jueves, 31 de marzo de 2022

Lecturas recomendadas en marzo



Sobre la posibilidad de vida en las ruinas capitalistas

Anna Lowenhaupt Tsing
La seta del fin del mundo. Sobre la posibilidad de vida en las ruinas capitalistas
Traducción de Francisco J. Ramos Mena
Capitán Swing, 2021

"Diariamente oímos hablar de la precariedad en las noticias. La gente pierde sus puestos de trabajo o se enfurece ante la imposibilidad de llegar siquiera a tenerlo. Los gorilas y las marsopas se hallan al borde de la extinción. El aumento del nivel del mar inunda islas enteras en el Pacífico. Pero la mayoría de las veces imaginamos que esa precariedad es una excepción a cómo funciona el mundo; es lo que 'se sale' del sistema. Pero ¿y si -como yo sugiero- la precariedad es en realidad la condición de nuestro tiempo?; o, por decirlo de otra forma, ¿y si nuestro tiempo constituye el momento idóneo para percibir la precariedad? ¿Y si la precariedad, la indeterminación y todo lo que concebimos como trivial constituyen el centro de la sistematicidad que buscamos?".


Considerado el hongo más valioso del mundo y particularmente apreciado en Japón, el matsutake (Tricholoma matsutake) es un hongo micorriza que crece en bosques de coníferas de Asia, Europa y América del Norte. Pariente de setas tan apreciadas por aquí como el perretxiko o la susa, se trata de un tesoro que, paradójicamente, prospera en algunos de los hábitats naturales más degradados: "Como las ratas, los mapaches y las cucarachas, están dispuestos a resistir algunos de los desastres medioambientales que han creado los humanos". A esta cualidad de superviviente el matsutake añade otra aún más destacable, como es su capacidad para ayudar a los bosques a recuperarse en dichos hábitats gracias a los nutrientes que proporcionan a los árboles.
 
A partir de estas dos características, su condición de valioso producto gastronómico y su potencial para sobrevivir en paisajes devastados y contribuir a su recuperación, la autora de este fascinante libro reflexiona sobre "los medios de subsistencia precarios y los entornos precarios" que definen nuestra condición global. Para ello analiza con detenimiento los procesos de recolección, distribución, comercio y consumo de esta preciada seta; cada uno de estos procesos muestra las "grietas existentes en la economía política mundial", ya que todos ellos combinan dinámicas explícitamente capitalistas con economías morales precapitalistas: modos de vida recolectores asociados a minorías éticas, a culturas indígenas o a grupos de personas refugiadas, economías forestales de subsistencia, economías del don (el matsutake como obsequio exquisito), bienes comunales... Escenarios que poco tienen que ver con el capitalismo descrito por Marx.

Pero hay otra precariedad, la que se deriva de la "condición de ser vulnerables a otros", lo que abre una ventana de incertidumbre de la que no podemos escapar. La supervivencia es siempre azarosa y es siempre colectiva. La vida es entrecruzamiento, mutualismo, codesarrollo, simbiosis, microrriza. Los minúsculos y subterráneos hongos sostienen a los gigantescos árboles, y estos los alimentan mediante sus raíces. David y Goliat compartiendo espacio y recursos.

El matsutake es capaz de habitar en un tipo de terreno en el que la mayoría de las plantas y de otros hongos no pueden progresar. Paisajes degradados, deforestados, alterados por la acción humana o por fenómenos naturales como las erupciones volcánicas. Paisajes en ruinas, empobrecidos, "donde las indeterminaciones propias del encuentro cobran especial relevancia". Lugares precarios, inseguros, donde sus antiguos pobladores tienen que acomodarse a nuevas coordenadas vitales y donde nuevas vidas, como la de los hongos, tantean la posibilidad de encontrar acogida. 

"Hoy los paisajes globales están plagados de este tipo de ruinas. Sin embargo, pese a la proclamación de su muerte, dichos lugares pueden bullir de vida; los campos de activos abandonados a veces producen una nueva vida multiespecífica y multicultural. En un estado de precariedad global no tenemos otra opción que buscar la vida en esas ruinas".

Una mixtura fascinante de ecología, antropología, economía, micología.

Adelante, ¡que broten cien setas!... pero de verdad.