Cuando decidí abrir esta conversación en la blogosfera me prometí a mi mismo lanzar cada jornada una botella con un mensaje al blogcéano. Por ello me disculpo por estos días de ausencia. Pero han sido unos días complicados.
Retomo el hilo. Lo hago como lo dejé, con libros. El pasado martes, en la librería Ocho y Medio, encontré el Libro de huelgas, revueltas y revoluciones, editado por Constantino Bértolo. En realidad lo encontre en un rincón muy especial de esa librería, en una maravillosa librería dentro de la librería que se llama El Gatopardo. Sólo visitarla es ya una gozada. Pero hablábamos del libro.
Con una edición muy cuidada, el volumen recoge textos de Howard Fast, Mark Twain, Stefan Zweig, Pérez Galdós, Gustave Flaubert o Frantz Fanon (por citar algunos de los más conocidos de entre los 20 autores escogidos), acompañados cada uno de ellos de otras tantas hermosas ilustraciones.
De la introducción de Bértolo destaco un fragmento:
"En un contexto social y cultural en el que predomina un confortable escepticismo contra cualquier ideología que considere inaceptable que el derecho al trabajo dependa de la voluntad de los que detentan la propiedad de los medios de producción o que la mitad de la población infantil del mundo padezca grave desnutrición mientras que la basura producida por tan solo uno de los llamados países desarrollados contiene valores nutrientes que solventarían esa carencia, la literatura que se niega a aceptar estos hechos como naturales o inevitables parece estar condenada a sobrevivir en los márgenes de un sistema literario que la soporta, cuando la soporta, como una antigualla estética. Este rechazo explica en buena medida su escaso conocimiento por parte del público actual, así como la dificultad que supone en muchos casos encontrar ediciones disponibles de la mayoría de las obras que conforman la tradición de esta literatura de lucha, combate y protesta, situación que convierte este libro, más allá de los aciertos o errores a la hora de seleccionar textos concretos, en una ocasión casi única para recuperar un horizonte literario de extraordinario interés que pocas, muy pocas veces asoma por el paisaje editorial".
Está siendo una excelente lectura en esta jornada de reflexión. Para confirmar todo lo que hay que hacer y no vamos a lograr sólo con nuestro voto. Pero también para recordar lo importante que este voto resulta para hacer avanzar, aunque sólo sea un milímetro, la causa de la humanidad.