Uno se apoya en la mochila. Porque en el momento en que nos quitamos el peso de nuestros hombros no sabemos enderezarnos enseguida; ¡pues resulta que era el peso lo que antes nos daba seguridad y equilibrio! [George Simmel]
sábado, 20 de octubre de 2012
miércoles, 17 de octubre de 2012
Papasunos y mamasunas
Cuando el dedo señala la luna siempre hay algún tonto que se queda mirando el dedo. No hay día en que no se cumpla el conocido proverbio oriental.
La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres (CEAPA) ha convocado para hoy una huelga general de familias y estudiantes en los centros educativos, por la "gravísima situación" de la educación. La respuesta del Gobierno por boca (¡zas!) de su combativo ministro de Educación, Cultura y Deporte ha sido acusar a la CEAPA de ser una organización politizada y radical, dando así comienzo al siempre entretenido juego del poli(tico) malo y el poli(tico) tonto.
El proverbial tonto ha sido, en esta ocasión, el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso: "Yo cuando iba al instituto las huelgas las organizaban los de Batasuna, nunca los padres". El dedo de la CEAPA señala la luna de la crítica situación de la educación en España y al tonto sólo se le ocurre compararles con Batasuna.
A mí no me parecen unos radicales, sino personas más bien sensatas, muy preocupadas por lo que ocurre en los centros de enseñanza, que afecta directamenta a sus hijas e hijos. Irresponsables serían si no se preocuparan.
Muy interesante el encuentro digital con dos representantes de la CEAPA promovido por 20minutos.es. Genial su caracterización del ministro: "El señor Wert es un error circunstancial en la historia de la educación española, que debemos solucionar cuanto antes".
La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres (CEAPA) ha convocado para hoy una huelga general de familias y estudiantes en los centros educativos, por la "gravísima situación" de la educación. La respuesta del Gobierno por boca (¡zas!) de su combativo ministro de Educación, Cultura y Deporte ha sido acusar a la CEAPA de ser una organización politizada y radical, dando así comienzo al siempre entretenido juego del poli(tico) malo y el poli(tico) tonto.
El proverbial tonto ha sido, en esta ocasión, el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso: "Yo cuando iba al instituto las huelgas las organizaban los de Batasuna, nunca los padres". El dedo de la CEAPA señala la luna de la crítica situación de la educación en España y al tonto sólo se le ocurre compararles con Batasuna.
A mí no me parecen unos radicales, sino personas más bien sensatas, muy preocupadas por lo que ocurre en los centros de enseñanza, que afecta directamenta a sus hijas e hijos. Irresponsables serían si no se preocuparan.
Muy interesante el encuentro digital con dos representantes de la CEAPA promovido por 20minutos.es. Genial su caracterización del ministro: "El señor Wert es un error circunstancial en la historia de la educación española, que debemos solucionar cuanto antes".
domingo, 14 de octubre de 2012
Enigma
La de esta mañana ha sido una caminata breve, por terreno muy familiar. La disculpa era buscar alguna seta.
Todo era, como digo, conocido y previsible: cada sendero, cada recodo, los lugares en los que el viento sopla con especial intensidad... Pero, de pronto, una particular iluminación ha hecho que un lugar por el que he pasado decenas de veces -un collado con un pequeño grupo de árboles- me haya parecido sorprendente y mágico.
He recordado entonces algo que escribe el antropólogo David Le Breton en su precioso librito Elogio del caminar (Siruela, 2011):
El viajero de a pie va en busca de nombres, ya sea del pueblo más cercano o el del paraje en el que se halla, jalones de sentido que humanizan el recorrido y sacan al mundo del caos en el que se encontraba [...]. A veces, en efecto, hay que reducir la ambición, pues no toda parcela del mundo tiene nombre, y todavía perviven bosques desconocidos o campos anónimos, planicies y valles que nadie ha pensado en bautizar. Además, el destino de todo ser humano es conocer poco más que un puñado del infinito número de nombres que existen; hay, pues, que dirigirse a la persona adecuada, aquella que sabe precisamente lo que buscamos. ¿Cómo se llama esta aldea, este riachuelo, ese río, ese bosque, los habitantes de ese pueblo? Tenemos que orientarnos ante el enigma del lugar, reencontrarnos en medio de las manchas coloreadas y las líneas de nuestro mapa, calcular entonces el camino ya recorrido y el que queda por recorrer, evaluar los esfuerzos que van a ser necesarios.
Esta mañana no faltaban las indicaciones; tampoco eran necesarias. Pero sí, incluso ahí, en esos lugares tan familiares, había ocasión para el enigma...
Todo era, como digo, conocido y previsible: cada sendero, cada recodo, los lugares en los que el viento sopla con especial intensidad... Pero, de pronto, una particular iluminación ha hecho que un lugar por el que he pasado decenas de veces -un collado con un pequeño grupo de árboles- me haya parecido sorprendente y mágico.
He recordado entonces algo que escribe el antropólogo David Le Breton en su precioso librito Elogio del caminar (Siruela, 2011):
El viajero de a pie va en busca de nombres, ya sea del pueblo más cercano o el del paraje en el que se halla, jalones de sentido que humanizan el recorrido y sacan al mundo del caos en el que se encontraba [...]. A veces, en efecto, hay que reducir la ambición, pues no toda parcela del mundo tiene nombre, y todavía perviven bosques desconocidos o campos anónimos, planicies y valles que nadie ha pensado en bautizar. Además, el destino de todo ser humano es conocer poco más que un puñado del infinito número de nombres que existen; hay, pues, que dirigirse a la persona adecuada, aquella que sabe precisamente lo que buscamos. ¿Cómo se llama esta aldea, este riachuelo, ese río, ese bosque, los habitantes de ese pueblo? Tenemos que orientarnos ante el enigma del lugar, reencontrarnos en medio de las manchas coloreadas y las líneas de nuestro mapa, calcular entonces el camino ya recorrido y el que queda por recorrer, evaluar los esfuerzos que van a ser necesarios.
Esta mañana no faltaban las indicaciones; tampoco eran necesarias. Pero sí, incluso ahí, en esos lugares tan familiares, había ocasión para el enigma...
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