domingo, 10 de septiembre de 2023

Tologorri

A las 8:20 he empezado a caminar desde el remoto enclave de Lendoño Goikoa, con el perfil más impresionante del Tologorri ante mis ojos. A lo largo del trayecto veremos cómo se transforma su fisonomía.
 
Los primeros 45 o 50 minutos de la ruta se caminan por un espeso bosque de hayas, con algunos de los desniveles más pronunciados de toda la travesía. Muy cómodos y llevaderos, en todo caso. La temperatura era ideal y el rumor de las hojas generaba un ambiente de perfecta serenidad.
 
A las 8:50 pasaba junto a la famosa Piedra del Cojo o Errena Harria.
Saliendo del bosque.
El Tologorri. El afilado colmillo inicial se ha convertido en una inmensa proa.
Comienzo de la Senda Negra, un camino espectacular que, pese a no tener ningún riesgo, puede producir una sensación de vértigo.
Portillo de la Barrerilla. El segundo peldaño, el que se ve más al fondo, es el Tologorri.
Mirada hacia el sendero que hemos recorrido.
Fuente de Iturrigorri.
Cumbre del Tologorri. Eran las 9:34 h.
Embalse de Maroño.
Por ahí discurre la Senda Negra.
Desde el Tologorri he continuado hacie el Ungino, pue mi plan era descender por el portillo de la Menérdiga, otras de las puertas de acceso a esta imponente meseta que es Sierra Salvada.
Unguino.
Un rebaño de ovejas se ha cruzado en mi camino y los mastines que lo protegían me han obligado a desviarme y dar un rodeo. En particular una hembra muy ladradora con la que me ha costado entenderme para saber cuál era su radio de seguridad. No había forma, por más que me alejaba del camino ella me seguía gruñendo y ladrando. Parecía una nieta de Cujo. Hasta que, en un determinado momento, se ha detenido y ha dejado de mirarme. Ahí debía estar la frontera, invisible para mí, que delimitaba el territorio que protegía.
A las 10:10 he pasado por el portillo de la Menérdiga. A partir de aquí todo ha sido descender bordeando los contrafuertes del Tologorri por un bonito sendero que, en algún punto, llama a engaño y nos invita a desviar nuestra ruta hacia la zona de Maroño, lo que nos desviaría de nuestro destino. Hay que estar muy atentas.
Al fondo, Unguino.
Ahora el Tollogorri parece el morro de un enorme tiburón blanco.
Útima mirada al Tologorri, otra vez transformado, desde el barrio de Venta Fría, por donde he pasado a las 11:15.
 
A las 11:25 he llegado al punto de partida. Un paseo mañanero absolutamente recomendable.