El asesino hipocrático

"Nunca se asesina mejor que cuando llegan las horas estelares de las naciones" [Pavel Kohout, La hora estelar de los asesinos]

Lo leemos hoy en la edición digital de EL CORREO:
"Beñat Aguinagalde Garmendia, un licenciado en Medicina de 24 años con el MIR recién aprobado, es el presunto autor de los asesinatos del ex edil del PSE Isaías Carrasco y del empresario de Azpeitia Inaxio Uria, según la investigación realizada por la Ertzaintza. Aguinagalde pertenecía a un comando 'legal' -no fichado- al que se le imputan catorce atentados cometidos en Guipúzcoa desde el fin de la tregua".
Licenciado en Medicina, MIR, 24 años. Seguramente todos nuestros presupuestos sobre el terrorismo y los terroristas se tambalean.
Nacido en democracia y en autogobierno, socializado formal e informalmente en euskera, crecido libre para organizarse, opinar y votar. ¿Qué puede haberle empujado a militar en ETA? Desconozco las circunstancias personales de Beñat Aginagalde, circunstancias que muy probablemente nos ayudarían a responder a esta pregunta. Pero yo me atrevo a plantear una hipótesis: en algún momento de su corta trayectoria vital, Beñat se ha encontrado con uno o más pedófilos políticos.
En Euskadi no son raros los casos de abusadores intelectuales de menores. Yo conozco personalmente a algunos. Se diferencian del fanático ideologizado en el objeto de sus abusos.
El fanático ideologizado influye especialmente sobre su propia progenie, a la que deja como herencia un memorial de agravios, reales o imaginados, y la tarea irrenunciable de resarcirse de ellos por cualquier medio. El pedófilo político, por el contrario, mantiene a resguardo a sus propios hijos, actuando siempre sobre otros jóvenes.
A Beñat le han transmitido una visión de la realidad que hace verosimiles discursos que no se sustentan en su propia experiencia vital. Y estos discursos han sido tan poderosos que han acabado por imponerse a esa experiencia. Incluso a su juramento hipocrático.