sábado, 5 de julio de 2014

Cuando la precariedad era revolucionaria





Hubo un tiempo en que la precariedad laboral podía existir asociada a una visión radical del mundo. Esto es lo que nos recuerda la historia de Boxcar Bertha, escrita por Ben Reitman y publicada por la editorial Pepitas de Calabaza. Como se indica en el prólogo, el libro "describe una forma de vida, la 'hobohemia', que ya casi no existe desde entonces, o lo que es peor, que ya ni siquiera tiene la posibilidad de existir, cuando menos en el mundo occidental, donde de nuevo se impone una represión generalizada de la pobreza".
Aunque presentado como si de una autobiografía se tratara, en realidad se trata de un libro de ficción, aunque cabría decir que la obra de Reitman consigue construir un preciso retrato del mundo del hobo, ese trabajador temporero, itinerante, que utilizando muchas veces los trenes de mercancías como medio de transporte se desplazaban por Estados Unidos, unas veces para trabajar, otras para participar en diversos actos de protesta política.


Fuente: The Spokesman-Review

Porque lo cierto es que los hobos, a diferencia de los simples vagabundos, alcanzaron un alto grado de politización gracias a su relación con la organización de inspiración anarquista Industrial Workers of the World, los conocidos como wooblies. Impulsores de una poderosa cultura alternativa, escuchar sus canciones nos remite a otros tiempos, es verdad, pero que tal vez no pertenezcan al pasado sino al futuro.




El libro de Reitman nos introduce en esa cultura radical, en las relaciones establecidas entre la vida errabunda de unos hombres y mujeres (en el caso de Boxcar Bertha, es precisamente una mujer la que nos guía) que se negaban a integrarse en la lógica salarial y la reivindicación de un movimiento obrero activo empeñado en transformar el mundo.


(Boxcar Bertha, llevada al cine por Martin Scorsese en 1972)

Hoy en día, cuando el precariado se está convirtiendo en la nueva clase peligrosa, merece la pena echar la vista atrás, recordar que de la precariedad laboral puede surgir energía transformadora si se transforma en solidaridad, siguiendo el lema de los IWW: "una ofensa a uno es un ataque a todos".



martes, 1 de julio de 2014

Grillo y Farage: no tan extraños compañeros de cama




En 2011 surgió en Italia el fenómeno de los forconi, una serie de movilizaciones y protestas impulsados por sectores de la pequeña y media burguesía (comerciantes, pequeños agricultores, artesanos, transportistas, pero también estudiantes) golpeados por la crisis, que mezclaban en sus reivindicaciones temáticas regionalistas, denuncias de la corrupción política y antieuropeismo. Estas protestas han continuado hasta la actualidad, siendo especialmente virulentas en Turín. Se trata de un movimiento que recuerda al clásico poujadisme de los años cincuenta en Francia y cuyos fundamentos encontramos en el origen de los actuales populismos: grupos sociales tradicionalmente prósperos que, como consecuencia de un cambio económico profundo, alimentados “por un sentimiento de abandono y por el resentimiento respecto de otros grupos y de sus representantes políticos que obtienen los beneficios del cambio y se desinteresan por la suerte de los perdedores” (Castel). Creo que fenómenos como el de los forconi ayudan a explicar el acuerdo alcanzado entre el antieuropeísta y xenófobo Farage y el antipolítico y antisitémico Grillo para formar grupo en el Parlamento Europeo.