Mañana (la de ayer) muy nublada, pero con esa niebla que atrae y acoge, niebla luminosa (sí, la hay luminosa, como la hay oscura) que promete un día soleado.
Una joven salamandra caminaba por la pista que sube al Pagasarri, ajena al tráfago de botas y neumáticos que ya empezaba a circular por ahí y que aumentaría con el paso de las horas. Con cuidado, la recogí y la saqué del camino, trasladándola a una zona de hierba y arbustos.
Ganekogorta desde el Paga.
La niebla, que me acompañó durante todo el ascenso, se retiró de pronto.
Ganeta y Pagasarri.
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