sábado, 6 de marzo de 2021

Grandes granjas, grandes gripes y ciudades hambrientas

Dos libros publicados por Capitán Swing que conviene leer conjuntamente.

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Carolyn Steel
Ciudades hambrientas. Cómo el alimento moldea nuestras vidas
Traducción de Ricardo García Pérez
Capitán Swing, 2020

"Llevamos miles de años viviendo en ciudades, pero seguimos siendo animales definidos por necesidades animales. Y ahí reside la principal paradoja de la vida urbana. Habitamos ciudades como si fuera lo más natural del mundo, pero en el sentido más profundo, seguimos viviendo en el campo. [...] Sin los agricultores y la agricultura, las ciudades no existirían".


La ciudad es un perfecto artefacto de (solo aparente) desmaterialización. En las ciudades hay de todo, en grandes cantidades. Pero la producción material brilla por su ausencia. Las ciudades son definidas, cada vez más, como creativas, smart, sostenibles, conceptos que nos remiten a un mundo emancipado de cualquier referencia a las viejas ciudades industriales. Pero lo cierto es que la existencia de las ciudades, que "engullen ya el 75 por ciento de los recursos de la Tierra", se fundamenta en una cadena de explotación por desposesión que sustrae permanentemente recursos de las zonas rurales y de la naturaleza para poder seguir funcionando:
 
"Alimentar a las ciudades requiere un esfuerzo pantagruélico, un esfuerzo que tiene sobre nuestras vidas y sobre el planeta un impacto físico y social mayor que cualquier otra cosa que hacemos. Pero muy pocos en Occidente somos conscientes de este proceso. La comida aparece en nuestros platos como por arte de magia, y raras veces nos detenemos apreguntarnos cómo ha llegado hasta allí".

En este fascinante libro, la arquitecta Carolyn Steel analiza el desencuentro histórico que se ha ido produciendo entre las ciudades y la alimentación de sus habitantes. Desencuentro que nos ha vuelto ciegas ante el brutal impacto social y ecológico de producir, transportar y distribuir los alimentos que precisamos, así como de gestionar los residuos que estos alimentos generan, convirtiendo a las ciudades en insostenibles máquinas extractivistas, con una huella ecológica por habitante medio de 5,8 hectáreas, muy por encima de las 1,8 hectáreas que se consideran disponibles, en términos de justicia global, para cada habitante del planera.

De ahí su invitación a "ver el mundo a través de los alimentos", lo que nos proporciona una imprescindible "visión lateral" que nos permita "comprender que fenómenos en apariencia dispares están en realidad conectados". Más en concreto: "Ver a través del alimento constituye una herramienta poderosa: es un precursor para valorar el alimento y construir un mundo mejor en función de él".


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Rob Wallace
Grandes granjas, grandes gripes. Agroindustria y enfermedades infecciosas
Traducción de J.M. Álvarez-Flórez
Capitán Swing, 2020

"La humanidad ha 'resuelto' hasta ahora una hambruna tras otra transfiriendo excedentes de alimentos; eso sí, ha dejado millones de muertos en la estela de esos éxitos. Pero como ejemplifican las recientes e inminentes hambrunas en el Cuerno de África y en el Sahel, las crisis siguen multiplicándose y las posibilidades de resolverlas van reduciéndose en número y alcance. La capacidad de resuperación de los ecosistemas sigue disminuyendo y la disponibilidad de alimentos se ve amenazada por los propios modelos de producción que se autilizan actualmente para alimentar al mundo".


Y un mundo de ciudades hambrientas, carnívoras, derrochadoras, que desconocen el coste humano y natural tras los alimentos que consumen, precisa de un modelo de producción de alimentos que es homicida en el cortoplazo y suicida en el largo. Esto es lo que explica pormenorizadamente Rob Wallace en un libro que entronca con el de Andreas Malm El murciélago y el capital, que ya he comentado aquí, como podemos constatar desde el primer párrafo a la edición española:
 
"El SARS-CoV-2, el coronavirus que ha barrido el mundo, constituye solo una de toda una serie de nuevas cepas patógenas que han aparecido o reaparecido súbitamente como amenazas para los seres humanos en este siglo. Esos brotes -gripe aviar y porcina, Ébola Makona, fiebre Q, Zika, entre otros muchos- son algo más que una cuestión de mala suerte. Pueden vincularse remota o directamente casi todos ellos a los cambios en la producción o el uso de la tierra relacionados con la agricultura intensiva, y también, cuando ha sido el caso, a otros modos de producción implicados, entre ellos la tala y la minería".
 
El libro de Wallace es un muestrario de horrores, un bestiario de animales-monstruo criados por una industria agroalimentaria que sacrifica la calidad por la cantidad, el bienestar animal por el negocio, los ciclos naturales por la rapidez de los procesos de cría, engorde y sacrificio: megacobertizos repletos de aves híbridas, genéticamente idénticas; pollos sin plumas; cerdos apretujados rebozados de su propia mierda; frankenchicken; huevos contaminados, literalmente podridos; perdida acelerada de diversidad genética; sacrificios de miles o millones de animales para cortar los brotes de enfermedad...

"[E]l modelo agrícola actual está cultivando los patógenos más mortíferos del mañana junto con sus monocultivos de carne. Es decir, a pesar de su aparente antagonismo, las gripes de hoy se alimentan cada vez más de la agroindustria, recibiendo poco castigo a cambio. De hecho, la gran agricultura ha llegado a utilizar las nuevas enfermedades en beneficio propio, eliminando a los competidores más pequeños que no pueden permitirse mejoras en bioseguridad".
 
Igual que Carolyn Steel, Wallace nos ofrece unas lentes para ver el mundo a través de los alimentos. Y el mundo que vemos, construido a medias entre la Big Food (agroindustriaI y la Big Pharma (industria farmaceútica), resulta ser una pesadilla.

domingo, 28 de febrero de 2021

"14" y "El mundo en vilo": dos miradas sobre la Gran Guerra

Dos miradas sobre la Gran Guerra, la primera guerra mundial, aquel terrible conflicto que, como analiza Adam Hochschild en su imprescindible libro Para acabar con todas las guerras, debía ser la última guerra. Una novela y un ensayo, que presento brevemente para ir dando salida a lecturas muy recomendables que, de otra manera, van a quedar sin comentar. Y no me gustaría.

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Jean Echenoz
14
Traducción de Javier Albiñana
Anagrama, 2014 (6º ed.)

"Todos parecían encantados con la movilización: discusiones enfebrecidas, risas desmesuradas, himnos y fanfarrias, exclamaciones patrióticas entreveradas de relinchos. [...] 
[E]n general la gente sonreía confiada, pues a todas luces aquello duraría poco, regresarían enseguida [...].
Asunto de quince días, había diagnosticado Charles tres meses atrás bajo el sol de agosto. Lo mismo que dijo luego Monteil, y lo mismo que muchos creían por aquel entonces. Salvo que quince días después, treinta días más tarde, al cabo de más y más semanas, cuando comenzó a llover y los días pasaron a ser fríos y cortos, las cosas no se desarrollaron como estaba previsto".

 
Novela brevísima que, sin embargo, nos permite recorrer las distintas fases de la guerra: el entusiasmo inicial, el compañerismo y la camaradería en los primeros combates, el horror de las trincheras, la muerte de los amigos, el regreso al hogar de los soldados desmovilizados, mutilados y heridos, el inicio, incierto, de un futuro nuevo.
Todo ello narrado a través de la historia de Anthime, jovén de la Vendée, movilizado en los primeros momentos del conflicto junto con "sus compañeros Padioleau, Bossis y Arcenel", y su hermano Charles.

Echenoz es capaz de describir con la misma maestría la amistad entre los jóvenes que la barbarie de los bombardeos, la monotonía de las marchas por los polvorientos caminos de las Ardenas que el retorno a la vida civil, con la mente y el cuerpo rotos. Un relato magistral, que termina con un resquicio de esperanza que, como ahora sabemos, fue truncado unos años después.

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Daniel Schönpflug
El mundo en vilo. La ilusión tras la Gran Guerra
Traducción de Lucía Martínez Pardo
Turner, 2020
 
"Se trata de un viaje a través de un mundo que cambia a ojos vistas: imperios que se derrumban, revoluciones socialistas, luchas por la independencia y contra el colonialismo, en medio del hambre, la enfermedad y la miseria".
 
 
Este ensayo bien podría haberse titulado "18". El libro de Schönpflug comienza donde termina el de Echenoz: con el armisticio entre las potencias aliadas y el Reich alemán, en noviembre de 1918. El mundo es un lugar destruido, que debe reconstruirse. Y la reconstrucción de ese mundo se aborda no como una recuperación del viejo mundo de preguerra, sino como la posibilidad de un recomienzo, de una reinvención en todos los ámbitos de la existencia.

"Este libro -nos advierte el autor al final del mismo- en ningún caso pretende ser una representación objetiva de hechos históricos; más bien quiere ser entendido como un collage de testimonios de un grupo de actores diversos que narran cómo vivieron, recordaron, presentaron y entendieron 1918 desde su punto de vista personal". Esta perspectiva experiencial, personal, esta micro-historia de las mentalidades y las vivencias, hace que este libro se lea con facilidad y placer.

Por sus páginas transitan mujeres como la académica Moina Michael, creadora de las Remenbrance Red Poppies o amapolas del recuerdo, símbolo conmemorativo de los soldados caídos en la contienda, o Virginia Woolf, escribiendo su novela Noche y día. Asistiremos al surgimiento de la Bauhaus de Gropius y al dadaísmo de Duchamp. A través de los ojos del marinero Richard Stumpf asistiremos a la insurrección consejista de los tripulantes de la armada de guerra alemana en el puerto de Kiel. También seremos testigos de la rebelión espartaquista, de la aparición de los Freikorps y del ascenso del nazismo. Sabremos de las primeras acciones de protesta convocadas por Gandhi, de la lucha del Sinn Féin, del genocidio armenio, de la frustración de los soldados negros que lucharon en Europa (los Harlem Hellfighters) a su regreso a unos Estados Unidos tan racistas como los que dejaron a su partida, de la formación en París y creciente toma de conciencia anticolonialista de Nguyễn Tất Thành, que pasará a la historia con el nombre de Hồ Chí Minh...
 
Luces y sombras de una época fascinante, una "era de los extremos" que, sin embargo, sembrará el futuro de visiones de paz, justicia y libertad.
 
"Este sería un mensaje más o menos consolador de 1918 a nuestro perturbador presente, cien años después. Desde 1989 el mundo ha experimentado una y otra vez renacimientos llenos de expectativas y crisis fundamental; en el horizonte han aparecido futuros potenciales luminosos y perturbadores. También algunos comienzos de nuestro presente podrían acabar en fracaso y también podría parecer que las fuerzas destructoras y peligrosas -regímenes autoritario, movimientos populistas, terrorismo, nuevas guerras, un capitalismo cada vez más desatado- se imponen, pero 1918 nos demuestra que no es algo que esté escrito o que sea inevitable. En última instancia, en la historia y en la vida todo está siempre renaciendo, toda circunstancia es pasajera y los cometas, como en la pintura de Klee, persiguen su propia cola en un movimiento circular".
 
Ya veremos.
 
 
Paul Klee, "El cometa de París" (1918)