Cuando saltó la noticia del rocambolesco caso de la Fundación Ideas mi amigo Fernando me envío un mensaje de correo electrónico que decía así: .
Imanol:
Parece que, una vez más, tu olfato funcionó mejor que el mío:
http://www.elcorreo.com/vizcaya/20130123/mas-actualidad/politica/jesus-caldera-destituye-director-201301231616.html
Bastante mejor.
Un abrazo.
Mi respuesta fue esta:
La verdad es que lamento que sea algo tan cutre. Me preocupaba y me preocupa más que la Fundación Ideas hiciera (y me temo que seguirá haciendo) seguidismo de planteamiento tan liberales como los que Mulas defendía.
Un abrazo.
Imanol
El PSOE debería aprovechar la situación para revisar las ideas que genera su think tank, las alianzas que promueve y las propuestas que defiende; además, por supuesto, de la gestión que hace de los trabajos que encarga.
Lo de su ya ex director es una desgracia personal. Lo de mantener la misma dirección sería una desgracia política.
Actualización:
Me temo lo peor, si todo se va a dar por resuelto con la declaración del secretario de Organización, Oscar López: "Había un golfo que estaba engañando al PSOE y los golfos salen inmediatamente del partido". ¿Ya está resuelto el problema?
Ya vimos lo que ocurrió tras las autonómicas de Euskadi y de Galicia. "Dos de cuatro", dijo entonces Oscar López, tampoco es para tanto. Pero luego vino Cataluña.
Uno se apoya en la mochila. Porque en el momento en que nos quitamos el peso de nuestros hombros no sabemos enderezarnos enseguida; ¡pues resulta que era el peso lo que antes nos daba seguridad y equilibrio! [George Simmel]
viernes, 25 de enero de 2013
domingo, 20 de enero de 2013
Veinte años sin Audrey
Veinte años ya sin Audrey.
Hoy recuerdo, ¡cómo no!, a la Holly de Desayuno con diamantes. Su imagen adorna una de mis estanterías.
Pero me quedo con su serena madurez en la maravillosa revisión del mito de Robin Hood realizda por Richard Lester en 1976.
Y con su hermosa escena final:
Hoy recuerdo, ¡cómo no!, a la Holly de Desayuno con diamantes. Su imagen adorna una de mis estanterías.
Pero me quedo con su serena madurez en la maravillosa revisión del mito de Robin Hood realizda por Richard Lester en 1976.
Y con su hermosa escena final:
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