martes, 19 de julio de 2011

Reformas verdaderas y de las otras

Leo en el Diario Vasco que para el ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, "la reforma financiera es más importante que la política laboral para salir de la crisis". Me alegra y creo que tiene toda la razón.

En su último libro, titulado El espíritu de Filadelfia, el catedrático de Derecho y director del Instituto de Estudios Universitarios de Nantes, Alain Supiot, responsable de un destacado informe sobre las transformaciones del trabajo en Europa, escribe lo siguiente:

Mientras que lo urgente habría sido reglamentar el mundo financiero, la Comisión Europea no ha tenido -como por lo demás las otras grandes organizaciones económicas internacionales- más que una sola onsesió y una sola consigna: "reformar los mercados de trabajo" en un sentido que pliegue a los hombres a los imperativos de "la recomposición permanente del tejido productivo" y maximice así la "creación de valor" para los jugadores de una economía reducia al estado de casino.

Y no sé muy bien por qué -o sí- al leer lo uno y lo otro me ha venido a la cabeza un texto que ayer mismo ví y fotografíe en Barcelona, en Ciutat Vella, muy cerca de la Plaça dels Angels.


"Hay muchas maneras de matar... Solo pocas de estas cosas están prohibidas en nuestra ciudad".


También escribe Supiot que "reformar ... no consiste sin embargo en adaptarse a la injusticia del mundo, sino en proveerse de los medios teóricos y prácticos para hacerla retroceder".