sábado, 27 de enero de 2024

Magma

Thora Hjörleifsdottir
Magma
Traducción de Elías Portela
Galaxia Gutenberg, 2023

"Soy una imbécil de campeonato. ¿Acaso mi fracaso no conoce límites? Pensaba que simplemente debía esperar hasta ser lo suficientemente buena. Que entonces él se daría cuenta. Pero sólo ve a través de mí. Yo no existo".
 
 
Esta es la historia de una colonización. De una colonización exitosa, instauradora de un dominio absoluto de una persona sobre otra. Porque, sí, también en las relaciones sentimentales se produce y reproduce la lógica colonial: una lógica de dominación, de abuso, de extractivismo, de manipulación, de reducción a recurso de usar y tirar. Como ocurre con los territorios, también entre las personas se instituyen relaciones de control total, de supremacía imperial.
 
Es la historia de Lilja, narrada por ella misma con un lenguaje directo, seco, crudo. La historia de una relación "amorosa" caracterizada por la manipulación y el maltrato psicológico, por la sumisión, la humillación y la degradación personal, hasta despeñarse en un abismo autodestructivo. 
 
Un relato oscuro, desasosegante, sobre un trasfondo aparentemente luminoso, disfrutón, libérrimo: jóvenes universitarias en una sociedad rica, noches de pubs y copas, ausencia de responsabilidades familiares, sexo de turisteo, vegetarianismo, chats, concurridas fiestas de cumpleaños... 
 
"Nuestro amor es crudo -afirma Lilja-, le confiamos el uno al otro ese magma, esa carne viva a la que nadie antes se había podido acercar. Cuando me siento como si me hubiese despellejado toda con un rebanador de queso, me recuerdo a mí misma esto: el amor es todo un espectro de colores. Hace tanto daño como hace bien"
 
El problema es que el rebanador sólo lo maneja él.

domingo, 21 de enero de 2024

Kurtzegan y Kolometa

Mañana ventosa y fría, pero luminosa y despejada. Lo bueno de los montes de Arno es que que ofrecen unas vistas espectaculares: Gorbea, Sierra Salvada, Ganekogorta, el Abra... Lo malo, que el viento azota sin compasión. Pero lo bueno supera a lo malo. Desde Sendegi he subido a Kurtzegan (863 m.) y a Kolometa (1.006 m.), pasando por el imponente menhir de Kurtzegan. Un paseo mágico.