sábado, 21 de octubre de 2023

Asilvestrados

Isabella Tree
Asilvestrados. El regreso de la naturaleza a nuestras tierras
Traducción de David Muñoz Mateos
Capitán Swing, 2023

"Los grandes desafíos de nuestro tiempo -el cambio climático, la escasez de recursos naturales, la producción de alimentos, el control y conservación del agua y los riesgos para la salud humana- pueden reducirse, en última instancia, a un problema de condición de los suelos. [...] Volver la atención a los suelos, tras siglos de explotación  y tecnología ensoberbecida, es buscar respuestas a las preguntas de cómo sobrevivir en este mundo, no ya en las próximas décadas, sino en los próximos miles de años, la manera de combinar nuestra inteligencia creativa y nuestra experiencia con sistemas que tienen a sus espaldas millones de años de I+D, al contrario que nosotros. Tal vez no deba sorprendernos que del término latino para referirse al suelo -humus- surgieran también las palabras humano y humildad. El suelo es, de una manera bastante literal, aquello que nos da base, fundamento".


Esta es una historia de esperanza. Esperanza en la posibilidad de revertir el proceso de destrucción de la naturaleza tras décadas de explotación agrícola y ganadera intensivas, soportadas en el uso constante de fertilizantes y herbicidas químicos. ¿Haciendo qué? Haciendo... nada, en realidad, dejando de hacer: "La resilvestración es un modo de restauración ecológica en el que uno debe mantenerse al margen, dejar que la propia naturaleza tome las riendas".

En el año 2000, la autora y su pareja, heredero de los terrenos conocidos como Knepp State, en el británico condado de Sussex, deciden abandonar la explotación agrícola de los mismos para embarcarse en un ambicioso proyecto dirigido a resilvestrarlos, a recuperar los ritmos de los procesos naturales sin imponerles ningún objetivo instrumental ajeno a la "propia voluntad de los procesos ecológicos". Sin llegar a la "resalvajización" propuesta por George Monbiot en Salvaje (Capitán Swing, 2017; traducción de Ana Momplet Chico), Isabella Tree describe en este hermoso libro el proceso mediante el cual unas tierras roturadas y desbrozadas, han recuperado en dos décadas una sorprendente biodiversidad, atrayendo a numerosas especies de aves e insectos, muchas de ellas en peligro de extinción, y permitiendo la introducción de ponis salvajes, gamos, ciervos y castores.

La autora se mueve con soltura y maestría entre la mirada científica y el lenguaje poético, construyendo una obra que contiene abundante información técnica (como los debates sobre los modelos del bosque de dosel cerrado y los espacios transformados por animales pastoreadores, o su descripción del fascinante universo subterráneo de las micorrizas) junto con evocadoras descripciones de la naturaleza:
 
"Lo que más nos sorprendió fueron los sonidos del ambiente, el leve y envolvente zumbido de los insectos, de cuya ausencia ni siquiera nos habíamos percatado. Caminábamos por un manto de boles rojos, sanjuaneras, colas de perro y gramas de olor que nos llegaba hasta la rodilla, apartando nubes de mariposas -ícaros, lobas, sortijitas, mediolutos norteñas, doradas líneas largas y doradas puntas negras-, saltamontes, sírfidos y abejorros de toda clase.
Desacostumbrados aún a las explosivas reacciones de la naturaleza, nos parecía que este frenético fenómeno de aleteos, sacudidas, revuelos y zumbidos había surgido por generación espontánea, como las abejas de Virgilio en el cadáver en descomposición del buey. Pero la verdad era quizá más milagrosa si cabe. La naturaleza había aguardado a que nuestro pequeño terreno estuviera listo para acogerla, había llegado a menudo desde muy lejos, nos había hallado y había empezado a reconstruir su hogar".
 
También hay contenidos muy controvertidos, especialmente la convicción de la autora de que para proteger la naturaleza no es suficiente con recurrir al argumentario moral propio del activismo ecologista, sino que se precisa una mirada a la misma desde la perspectiva mercantil del valor de cambio, su monetización ("Cuando la naturaleza no tiene valor, cuando resulta invisible en el sistema económico en el que vivimos, el sistema la ignora, una y otra vez"), mediante el turismo o la venta de carne "ecológica" de las terneras longhorn que comparten el territorio con la fauna salvaje. Al fin y al cabo, el proyecto de Knepp no deja de ser una iniciativa privada. 

En cualquier caso, Isabella Tree nos ofrece un libro muy recomendable, cuya lectura nos introduce vivencialmente en un mundo del que cada vez estamos más alejadas. El glosario de especies que existen en la reserva de Knepp y que aparecen nombradas a lo largo del libro casi llega a los quinientos nombres de aves, insectos, flores, árboles, mamíferos o arbustos, suponiendo un ejercicio de recuperación de la experiencia natural cada vez más amenazada por un proceso acelerado de "extinción de la experiencia" que nos aleja, no sólo de nuestro entorno sino de nosotras mismas, de nuestra identidad, como lamenta al final de la obra:

“En 2007, el Oxford Junior Dictionary, dirigido a niños de siete años, quitó las entradas «almendra», «zarzamora» y «azafrán», e introdujo «análogo», «diagrama de bloques» y «celebridad» en su lugar. La edición de 2012 siguió alejándose de la naturaleza, sustituyendo «bellota», «ranúnculo» y «castaña» por «adjunto», «blog» y «sala de chat». En lugar de «candelilla», «coliflor», «castaño» y «trébol», los jóvenes encuentran hoy «copia y pega», «banda ancha» y «análogo». También han desaparecido de sus páginas la garza, el arenque, el Martín pescador, la alondra, el leopardo, la langosta, la urraca, la carpa, el mejillón, el renacuajo, la nutria, el buey, la ostra y la pantera”.