John Connolly
El frío de la muerte
Traducción de Vicente Campos
Tusquets, 2019
Desde que en 2004 leí Todo lo que muere, la sobrecogedora novela que inauguró la serie protagonizada por el atormentado detective Charlie "Bird" Parker, he esperado cada nueva entrega y he disfrutado con unas historias que mezclan con maestría las claves de la novela policíaca y del género gótico.
Quince años acompañando a Parker en su combate contra fuerzas del mal, naturales y sobrenaturales, que en esta ocasión (leer AQUÍ las primeras páginas) habrá de enfrentarse a los Hermanos, una oscura organización implicada en innumerables crímenes:
"Había hablado con Eklund a menudo sobre los Hermanos. El investigador creía que ya estaban irremediablemente corruptos cuando llegaron a estas costas, y que el Nuevo Mundo se había limitado a no proporcionarles mayores beneficios que el Viejo. Thayer no estaba tan seguro. Se preguntaba si había algo en la tierra de América, algo elemental que atraía a criaturas como los hermanos y agudizaba sus peores apetitos. Lo imaginaba como una especie de fuego oculto, como las llamas de carbón que ardían invisibles en ese mismo estado bajo el pueblo de Centralia, manifestándose sólo en nubes de gas sulfuroso y grietas en el asfalto mientras en las profundidades no cesaban de arder. [...]
Más al norte, Parker seguía leyendo.
Los Hermanos eran carroñeros, o empezaron como tales: un puñado de hombres brutales y mujeres embrutecidas a quienes lo que ofrecía América les había parecido menos dorado de lo que habían esperado; o tal vez siempre lo habían sabido y ya estaban preparados para aprovecharse de los débiles, incluso mientras sus barcos cruzaban mares tan oscuros que sólo se distinguían de la noche en las casi invisibles fisuras de la espuma".
Ahora, a esperar a la siguiente: la decimoséptima.
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