Y entonces, en la mitad superior del Callejo, la he visto. ¡Una cabra montés! Había leído que hace unos pocos años las habían introducido en la zona de Riaño, y hace poco me comentaron que habían empezado a pasar a la zona del Curavacas. Por lo que sé, la cabra montés (Capra pyrenaica victoriae) no es una especie propia de estas montañas, aunque sí de Pirineos y Gredos. El caso es que ahí estaba... bueno, estaban: tres preciosos ejemplares, que he podido fotografiar a placer.
Durante cuarenta minutos he demorado mi ascenso, emocionado al poder estar así de cerca de tan magníficos animales. En la cumbre me he encontrado con un montañero de Balmaseda que me ha recordado que en agosto del año pasado coincidimos también, él acompañado de más gente, en la cumbre del Espigüete. Hemos echado una buena conversación mientras disfrutábamos de las vistas.
Vértice geodésico y buzones cimeros. Al fondo, Picos de Europa.
Espigüete.
El Hospital y el Monte de las Huelgas.
Un pajarillo nos ha acompañado todo el rato. Le ha gustado el kiwi.
Sendero que nos lleva, por la cara norte, desde el final del Callejo y la canal Sur hasta la cima del Curavacas. Al bajar, he vuelto a encontrarme con las cabras, ahora un poco más alejadas.
El descenso por las pedreras nos permite, con un poco de equilibrio, ganar mucho tiempo.
Un último vistazo al Curavacas desde los prados de Cabriles. Hasta el año que viene.
2 comentarios:
Ya tenia ganas de ver tus fotos de las cabras montesas y los ciervos,todo muy bonito y los comentarios una pasada.Ya me gustaria hacer esos recorridos por toda la montaña, mis piernas ya no responden ,todo lo más como el otro año al pico Santa Lucia. Un fuerte abrazo de Jesús
Encantado de compartirlo contigo, Jesús. Un abrazo.
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