Jenny Erpenbeck
Yo voy, tú vas, él va
Traducción de Francesc Rovira
Anagrama, 2018
"Se sienta a la mesa y enciende el televisor, a esa hora dan las noticias regionales: el atraco a un banco, la huelga del personal del aeropuerto, la gasolina ha vuelto a subir, en la Alexanderplatz se han reunido diez hombres, presuntamente refugiados, y han iniciado una huelga de hambre, uno de los huelguistas se ha desmayado y ha sido trasladado al hospital. ¿En la Alexanderplatz? Se ve cómo suben a un hombre en camilla a una ambulancia. ¿Por donde Richard ha pasado hoy? Una joven reportera habla al micrófono, al fondo se ven unas figuras echadas o en cuclillas y una mesa de camping con una pancarta de cartón: «We become visible». Debajo, en pequeñas letras verdes: «Nos hacemos visibles». ¿Cómo es posible que no haya visto la manifestación? El primer bocadillo se lo ha preparado de queso, ahora a por el segundo, de jamón. A veces le avergüenza cenar mientras contempla en la pantalla seres humanos tiroteados, cadáveres después de un terremoto, accidentes de avión, aquí el zapato de alguien tras un atentado suicida, allá los cuerpos envueltos de las víctimas de una epidemia, alineadas en una fosa común. También hoy se avergüenza, pero sigue comiendo, como siempre".
Pero esta vez no será como siempre.
El protagonista de esta novela, Richard, es un profesor emérito de Filología clásica que acaba de jubilarse. Viudo desde hace unos años, ante él se abre una etapa vital que aún no sabe cómo llenar. Hasta que la protesta de un grupo de refugiados africanos llama su atención. Se acercará a ellos, se interesará por sus vidas y, en su relación con ellos, al compartir "la cotidianidad abierta por los cuatro costados, expuesta a la intemperie ... de la vida de un refugiado", se enfrentará también a su propia historia personal.
Habiendo vivido y crecido en la extinta Alemania Oriental, se mostrará especialmente sensible con las consecuencias que las fronteras de Europa producen sobre las personas refugiadas: "¿Ya hemos olvidado, precísamente en Berlín, que una frontera no solo mide el tamaño del enemigo, sino que también lo crea?". También con el cambio desde el internacionalismo proletario hasta un etnonacionalismo que rechaza a las personas inmigrantes: "Y precisamente en esa parte de Alemania donde hasta hace veinticinco años el «internacionalismo proletario» proporcionaba el lema de innumerables pancartas, hoy en los carteles electorales de un partido que gana adeptos cada día que pasa puede leerse: «El dinero, mejor para la abuelita que para cíngaros y gitanos»".
Una novela actual, sensible, moral, que nos confronta con las contradicciones de las sociedades europeas frente al drama de las personas refugiadas: "La paz, que la humanidad ha anhelado en todas las épocas y que hasta ahora se ha alcanzado en muy pocas zonas del mundo, ¿termina no solo no compartiéndose con los que buscan refugio, sino que se defiende con tal agresividad que, al final, resulta enormemente parecida a la guerra?".
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