Ya han llegado las mandarinas.
Nos las envían desde una cooperativa de agricultores de Valencia. Antes de que acabe la temporada aún nos llegarán dos cajas más.
Son ecológicas, y por eso su aspecto exterior no tiene nada que ver con las que encontramos en los supermercados, ni siquiera en la mayoría de las fruterías. Algunas son verduzcas, unas son más grandes que otras, pero ¡qué sabor! Jugosas, carnosas, es una delicia comerlas.
Y su aroma...
Philippe Claudel no se refiere en su libro al aroma de las mandarinas.Podía haberlo hecho.