Mensajes de un mundo olvidado
Traducción de Esther Cruz
Catedral, 2022
"Toda resistencia colectiva contra la guerra está ahora mismo devastada. A decir verdad, millones de personas en el seno de nuestra Europa temen todavía al conflicto, pero las precauciones que adoptan frente a él son absolutamente egoístas y de carácter personal. Acumulan todo el oro puro que pueden y lo esconden por las paredes, cementan los sótanos para poder escapar ellos solos en caso de bombardeo aéreo y se compran máscaras de gas. Todos han abandonado la idea de una resistencia colectiva.Ya no queda ninguna organización pacífica y apenas hay voluntad de que exista una. También los artistas y los eruditos se han cansado de suscribir protestas, porque ven lo absurdo que es arrojar un trozo de papel ante una locomotora en marcha, mientras que la esperanza de la Liga de Naciones la han olvidado ya incluso los más optimistas. Frente al deseo de guerra de algunos dirigentes y naciones, decidido y organizado como nunca antes -¡y tengamos bien claro este peligro!-, hoy, en Europa existe una fatiga infinita".
Stefan Zweig encarna como nadie el sueño y el fracaso de la idea de Europa, su imperiosa necesidad y su repetida imposibilidad. Sus textos, como el que abre este comentario, publicado en 1936, parecen escritos hoy mismo. Son mensajes del pasado cuya lectura atenta nos ayudan a interpretar el presente y a proyectar hacia el futuro. Siempre me ha parecido un autor enormemente inspirador, aunque muchas veces esas proyecciones de futuro acaben estrelladas contra la realidad
Humanista desencantado pero nunca derrotado (aunque parezca imposible decir algo así de un suicida), exiliado radical ("Mi crisis interna consiste en que no soy capaz de identificarme con el yo de mi pasaporte, el yo del exilio" - G. Pochnik, El exilio imposible. Stefan Zweig en el fin del mundo, Ariel, 2014, traducción de Ana Herrera Ferrer), leer atentamente a Zweig es añorar un hogar por venir y confiar en nuestra capacidad de construirlo, a pesar de todo.
"Esperemos que no esté lejos la hora en la que los pueblos únicamente compitan en este tipo de toma y daca, en la que no sea con violencia, sino con talento artístico, como un pueblo pueda convencer a otro de su razón de ser, y la historia deje así de ser una mera balada de guerras intermitentes y se alce como un poema épico y un himno del avance común".
Esperemos...
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