jueves, 27 de septiembre de 2012

El exorcismo del Congreso

El 21 de octubre de 1967 tuvo lugar la “marcha sobre el Pentágono”, uno de los acontecimientos más representativos (en todos los sentidos) del espíritu político de los años Sesenta. De aquella marcha queda, sobre todo, una imagen icónica de profunda belleza: una joven de 17 años, Jan Rose Kasmir, sostiene una flor frente a una hilera de soldados que cortan el paso a la manifestación con las bayonetas caladas. La foto fue captada por el fotógrafo francés de la Agencia Magnum, Marc Riboud. En algunas entrevistas Riboud ha recordado que mientras cubría la manifestación vió a aquella muchacha aniñada  acercarse a centímetros de las bayonetas de los soldados que, con sus rifles amartillados y cargados con munición real, protegían el Pentágono: “Hablaba con los soldados, intentaba llamar su atención, quizá dialogar con ellos. Tuve la impresión de que los soldados le tenían más miedo a la chica que ella a las bayonetas”, declaró Riboud.



El escritor Norman Mailer, que en aquel momento tenía 44 años y era ya una figura central en el panorama cultural y político norteamericano (llegó a postularse como candidato para alcalde de Nueva York en 1969) escribió en caliente (se publicó en 1968) el relato vívido de aquella marcha sobre el Pentágono Los ejércitos de la noche (edición castellana en Anagrama, serie "Compactos", 2003).

Como tantos militantes de la "vieja izquierda" ligada al movimiento obrero, Mailer se sumó a la marcha, se mezcló con esa heterogénea y a ratos incomprensible Nueva Izquierda que buscaba respuestas nuevas a preguntas que la izquierda pensaba que ya estaban respondidas, y que planteaba nuevas preguntas que la vieja izquierda jamás había intuido.La descripción que Mailer hace de esta juventud que marchaba no sólo contra la guerra sino contra el Sistema en su conjunto es insuperablemente atinada:
Había surgido una nueva generación de jóvenes norteamericanos, una generación diferente de las cinco generaciones anteriores de la clase media. Y esta nueva generación creía en la tecnología más que cualquiera de las precedentes, pero también creían en el LSD, en las brujas, en el conocimiento tribal, en la orgía, en la revolución. Y no sentía el menor respeto por la lógica inexpugnable "del paso siguiente": su fe se reservaba para el Misterio, para la revelación del happening, en el que nunca se sabía lo que sucedería en el instante siguiente; y eso era lo bueno de su actitud. Su radicalismo estribaba en su odio a la autoridad, que para esta generación encarnaba una manifestación del mal.

Precisamente por este desprecio a la lógica del paso siguiente, Mailer recuerda que la marcha sobre el Pentágono, además de responder al objetivo explícito de denunciar la guerra de Vietnam, contenía tantas reivindicaciones y objetivos como manifestantes se sumaban a la misma:
Uno no marchaba sobre el Pentágono y procuraba ser detenido como si ello fuera un eslabón de un plan maestro para tomar paso a paso los bastiones de la república; no, aquel tipo de lógica-férrea-del-paso-siguiente quedaba para los hombres del FBI. Uno, más bien, marchaba sobre el Pentágono porque... porque... (y aquí las razones se hacían tantas y tan curiosas y tan vagas, tan políticas y primitivas que no había necesidad, o acaso posibilidad, de hablar aún de ello; lo único que uno podía hacer era rumiar el asunto durante el café matinal.

De entre estos objetivos imposibles hubo uno particularmente loco, pero por eso mismo espléndidamente provocador; fue el conocido como exorcismo del Pentágono, que Mailer explica así:
El Manifestante cayó entonces en la cuenta de que aquello era el comienzo del exorcismo del Pentágono; sí, los periódicos habían hablado mucho del permiso solicitado por uu líder hippie llamado Abbie Hoffman para que mil doscientas personas formaran un círculo alrededor del Pentágono a fin de lograr un anillo de exorcismo lu suficientemente poderoso como para elevar el edificio a cien metros del suelo. Una vez en el aire -continuaba la predicción-, el Pentágono se volvería anaranjado y vibraría hasta que todos los malos efluvios lo abandonarán ante tal levitación. Y en este momento cesaría la guerra del Vietnam.


He recordado estos días la marcha sobre el Pentágono y el relato que de la misma hizo Norman Mailer. Porque los días pasados han sido pródigos en movimientos de masas ajenos a la lógica del paso siguiente. Me refiero a la aceleración soberanista de Cataluña, cuya única salida es la independencia o la absoluta frustración. O la convocatoria de huelga nacionalista en Euskadi, que ahonda la división sindical y por ello debilita aquello que la huelga debería servir para foortalecer. Movimientos ambos cuyos pasos siguientes no han sido mínimamente explicados, no sé si pensados.
Pero, sobre todo, he recordado la marcha sobre el Pentágono con ocasión de la convocatoria Ocupa el Congreso, convertida en exorcismo sin capacidad de ir más allá de la repetición: 25S, 26S, 29S..., perdiendo en cada ocasión vigor y valor ya que, como escribe Mailer, "hay una economía estética de los gestos simbólicos: uno no debe repetirse".


No obstante, hay algo en el 25S que va más allá de los movimientos-happening impulsados -¡qué paradoja!- por poderosas instituciones políticas o sindicales. Algo que lo hace interesante en sí mismo y hasta precioso. En los próximos días volveré sobre está cuestión para intentar explicarme mejor. Por ahora, hago mías las palabras de Mailer, que me sirven para comunicar algo que también he sentido al ver las imágenes de las protestas ante el Congreso:
Y sintieron -Mailer, al menos, cómo iban llenándose lenta y suavemente embalses largamente desatendidos y vacíos, y vislumbres de todos los ejércitos del pasado que se habían congregado en un campo semejante, llenos de fe en que su causa era grande y justa y heroica, y en consecuencia pasmosamente dulce...

miércoles, 26 de septiembre de 2012

La clave está en la unidad

La búsqueda de unidad de acción es, en estos momentos, el test de verificación de cualquier propuesta de intervención crítica con la situación actual. La búsqueda sincera, consciente y convencida, tan exigente para con uno mismo como para con los potenciales aliados. Ni un reproche que no vaya acompañado de una autocrítica.Sobran la prepotencia y la búsqueda de réditos particulares.Cada organización debe verse a sí misma como un instrumento al servicio de la transformación social: de la transformación de la política, de la economía, de la cultura, re las relaciones de poder. Instrumento que sume todo lo posible mientras sea necesario. Para acumular fuerzas en lugar de multiplicar debilidades.
Por eso hoy quiero compartir el manifiesto que en favor de la unidad contra la crisis y sus consecuencias hizo público en agosto la Federación de Asociaciones Vecinales de Bilbao.


MANIFIESTO: UNIDAD CONTRA LA CRISIS Y SUS CONSECUENCIAS

La crisis no ha sido generada por los trabajadores ni por los estudiantes, la juventud o los artistas. No son culpables los que se jubilaron después de muchos años de trabajo o los que no lograron encontrarlo. No tienen responsabilidad los baserritarras y los comerciantes y autónomos que luchaban por sacar adelante sus empresas. Tampoco son responsables los funcionarios, los sindicalistas o los que integran las asociaciones ciudadanas y ONG, volcados en defender los derechos de los más vulnerables. No lo son los inmigrantes que sólo buscaban sobrevivir.
Los culpables son aquellos Consejos de Administración de la Banca y las entidades de crédito que llevaron a cabo una campaña de prácticas corruptas y operaciones especulativas de alto riesgo, amasando grandes fortunas que ahora han de pagarse con el empobrecimiento de millones de personas. Son responsables los que enriquecieron especulando con el suelo y la vivienda, los que ejercieron malas prácticas en la economía.
Fueron sus cómplices los organismos reguladores y las Agencias de Calificación. También fueron responsables los gobernantes que desregularon los mercados y cruzaron las puertas de la corrupción para instalarse en ella. Los que no previeron ni corrigieron la crisis, quienes despilfarrando recursos públicos en gastos innecesarios dieron la espalda a los sectores más débiles de la sociedad. Los que protegiendo al capitalismo más salvaje dejaron a la ciudadanía entera sin alternativas frente al desastre. Los que rindieron culto a las privatizaciones y despreciaron los servicios públicos.
Las consecuencias de esta crisis son trágicas: desempleo, precariedad, despidos baratos, desahucios, debilitamiento de los servicios públicos esenciales, pérdida de derechos sociales como la atención a las personas mayores y dependientes.  Buena parte del dinero se esconde en los paraísos fiscales, huyendo de los impuestos y de las responsabilidades que los especuladores contrajeron cargando las culpas a los sectores más desprotegidos.
Salir de la crisis está en manos del conjunto de la sociedad. Debemos responder colectivamente. Se trata de una encrucijada en la que todos podemos y debemos responder juntos. Porque todo aquello que conquistamos a lo largo de años de esfuerzo, con luchas y sacrificios, se pierde por Decretos de un Gobierno que sólo escucha a las grandes fortunas y a los defraudadores.
La economía puede enderezarse con un cambio de modelo y del sistema productivo. Hace falta que los Partidos Políticos oigan a la Sociedad y escuchen el clamor que les exige arrimar el hombro y acordar un horizonte común. En un marco de austeridad puede y debe existir un consumo razonable que mantenga el comercio y las empresas. Tiene que haber recursos económicos, trabajo, productividad y salarios dignos. Con desempleo y recortes, todo cae, todo muere.
Desde el movimiento vecinal, en el que conviven personas de diferentes sensibilidades, percibimos la división entre los sindicatos y organizaciones sociales vascas como algo inadmisible que debemos corregir.
Hacemos un llamamiento a todos: Sindicatos y organizaciones ciudadanas, para que se reúnan sin demora y sin exclusiones, que aparquen diferencias y, desde el esfuerzo común, acuerden una respuesta unitaria frente a la crisis en movilizaciones conjuntas, defendiendo las reivindicaciones que nos unen.
Desde esta Federación de AAVV de Bilbao proponemos un símbolo común que marque el descontento de la sociedad con los zarpazos que están sufriendo los derechos que tanto nos ha costado conseguir: un simple lazo negro que cualquier persona puede lucir en cualquier lugar y actividad cotidiana.
Estas son las propuestas que hacemos, las que nos pide la ciudadanía. Este es el camino que debemos
recorrer.

Federación de Asociaciones Vecinales de Bilbao / Bilboko Auzo Elkarteen Federazioa
Bilbao, Agosto 2012

AGERIA KRISIA ETA ONDORIOEN AURKA, BATASUNA

Krisia ez dute sortu langileek, ikasleek, gazteek, edo artistek. Ez dira errudun bizitza osoan lan egin ondoren jubilatutakoek edo jubilatu ere ezin izan dutenek. Ez dute erantzukizunik euren enpresak aurrera ateratzen ari diren baserritar, dendari eta autonomoek. Ez dira erantzule, funtzionario, sindikalista, auzo elkartetako kide eta behartsuenen eskubideen alde diharduten ONG-ek. Ez da ere, bizi ahal izateko etorritako inmigranteek.
Errudunak hauek dira: arrisku handiko operazio espekulatibo eta praktika gaiztoko kanpainen bitartez itxuragabeko ondasun pila eskuratzeagatik miloika jende pobreziara bultzatu dituzten Bankako Administrazio Kontseiluak eta Kreditu Erakundeak. Lurraren eta etxe eraikuntzaren espekulazioari esker aberastu edo ekonomia okerreko bidetik eraman dutenak dira erantzule. Konplize dituzte erregulaziorako erakundeek eta Kalifikazio Agentziek Gobernariak ere errudun dira merkatuak desregulatu eta korrupzioan bete-betean barneratu direlako, bertan kokatuaz. Ez dute krisia ez aurrez ikusi, ez zuzendu, errekurtso publikoak ez-beharrezko gastuetan erruz xahutuaz, gizarteko sektore behartsuenei bizkarra emanaz. Kapitalismo basatiena babestuaz biztanleri osoa hondamendira zuzen-zuzenean bultzatu dute. Pribatizazioak aupatu eta serbitzio publikoak mesprezatu dituzte.
Krisi honen ondorioak tragikoak dira: lan-gabezia, prekaritatea, kaleratze merkeak, desauzioak, zerbitzu publiko beharrezkoenen ahultzea, giza eskubideen galera, esate baterako, adineko eta behartuen zaintzarena. Diruaren atal handi bat fiskal paradisuetan gordea dago, espekulatzaileak hala jarrita, zergak eta beren erantzukizunak saihestuz errua behartsuenen bizkarretara gaineratuz.
Krisitik irtetea gizarte osoaren eskutan dago. Bat-batera erantzun behar dugu denok. Gauden kinka honetan denok batera erantzun ahal dugu eta behar dugu. Hainbeste urtetako ahalegin, borroka eta sakrifizioekin lortutakoak galdu genitzake aberatsen eta iruzurgileen agindutara dagoen Gobernuaren Dekretuen eraginagatik.
Ekonomia zuzendu liteke eredu eta sistema produktiboaren aldaketaz. Alderdi politikoek gizarteari begiratu behar diote eta entzun laguntza eske dakion aldarria, etorkizun bateratu bat bideratuz. Hersturazko egoeran ere ez dago zergatik uko egin behar zentzuzko kontsumoari, komertzioa eta enpresen suspertzaile direlarik. Errekurtso ekonomikoak eskaini behar dira, lanbidea, produktibidadea eta soldata duinak. Langabeziaz eta murrizketekin dena agortu eta hil egiten da.
Auzotar mugimendutik, non elkartzen diren sensibilidade anitzetako pertsonak, sindikatu eta organismo sozialen arteko banaketa konpondu beharreko ezbeharra lez dakusagu. Denei dei egiten diegu, sindikatu eta organizazio sozialei, batu daitezen lehenbailehen eta esklusiorik gabe, alderdikeriak saihestuaz eta ahalegin bateratuan adostu dezaten erantzun batu bat krisiaren aurka, mobilizazio elkartuak bideratuz, batzen gaituen aldarrikapenen defentsan.
Auzo Elkarteen Federazio honetatik, ikur komuna eramatea proposatzen dugu, gure desadostasuna adierazteko asko kostata eskuratutako eskubideak jasaten ari diren atzaparkadekiko: lazo beltza, edozein tokitan eta eguneroko edozein zereginetan eramateko modukoa dena. Hau da gure proposamena, gizarteari dagokiona. Hortik jo behar dugu.

Bilboko Auzo Elkarteen Federazioa. Federación de AA.VV. de Bilbo
Bilbo, 2012ko abuztua