abre paso la belleza.
 
 
 

Último vistazo al Sasiburu, ya casi desde el pueblo.