lunes, 6 de julio de 2015

El NO de Grecia: Contra la fábrica del hombre endeudado

1. Sorprendente el editorial de hoy de EL PAÍS: "El ‘no’ griego es un éxito nacionalista que exige una respuesta hábil y firme". ¿De verdad quieren decir que la estrategia de Alemania o de España es europeísta? Parece que no leen lo que ellos mismos publican, como el artículo de Habermas del domingo 28:

Estamos otra vez en crisis con Atenas porque a la canciller alemana, ya en mayo de 2010, los intereses de los inversores le importaban más que una quita de la deuda para sanear la economía griega. En este momento se ha puesto en evidencia otro déficit institucional. El resultado de las elecciones griegas representa el voto de una nación que se defiende con una mayoría clara contra la tan humillante como deprimente miseria social de la política de austeridad impuesta al país. El propio sentido del voto no se presta a especulaciones: la población rechaza la prosecución de una política cuyo fracaso ha experimentado de forma drástica en sus propias carnes. Investido de esta legitimación democrática, el Gobierno griego ha intentado inducir un cambio de política en la eurozona. Y ha tropezado en Bruselas con los representantes de otros 18 Gobiernos, que justifican su rechazo remitiendo fríamente a su propio mandato democrático. Recordemos los primeros encuentros, cuando los novicios —que se presentaban de forma prepotente llevados por el arrebato de su triunfo— ofrecían un grotesco espectáculo de intercambio de golpes con los residentes, que reaccionaban a medias de forma paternalista, a medias de forma despectiva y rutinaria: ambas partes insistían como papagayos en que habían sido autorizadas cada una por su “pueblo” respectivo. La comicidad involuntaria de su estrecho pensamiento nacional-estatal expuso con la mayor elocuencia ante la opinión pública europea qué es lo que realmente hace falta: formar una voluntad política ciudadana común en relación con las trascendentales debilidades políticas en el núcleo europeo.

2. Lo más clarificador que he leído en los últimos días sobre el asunto: el artículo de Xavier Vidal-Foch titulado El día en que Tsipras lo vio todo rojo. Hubo negociación, había acuerdo, pero los eurotalibanes, los austeuropeos, decidieron aplicar a Grecia la misma táctica que el Gran Hermano FMI viene aplicando históricamente allá por donde pasa:

Pregunta del millón: ¿cuándo se arruinó el pacto? Cojan la lupa y repasen qué pasó desde el Eurogrupo de Riga -24 de abril, Sant Jordi-, cuando Alexis Tsipras debió tomar el protagonismo en vez de su denostado ministro de Hacienda, Yanis Varoufakis.
Pasó que la cadencia de papeles cruzados, propuestas, matices y acercamientos entre el Eurogrupo y Grecia fue fulgurante, (aunque algunos lo nieguen): al menos media docena de documentos lo atestiguan. Hubo verdadera negociación.
Hasta que el lunes 22 de junio, tanto la canciller Merkel como los funcionarios del Eurogrupo y la Comisión brindaron por el último papel griego (la “comprehensive proposal”) como un “gran paso”, una “buena base de negociación”; y los griegos batían palmas con las orejas. ¿Qué ocurrió entre ese lunes optimista y la noche del viernes 26 en que Tsipras rompió la baraja y convocó el referéndum?
Dos cosas, ambas en la noche del martes 23, verbena de San Juan. El FMI, quizá por cuenta del sector talibán del Eurogrupo, aumentó sus exigencias (fatal maniobra, aunque con coartada técnica). Y Tsipras recibió la contestación (endurecida) a su propuesta, en formato tontorrón, con abundantes y prietas líneas añadidas, mecanografiadas en rojo, qué susto.

3. Bajo el tutelaje de la Troika, Europa se ha convertido en una enorme fábrica de mujeres y hombres endeudados -recurriendo al título del excelente libro de Maurizio Lazzarato. Sólo algunas ideas contenidas en el mismo, en las que se desvela el mecanismo de construcción e imposición de la economía de la deuda y las funciones que cumple:
  • En Europa, la lucha de clases se despliega y se concentra hoy en torno a la deuda. [...] El crédito o la deuda y su relación acreedor-deudor constituyen una relación de poder específica de producción y control de la subjetividad (una forma particular de homo economicus, el "hombre endeudado").
  • Una de las grandes apuestas políticas del neoliberalismo continúa siendo, como lo revela sin ambigüedad la "crisis" actual, la de la propiedad, puesto que la relación acreedor-deudor expresa una relación de fuerza entre propietarios (del capital) y no propietarios (del capital).
  • El incremento de la deuda del Estado es uno de los principales resultados de las políticas neoliberales que, desde mediados de la década de 1970, persiguen el objetivo de transformar la estructura de financiamiento de los gastos del Estado benefactor. [...] La privatización de los mecanismos de seguro social, la individualización de la política social y la voluntad de hacer de la protección social una función empresarial son fundamentos de la economía de la deuda. [...] Los intereses de la deuda constituyen la medida de la depredación que la población sufre a manos de los mercados desde hace cuarenta años.
  • La deuda no es, pues, una desventaja para el crecimiento; constituye, al contrario, el motor económico y subjetivo de la economía contemporánea. La fabricación de deudas, es decir, la construcción y el desarrollo de la relación de poder entre acreedores y deudores, se ha pensado y programado como el núcleo estratégico de las políticas neoliberales.
  • La deuda no es sólo un dispositivo económico, sino también una técnica securitaria de gobierno tendente a reducir la incertidumbre de las conductas de los gobernados. [...] Lo importante es la pretensión de las finanzas de reducir lo que será a lo que es, vale decir, reducir el futuro y sus posibilidades a las relaciones de poder actuales. [...] La lógica de la deuda asfixia nuestras posibilidades de acción. [...] Ya no es el pecado original el que se nos transmite con el nacimiento, sino la deuda de las generaciones precedentes. El "hombre endeudado" está sometido a una relación de poder acreedor-deudor que lo acompaña a lo largo de toda la vida, desde la cuna hasta la tumba.
4. Grecia ha dicho no a la fábrica europea del hombre endeudado. No niega sus responsabilidades para con el resto de Europa. No se escaquea. Sólo reclama el control esencial sobre su presente y su futuro. Lo que antes se llamaba democracia.
Por eso: gracias.
Y, por eso, debemos movilizarnos para exigir a nuestros gobernantes (a nuestros representantes políticos, a quienes dirigen los sindicatos a los que pertenecemos, a quienes lideran las organizaciones sociales de las que somos miembros) que no dejen sola a Grecia. Ni a Europa.
Vuelvo al artículo de Habermas:

Las negociaciones para llegar a un acuerdo en Bruselas se gripan porque ambas partes culpan de la esterilidad de sus negociaciones no a los fallos de construcción de procedimientos e instituciones, sino a la mala conducta de sus socios. El acuerdo no fracasa por unos cuantos miles de millones de más o de menos, ni siquiera por uno u otro impuesto, sino únicamente porque los griegos exigen hacer posible que la economía y la población explotada por élites corruptas tengan la posibilidad de volver a ponerse en marcha con una quita de la deuda o una medida equivalente; por ejemplo, una moratoria de los pagos vinculada al crecimiento. Los acreedores, por el contrario, no cejan en el empeño de que se reconozca una montaña de deudas que la economía griega jamás podrá saldar.
[...] La discutible actuación del Gobierno griego no suaviza un ápice el escándalo de que los políticos de Bruselas y Berlín se nieguen a tratar a sus colegas de Atenas como políticos. Aunque tienen la apariencia de políticos, solo se permiten hablar en su condición económica de acreedores. Esa transformación en zombis busca presentar la dilatada situación de insolvencia de un Estado como un suceso apolítico propio del derecho civil, un suceso que podría dar lugar al ejercicio de acciones ante un tribunal. Pues de este modo es tanto más fácil negar una corresponsabilidad política.
Pero la salida a este embrollo, concluye Habermas,  sólo puede ser política: "las élites políticas de Europa no pueden seguir ocultándose de sus electores, escamoteando incluso las alternativas ante las que nos sitúa una unión monetaria políticamente incompleta. Son los ciudadanos, no los banqueros, quienes tienen que decir la última palabra sobre las cuestiones que afectan al destino europeo".

domingo, 5 de julio de 2015

Garantía de ingresos y lucha contra la exclusión en Europa



El pasado viernes tuve ocasión de compartir la mañana con las personas representantes de la Red Europea de lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) que celebraban su Congreso Estratégico en Bilbao.
En un contexto extremadamente complejo, tanto en los espacios más locales como en el conjunto dela Unión Europea, el trabajo de estas organizaciones tiene un enorme valor.
Yo me limité a aportar una breve reflexión. El texto íntegro puede leerse aquí, en ResearchGate, una red social en Internet y una herramienta de colaboración dirigida a personas que hacen ciencia en el marco de cualquier disciplina.
Lo importante es lo que hagamos a partir de ahora.