"En primavera, las glicinas, rizándose como olas, florecen en el oeste como la sagrada nube púrpura que acompaña a Amida. En verano, escucho el canto de los cucos, y les suplico que me prometan servirme de guías en el supremo paso montañoso de la muerte. En otoño, las voces de las cigarras vespertinas me llenan el oído, como despreciando la efimera cáscara de este mundo. Y, en invierno, contemplo la nieve que se acumula como nuestras faltas y se derrite como una expiación".
Kamo No Chomei,
Pensamientos desde mi cabaña, Errata Naturae 2018.
Aquí no hay cigarras vespertinas que llenen mi oído.
Aquí, el otoño colma mi vista de colores tan hermosos como efímeros.
Porque aquí el otoño es corto, y el invierno ya se deja sentir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario