Una ofensa mortal
Traducción de Patricia Antón de Vez
Salamandra, 2022
-¿Todavía le ocurre -preguntó [X.] volviéndose finalmente desde la ventana, desde el páramo-. ¿Todavía se odia a sí mismo?
-No. Me llevó mucho tiempo y necesité mucha ayuda. [X.], el mundo es un lugar cruel, pero también está más lleno de bondad de lo que nos imaginamos. ¿Y sabes qué? A la larga, la bondad siempre acaba venciendo a la crueldad. De verdad, créeme.
Le tendió una mano al joven. [X.] la miró fijamente.
-Créeme -susurró [Z.].
Y [X.] le creyó.
Retirado en la idílica Three Pines, el antiguo inspector jefe del Departamento de Homicidios de la Sûreté du Québec, Armand Gamache, acepta el puesto de comandante de la Academia de la Sûreté, con la encomienda de combatir desde sus mismas raíces la corrupción económica y la degeneración profesional que durante años han invadido ese cuerpo policial. Su primera e insólita decisión será reclutar como profesor a un antiguo amigo y colega en la policía al que el propio Gamache denunció por corrupción, provocando su caída en desgracia.
Cuando otro veterano profesor de la Academia, también manchado por la corrupción y por su forma brutal y matona de concebir la tarea policial, aparece asesinado en su habitación, Gamache se verá obligado a poner en práctica todos sus recursos como investigador de homicidios y, sobre todo, su sensibilidad y conocimiento de la naturaleza humana, para resolver el caso y evitar que sus consecuencias desbaraten el proyecto de reconstrucción de la Academia, así como su propia vida y la de algunos de sus alumnas y alumnos. El resultado es una apasionante historia de redención.
El pasado de la Academia, del propio Gamache y de la localidad de Three Pines (¡por fin sabremos su origen y la razón por la que no aparece en ningún mapa!), convertida en un personaje más de esta historia, se entrecruzan con asombrosa maestría en esta nueva novela de Louise Penny, una clásica de la novela negra por su estilo inconfundible y por la profundidad moral de sus personajes y sus tramas.
Tal y como reconoce la autora en las páginas finales del libro, escribió Una ofensa mortal mientras su marido Michael sufría las consecuencias de una demencia que evolucionaba con rapidez, anulando progresivamente su capacidad de comunicarse y de moverse. En estas circunstancias, Penny reconoce emocionada que no hubiera podido escribir sin la ayuda emocional y física de numerosas amigas y vecinas, a quienes recuerda y homenajea con sus nombres y apellidos. Michael, médico especializado en oncología infantil, murió al poco de finalizar el libro. "Escribí Una ofensa mortal con la paz que conlleva saber que yo también estoy a salvo, que soy amada y que no estoy sola", confiesa Penny. Se entiende que esta sea también la sensación que nos queda al terminarlo.