Divina providencia
Traducción de Teresa Clavel Lledó
Salamandra, 2009
"-Bien, haré un resumen -intervino Albert: Si Charlie no entra en escena, Marylou sale de ella. Si Marylou sale, Paulo no entra. Si Paulo no entra, Tom sale. Bonito encadenamiento. ¿Qué dices, Charlie?
[...]
-Aquel día yo también subí a un taxi que cambió el curso de mi vida -explicó Albert a Marylou-. Pero se lo contaré en otra ocasión.
-El curso de nuestras vidas -subrayé.. ¿Por qué aquel día? Siempre me lo preguntaré".
El argumento de fondo no es nuevo: un acontecimiento imprevisible, inconexo, único, desencadena una sucesión de acontecimientos improbables que no se explican sino por ese primer hecho. En este caso, el detonante es un mendigo que se tira a las vías del metro. Esta acción estrictamente individual, en sí misma azarosa ("¿Por qué aquel día? ¿Por qué aquel instante? ¿Por qué en aquel lugar? ¿Qué diferencia había? Ni más ni menos esperanza. Ni más ni menos futuro. Ni más ni menos soledad"), irrumpe en la historia colectiva generando un movimiento telúrico que transformará la vida de otras muchas personas, vinculándolas en una red de afectos y compromisos.
Una preciosa historia de historias, luminosa a pesar de construirse sobre realidades trágicas, esperanzada ("Espera a que pase la deflagración. Ya verás como muy pronto dejas de temer el minuto siguiente"). A destacar el escenario que hace posible el encuentro improbable y redentor entre las y los protagonistas: un hospital que hay que suponer público, ya que en el mismo son atendidos un millonario y un mendigo. Un palacio del pueblo.
He leído este libro gracias, también, a la labor de la (¿divina?) providencia: no tenía ninguna información sobre él, lo encontré curioseando en Re-Read San Mámes y se ha adelantado, no sé por qué, a otros pendientes de leer. Leerlo en este final de año, un año en el que yo también he experimentado alguna deflagración, me ha ayudado a no temer el minuto siguiente.
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