sábado, 13 de julio de 2019

Paseo por la sierra de Aramotz: Mugarra, Artatxagan y Leungana

Como para esta noche y para mañana por la mañana anuncian algo de lluvia, he decidido aprovechar la mañana del sábado para volver a una zona que siempre merece la pena: la sierra de Aramotz y, concretamente, su cima más emblemática, el Mugarra. Al final, han sido tres las cumbres por las que he pasado: Mugarra (964 m.), Artatxagan (998 m.) y Leungane (1009 m.).

A las 8:20 he salido desde un pequeño parking junto al polideportivo de Mañaria. Tras cruzar un puente de madera sobre el río Erleabeko un poste señalizador me indica la dirección y la distancia que tengo que recorrer en la primera etapa del día.



El ascenso desde aquí no tiene pérdida y el Mugarra enseguida asoma sobre los pinares.

La pendiente, eso sí, es fuerte desde el principio, por lo que se gana altura con rapidez. A la izquierda, Artatzagana, a la derecha, Mugarra. Entre ambos, el collado de Mugarrikolanda. Allá voy.

Giro a la derecha a la altura del caserío Agirre, perfectamente señalizado. Aquí abandono la pista asfaltada para continuar por otra de cemento al principio y de tierra y grijo más adelante.

Nueva desviación, esta vez sin señalizar. Hay que ir a la izquierda.


Los pinares quedan abajo y el paisaje empieza a ofrecer estampas más bellas.




En la impresionante pared sur del Mugarra anidan los buitres. Un cartel advierte de la prohibición de escalar entre enero y agosto, precisamente por ser época de nidificación de estas aves. Sin embargo, llegando a Mugarrikolanda había gente escalando...


Cada vez más cerca del collado.
Mirando hacia atrás, Udalaitz (con txapela de nubes), Untzillatx y tras este, tapados por la niebla, Alluitz y Anboto.




Llegando al collado, un alimoche me sobrevuela.


Collado de Mugarrikolanda: 780 m. bien sudados.


Rodeo la peña para subir por su vertiente Norte. Tras ascender una empinada campa, el terreno cambia: roca caliza y sendero estrecho entre encinas (encinas, sí) aferradas a las peñas como si les fuera la vida en ello... lo que seguramente es así.





Salgo a la cresta y llego al Mugarra, con sus dos buzones.


Como otras veces, dedico unos minutos a recordar a Igor, fallecido en este monte, con quien compartí buenos ratos cuando él estaba haciendo su tesis doctoral en el departamento de Sociología de la UPV/EHU.


Alli abajo, Mañaria.

A la altura de los mismos buitres...
 
 
 

Las vistas desde aquí son espectaculares: Gorbea y Lekanda...

... Gran Bilbao y el Abra...
... Ganekogorta...
... Udalaitz...
... Sierra Salvada...
... Gorbea y Aldamin...
... Urdaibai...
Ahí asoma Anboto.

Como aún era pronto, ha regresado al collado de Mugarrikolanda para llegarme hasta Leungane.




De nuevo el terreno cambia sustancialmente. Ahora parece que estuviera en Itxina: hayas, karst, musgo, colchones de hojas, dolinas. Siguiendo las marcas blanqui-amarillas de la PR no hay pérdida.







Como quiero pasar primero por Artxagan, me salgo de la ruta y voy subiendo hasta coger la cresta que me lleva hasta la cósmica cima.

Desde la cumbre del Artxagan se ve perfectamente el Leungane, mi siguiente y último objetivo de esta mañana.

Caballos, bajando del Artatxagan.
 
 
Mugarri en el collado entre Artatxagan y Leungane.


Cumbre del Leungane. 
 
Al fondo, Mugarra.

Haciendo zoom se aprecia el buzón de Artatxagan y gente en la cumbre del Mugarra.

Vuelvo a segir el PR y me introduzco de nuevo en el bosque, de regreso hacia Mugarrikolanda






Una breve parada en la cuidada Fuente de Mugarrikolanda.


Y desde el collado, vertiginosa bajada hasta Mañaria.



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