«El empleo de hoy se parece más a Uber que a los Altos Hornos»
IMANOL ZUBERO | DOCTOR EN SOCIOLOGÍA Y PROFESOR UPV/EHU
El experto en movimientos sociales analizará la precariedad del mercado laboral esta tarde en el Aula San Pablo de la Diócesis
El doctor en Sociología y profesor titular de la UPV/EHU Imanol Zubero (Alonsotegi, 1961) es experto en movimientos sociales, sindicalismo, voluntariado, violencia y política. Exsenador socialista en Bizkaia y promotor de Gesto por la Paz, este miércoles a las 19.00 reflexionará sobre el ámbito laboral en la charla 'Precariedad y propuestas de futuro', organizada por la Hermandad Obrera de Acción Católica de Vitoria. El encuentro tendrá lugar en el Aula San Pablo de la Diócesis y también podrá seguirse online previa inscripción.
–¿Ha acentuado la pandemia la precariedad del empleo?
–Sí, pero la reflexión debe ser a largo plazo. También nos preocupamos mucho con la gran recesión de 2008, pero el empleo como mecanismo de integración viene debilitándose desde los 80. Se pasó de su concepción como una actividad estable a algo precario y flexible. Cuando a un cuerpo frágil lo golpea una gripe, el impacto sobre su salud es aún mayor.
–¿Qué provocó ese cambio?
–La reducción de costes creció con modelos como el toyotismo o el 'just in time'. Los almacenes llenos de stock dejaron de existir, pero el coste humano seguía siendo más difícil de modificar. Se empezó a gestionar el trabajo humano como los tornillos. La gran huelga general del 88 de los sindicatos contra Felipe González se produjo por un plan de empleo juvenil que buscaba flexibilizar sus condiciones de contratación, algo inaceptable en ese momento. A partir de ahí se ha ido a modelos más flexibles y se ha debilitado la capacidad de defensa y resistencia de sindicatos y trabajadores.
–¿Se ha acostumbrado la sociedad a estas nuevas condiciones?
–Absolutamente, hemos normalizado la precariedad. Cuando preguntas a un joven sobre su futuro laboral lo ve incierto. Antes hacías algo que te gustaba por vocación y eso configuraba una carrera profesional. Si te mantenías en el tiempo mejorabas tu estatus laboral. Pero hoy las carreras son fragmentarias, la gente estudia asumiendo que tal vez tenga que trabajar en otra cosa. La gente nacida a partir de los 90 ha tenido que asumir una vivencia laboral flexible y precaria.
–¿Qué consecuencias tendrá su situación laboral en el futuro?
–El modelo laboral tradicional tenía sus elementos oscuros. Era masculino, patriarcal, lesivo para el medio ambiente, hacía que las mujeres se retiraran del empleo... pero permitía mantener a toda la casa con un único sueldo industrial. No era la panacea pero los tiempos de ocio y trabajo estaban pautados y se podían configurar familias, consumos e ideologías. El trabajo era un perchero estable del que colgar lo demás, pero hoy no se puede colgar nada en él. El trabajo precario precariza la vida y cada vez existe una menor afección a quienes gestionan lo público. Se considera que no pueden garantizar los derechos básicos de la gente. Los empleos estables, que la gente tenga una vida que vivir con cierta tranquilidad, son vacunas contra el extremismo, pero estamos viviendo un retroceso a épocas que ya estaban superadas.
– Un gran porcentaje del salario se destina a la vivienda. ¿Es el momento de regular el alquiler?
–Entre los 50 y los 80, en los años gloriosos, el salario garantizaba la vivienda, los estudios y la salud. Hoy los sueldos son más escasos y muchas personas trabajan como autónomos cobrando por proyectos. Si el salario directo no es suficiente para el acceso a la vivienda habrá que recuperar prestaciones sociales y políticas públicas que lo permitan. Sin ingresos estables tampoco hay derechos de jubilación.¿Qué va a ser del futuro cuando las pensiones sean tan malas? En Euskadi ya lo estamos viendo con la RGI. Es escandaloso que tanta gente la cobre como complemento a la jubilación y que el 20%de quienes la perciben esté trabajando pero se encuentre por debajo del umbral de la pobreza.
–¿Pasa la solución por incrementar los impuestos a las empresas?
–El economista Thomas Piketty lo explica bien. Donde mejor funcionó la economía entre los 50 y 80 fue donde los impuestos eran altísimos y las empresas estaban localizadas, como en Estados Unidos.Lejos de un hándicap al emprendimiento supuso construir políticas públicas potentes. Pero la revolución neoliberal de los 80 nos ha cambiado el marco.
–¿Cómo desprecarizar el trabajo entonces?
–Hay que legislar a favor del empleo y apretar las tuercas al capital especulativo que desequilibra las cifras, como los fondos de inversión o tecnológicas como Amazon o Google. ¿Por qué no se nos ocurrió utilizar los ERTE en crisis anteriores? También están las medidas de reparto del trabajo, como la propuesta de Más País para semanas laborales de cuatro días, o medidas como la Renta Básica Universal. Hay cantidad de propuestas sobre la mesa pero falta voluntad y, al final, el empleo de hoy es precario y se parece más a Uber que a Altos Hornos.
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