lunes, 22 de julio de 2013

El mundo sumergido


Embalse del Ebro, julio 2013

Hacía años que no veía el embalse tan crecido. Me emociona observar ese solitario árbol antibaumaniano, único recordatorio de que aún debe quedar algo sólido bajo tanta liquidez. Me detengo a hacer una foto y al llegar a casa busco la novela de J.G. Ballard El mundo sumergido (Minotauro, 1988 [e.o. 1962], pp. 24-27):

"La falta de recuerdos explicaba quizá la indiferencia de Kerans ante el espectáculo de una civilización que se hundía lentamente. Había nacido y había sido educado en la zona limitada en otro tiempo por el llamado círculo polar ártico -ahora una región subtropical, con una temperatura anual media de veinticinco grados centígrados- y fue por primera vez al sur siguiendo una expedición ecológica, cuando ya había cumplido los treinta. Los vastos pantanos y las junglas le parecieron un laboratorio fabuloso; las ciudades sumergidas poco más que pedestales adornados.
Excepto los hombres más viejos, como Bodkin, no había nadie que recordara haber vivido en ellas, y aun en la infancia de Bodkin las ciudades habían sido fortines asediados, encerrados en enormes diques, desintegrados por el pánico y la desesperación. Venecias que se resistían  a celebrar sus bodas con el mar. [...]
El calentamiento continuo de la atmósfera había empezado a fundir los casquetes polares. Los mares helados de las llanuras antárticas se quebraron y disolvieron. Decenas de millares de témpanos del círculo ártico, Groenlandia, la Unión Soviética y América se derramaron en el mar, y millones de metros cúbicos de nieves eternas se licuaron en ríos gigantescos.
[...] El Mediterráneo se transformó en un sistema lacustre, y las Islas Británicas se unieron otra vez a Francia. Las llanuras centrales de los Estados Unidos, cubiertas por las aguas que traía el Mississipi de las montañas Rocosas, se convirtieron en un golfo enorme que se abría en la bahía de Hudson, y en el Caribe asomaron unas salinas barrosas. En Europa el agua se acumuló en lagos, y el barro arrastrado hacia el sur inundó las ciudades de las llanuras".