jueves, 5 de septiembre de 2013

Traidores de lo público


Javier Fernández-Lasquetty es consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Ocupa, pues, un muy relevante cargo en la administración pública autonómica. Su mayor responsabilidad es utilizar con eficiencia y eficacia los poderes y los recursos públicos con los que cuenta, en favor de la ciudadanía. Para eso, sólo para eso, recibe un sueldo público, pagado a través de los impuestos de la ciudadanía madrileña.
Traicionando absolutamente su deber como gestor de lo público, Lasquetty pretende privatizar la sanidad madrileña con el argumento de que la gestión privada de servicios públicos esenciales es más eficiente que la gestión pública: "Siempre he pensado que la Administración no es buena gestionando un servicio público", ha declarado en alguna ocasión.
Pero el inmoral Lasquetty sigue cobrando un abultado sueldo público por ocupar una alta responsabilidad como gestor público, a pesar de que considera que tal gestión no es ni eficaz ni deseable. Su obligación sería trabajar para lograr que, en su caso, la gestión pública de la sanidad sea correcta, o dimitir inmediatamente de su cargo en el caso de que considere que tal cosa es imposible. Pero no. Renuncia a su responsabilidad como gestor, pero no renuncia a su sueldo. Traiciona lo público. Por cierto: Lasquetty es otro de esos paladines de la gestión privada que toda su vida han vivido de lo público, si ganar oposición ninguna, sin demostrar más mérito que su fidelidad absoluta a unas siglas políticas.
Ahora, el Juzgado Contencioso Administrativo número 4 de Madrid ha tomado la decisión de suspender cautelarmente el proceso de privatización de seis hospitales en la región.
Pues bien, el tal Lasquetty  no ha encontrado otra forma mejor de responder al auto que descalificándolo porque, según él, el magistrado ha utilizado "criterios políticos, e incluso personales para tomar su decisión".
¿Cuáles han sido los criterios utilizados por Lasquetty para tomar su decisión de privatizar la sanidad madrileña?
A todos los lasquettis, traidores de lo público: ¡quitad vuestras sucias manos de los servicios públicos!

domingo, 1 de septiembre de 2013

Sexo, droga,mafia, violencia, incorrección política... mucha inteligencia y muchísimo humor


Era sólo una brevísima referencia en un artículo de Fernando Savater sobre literatura fantástica de ayer y de hoy: "Claro que hay que permanecer alertas, porque a veces una editorial no identificada con el género nos brinda algo que no debemos perdernos: por ejemplo, Anagrama acaba de publicar Wild Thing, de Josh Bazell, una divertida sátira con monstruo del lago, pero también con sexo, narcotráfico y mil sobresaltos humorísticos más". No decía nada más, pero si el autor del maravilloso ensayo La infancia recuperada se había fijado en este libro, algo debía tener. Además estaba editado por Anagrama: más a su favor. Así que en julio me pasé por mi librería de cabecera para hacerme con unas cuantas lecturas para el verano, entre ellas el referido libro de Bazell. Ahí estaba, pero al echar un vistazo a su contraportada comprobé que era el segundo libro publicado en España por ese autor: "¿Recuerdan a Pietro Brnwa? Era aquel asesino a sueldo arrepentido que ejercía de médico en el peor hospital de Manhattan gracias al programa de protección de testigos del FBI, y era el protagonista de la descacharrante Burlando a la Parca. Ahora, en esta segunda entrega de sus andanzas, Brnwa se enfrenta al monstruo del lago de Minnesota". ¿Un asesino a sueldo arrepentido, huyendo de la mafia, protagonista de una novela "descacharrante"? Eso tenía que verlo. Así que me llevé las dos.
Las he leído este verano y sí, me lo he pasado genial acompañando a Pietro Brnwa (pronunciado "Brawna"), alias Zarpa de Oso en su anterior vida como asesino al servicio de los Locano de Nueva Jersey. Tengo que decir que la primera novela, Burlando a la Parca, me parece la mejor de las dos, acaso por la sorpresa que supone casi cada página, con un argumento endiablado y un personaje que es un cruce imposible del más irónico y descarado de los detectives privados clásicos con un superhéroe del cine acción. Perdido el factor sorpresa, una vez aceptada la existencia literaria de un personaje tan increíble como Pietro Brnwa, Wild Thing no llega a ser tan absorbente como su antecesora, pero así y todo no deja de ser una novela ágil, inteligente y divertida, en la que Sarah Palin juega un destacado papel. Sí, esa Sarah Palin.