lunes, 24 de octubre de 2022

Vuelos verpertinos

Helen Macdonald
Vuelos vespertinos
Traducción de Cecilia Ceriani
Anagrama, 2021


"Estos son tiempos terribles para el medioambiente. Ahora más que nunca, necesitamos considerar, largo y tendido, nuestro modo de ver e interactuar con el mundo natural. Estamos viviendo la sexta gran extinción, esta vez causada por nosotros. Cada año que pasa, los paisajes que nos rodean están más vacíos y silenciosos. Necesitamos de las ciencias duras para determinar el índice y la escala de ese deterioro, para averiguar por qué se produce y qué estrategias poner en marcha para mitigarlo. Pero también necesitamos la literatura; necesitamos comunicar lo que significan esas pérdidas. [...] La literatura nos puede enseñar la textura cualitativa del mundo. Y necesitamos que lo haga. Necesitamos expresar el valor de las cosas para que así podamos ser muchos más los que luchemos por salvarlas".

 

En la línea de esas inmensas nature writers que son Rachel Carson, Anne DillardSue Hubbell o Terry Tempest Williams, Helen Macdonald ha escrito un libro maravilloso que nos invita a recorrer con ella la naturaleza más cercana, más cotidiana, acaso menos espectacular pero no por ello menos fascinante: la existencia aérea de los vencejos, la muy terrenal de los resistentes jabalíes, el vuelo nupcial de las hormigas negras elevadas sobre los edificios por las mismas corrientes térmicas que sostienen a las gaviotas que se alimentan glotonamente de las nubes de insectos, las veloces y asustadizas liebres entre los sembrados y los majestuosos cisnes en los canales, los acrobáticos estorninos y las mágicas luciérnagas...
 
El libro está compuesto por una cuarentena de textos breves, de entre cuatro y siete páginas, que podemos leer (y releer) sin necesidad de seguir ningún orden, dejándonos llevar por una escritura literariamente hermosa, que transita entre la mirada naturalista y la reflexión sociopolítica, entre la experiencia personal y la certitud científica.
 
"No todos nosotros necesitamos ascender a tales alturas (del mismo modo que muchos vencejos renuncian a los vuelos verpertinos orque deben ocuparse de las crías o de incubar los huevos), pero como comunidad, algunos sí que estamos obligados, por la prosperidad y el bienestar común, a analizar con detenimiento aquellas cosas que suelen verse eclipsadas por los quehaceres cotidianos. Las cosas que necesariamente debemos seguir o evitar a la hora de lograr nuestros objetivos. Las cosas que debemos tener en cuenta para saber qué hacer a continuación. Los vencejos son mi fábula de la comunidad, la que nos enseña cómo tomar las decisiones correctas cuando se avecina mal tiempo, cuando vemos acumularse nubarrones negros en el horizonte".
 
Sumergirnos en estos textos es un regalo precioso.

 

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