jueves, 14 de agosto de 2025

El mito del hombre lobo

Roger Bartra
El mito del hombre lobo
Anagrama, 2023 
 
"Yo creo que el hombre lobo forma parte de un racimo de mitos más amplio conformado por las diferentes variedades de hombres salvajes, seres imaginarios híbridos que conjuntan rasgos bestiales y humanos. Es útil observar el conjunto mítico de los humanos salvajes para entender las formas en que se expresa la otredad, ese conglomerado de ideas, símbolos y emociones con que en las diferentes culturas se perfilan las identidades colectivas. El mito del hombre salvaje ha sido una de las claves en el proceso de construcción de una identidad occidental civilizada, con todos los horrores y contradicciones que ese proceso ha significado. Es un mito que tiene una larga historia"
 
 
Con paso de viajero erudito, apoyado en su extensa trayectoria de investigación sobre las mitologías a partir de las que Occidente ha construido la otredad, en este ensayo Bartra atraviesa siglos y fronteras. Camina junto a Heródoto por tierras escitas donde hombres se vuelven lobos durante unos días; se detiene en el banquete oscuro de Licaón, rey devorado por su propia ferocidad; escucha, en las cocinas medievales, las leyendas que las nodrizas murmuran a los niños para que no se alejen del hogar, los juicios a hombres lobo en el siglo XVI, los cuentos de Perrault y los Grimm. Y más adelante, lo vemos en un cine de barrio, frente a un hombre con colmillos de celuloide que se transforma y ruge bajo la luna llena. Pero no es un simple catálogo de leyendas. Cada parada es una excavación y Bartra busca las raíces psicológicas, sociales y culturales de esta figura liminal. El hombre lobo, nos dice, es espejo y advertencia; es el recordatorio de que bajo la piel civilizada late una bestia, y que esa bestia no siempre es pura amenaza, también puede ser deseo de huir, de romper reglas, de habitar lo salvaje.

"Los mitos de larga duración tienen interés porque arrastran inquietudes y reflexiones que siguen preocupando a los humanos. El complejo mítico de los salvajes contiene tanto ideas como emociones sobre la alteridad y continúa hasta hoy ejerciendo la función de cimentar el perfil de la civilidad sin necesidad de definirla, pues opera por contraste. Es civilizado todo aquello que no es salvaje. Esta idea sencilla y esquemática persiste en la mitología de Occidente desde la Antigüedad. El mito del hombre lobo es una de las muy diversas manifestaciones del salvaje como la representación de un impulso por definir lo civilizado, lo normal y lo propio. Conlleva una reflexión sobre la maldad y sobre las maneras de enfrentarla. La inquietud que se halla en la estructura del mito se refiere a una realidad cotidiana: el mal se encuentra inscrito profundamente en las entrañas del ser humano y es la expresión de una alteridad interior de la que es difícil escapar. Hay personas nobles que quedan atrapadas bajo la forma de esta animal feroz a causa de la maldad de quien los ha condenado a este tormento. Otras han aceptado voluntariamente rendirse a los poderes maléficos y son perseguidas por los representantes de la normalidad y la religión dominante. El hombre lobo puede ser el disfraz de un culto o un ritual que muestra el deseo de escapar de las inclemencias sociales o de los males que aquejan a los individuos".
 
El mito del hombre lobo es un ensayo que conjuga hondura y amenidad proponiendo un viaje desde un relato mesopotámico de condena hasta sus más recientes metamorfosis pop, revelando que si el mito sigue vivo es porque sigue vivo el mal, la dualidad moral y ese pulso ancestral entre lo que consideramos humano y animal. La licantropía no habla solo de maldición, sino de transformación, de metamorfosis; las fauces, las garras y el aullido representan lo que la sociedad expulsa, pero también lo que el individuo muchas veces anhela. 

Y mucho de esto hay, creo, en la novela Bosques negros, cielo azul, también reseñada recientemente aquí.

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