domingo, 24 de noviembre de 2024

Como si fuera un río

Shelly Read
Como si fuera un río
Traducción de Gemma Rovira Ortega
Salamandra, 2024
 
"Mi historia no se reducía a fluir hacia delante y afrontar todos los obstáculos. Porque, como el río, por el camino también había ido reuniendo las pequeñas piezas que me conectaban con todo lo demás, y así era como había llegado hasta allí, con dos puñados de tierra en las manos y un corazón que todavía estaba aprendiendo a no temerse a sí mismo. Me habían moldeado mi familia y mis semejantes: mis parientes perdidos y mi amor perdido; los amigos que había encontrado, aunque fuesen pocos; mis árboles, que habían sobrevivido, y cualquier árbol que me hubiese dado cobijo; cada ser vivo que me había topado por el camino, cada gota de lluvia y cada copo de nieve que había escogido posarse en mi hombro, y cada ráfaga de viento que había sentido danzar; cada sendero tortuoso bajo mis pies, cada lugar donde había apoyado las manos y la cabeza y cada riachuelo como el que tenía delante, descendiendo por la ladera, ganando fuerza gracias a la gravedad, girando en el siguiente remolino, cambiando de dirección en el siguiente meandro, dando y recibiendo en tácito acuerdo con el resto de los seres vivos".
 
 
Ambientada en el agreste paisaje de Colorado en 1948, cuenta la historia de Victoria Nash, una joven de 17 años que vive junto al río Gunnison y cuya vida cambia radicalmente tras un encuentro casual con Wilson Moon, un misterioso vagabundo. Este encuentro desata un amor apasionado, pero también una tragedia que obliga a Victoria a huir, enfrentándose a desafíos que redefinirán su vida, que la llevarán al límite de sus capacidades para descubrir que este límite estaba mucho más lejos de lo que ella hubiera imaginado:
 
"¿Cómo se me había ocurrido creer que podría sobrevivir en las montañas? ¿Sólo porque llevaba toda la vida viendo el perfil de aquellas crestas?".

La trama no solo explora el dolor de la pérdida y los prejuicios patriarcales de la época, sino también el poder transformador de la amistad y la conexión con la naturaleza. A lo largo de la novela, Victoria encuentra apoyo en otras mujeres que, aunque muy diferentes entre sí, comparten una fortaleza y una capacidad de adaptación admirables. Estas relaciones, junto con su lucha por superar las adversidades, le permiten descubrir un camino hacia la reconstrucción personal.

Uno de los aspectos más destacados del libro es el vívido retrato del paisaje natural, que no solo sirve como escenario, sino que se convierte en un personaje más de la historia. El río Gunnison, con su flujo constante y sus cambios impredecibles, refleja las emociones y transformaciones de los personajes, encapsulando belleza y crueldad a la vez. Y los melocotones, que acompañan a la protagonista a lo largo de toda su vida, desde su infancia, cuyo cuidado se convertirá en uno de los ejes de su existencia:
 
"Quería crear un hogar allí para mí y para mis árboles. A cambio, juré amar y cuidar aquel pedacito del planeta hasta el fin de mis días".
 
Una novela que invita a reflexionar sobre la fortaleza interior y la conexión con lo que nos rodea, nuestro entorno social y, sobre todo, nuestro entorno natural.