El pasado día 31, a propuesta del grupo Elkarrekin Podemos, tuve la oportunidad de comparecer ante la "Ponencia para la actualización del autogobierno de Euskadi" del Parlamento Vasco. En la web del Parlamento se recogen las grabaciones en vídeo de las sesiones de la ponencia. Si alguien está interesado en leer el documento íntegro que preparé para sostener mi intervención, puede hacerlo aquí.
También dejo a continuación las notas del power point que utilicé en la presentación.
Se plantean cuatro ideas:
1. La cuestión del derecho de autodeterminación no es en absoluto tan evidente como el término “derecho” parece indicar.
2. La estatalización del derecho a decidir debe dejar de darse por supuesta: es (muy) problemática.
3. Euskadi puede ser una realidad política por construir, pero no por descubrir: hace mucho tiempo que sabemos cómo somos… y lo que esto puede dar de sí.
4. Re-escalar el autogobierno: el nuevo papel de las ciudades.
- Derecho de autodeterminación y derecho a decidir, sinónimos.
- Derecho individual, colectivizable por agregación.
- No derecho humano fundamental.
- El derecho de los pueblos a la autodeterminación externa entendido como "derecho al Estado" es inconcebible y autodestructivo
- Insostenible en una sociedad mundial cada vez más integrada y en sociedades civiles caracterizadas por la mezcla de culturas y nacionalidades.
- Contradice su consideración en la Carta de la ONU como supeditado a a la "paz universal", y fundamento de "relaciones pacíficas entre las naciones".
- Lo que hace imposible su configuración como "derecho fundamental“ es su no universabilidad, es decir la imposibilidad, en contraste con la noción teórica de este tipo de derechos, de que sea reconocido por igual a todos los pueblos.
- Las profundas tensiones a las que se está viendo sometido el Estado por arriba (globalización de los riesgos y de las oportunidades) y por abajo (subsidiariedad, eficiencia y representatividad), acabarán por modificar sustancialmente la ecología política en la que la constitución de estados nacionales ha sido la estrategia adaptativa más exitosa.
- Sustitución por “objetos políticos no identificados” (OPNIS).
- Aspirar a la plena clarificación o identificación de los “objetos políticos” a los que aspiramos no puede llevar sino a la expulsión o a la negación de la complejidad, diversidad, provisionalidad, incertidumbre y experimentación que configuran nuestro zeitgeist.
- Evitar la retrotopía de “volver a Hobbes” (Bauman).
- Asumir la metamorfosis del mundo: el imperativo de actuar en campos o espacios de acción cosmopolitizados (Beck).
[2] La estatalización del derecho a decidir debe dejar de darse por supuesta: es (muy) problemática.
- El derecho de autodeterminación no es un mero instrumento neutral.
- Estrategia de normalización (banalización).
- Definición de un demos, de un sujeto político soberano, que posteriormente decidirá sobre su estatuto político.
- El derecho de autodefinición, es decir, el derecho a definir “quiénes son los miembros que integran en realidad ese pueblo”, paso esencial en cualquier proceso soberanista.
- Riesgos que entraña cualquier operación de categorización o definición de una identidad colectiva en el marco de un proceso de construcción nacional.
- Ferrajoli y la “esfera de lo indecidible”: en democracia hay principios que deben estar sustraídos a la decisión de la mayoría.
- La modificación de la condición de ciudadanía, cuando entraña riesgos de debilitamiento, limitación o exclusión de esta condición, entraría plenamente en esta esfera de lo indecidible.
- No es más legítimo, ni más moral, ni más racional, ni más democrático, un Estado español que un Estado catalán o vasco. Puede ser más real, pero esto no es más que el resultado de la historia.
- Incomodidad ante quienes pretenden convertir situaciones de hecho, fruto de la historia -como que exista un Estado español pero no un Estado catalán-, en realidades morales: nacionalismo cívico vs. nacionalismo étnico, patriotismo vs. Nacionalismo.
- Todo Estado se construye sobre la homogeneización y la exclusión de lo que reducido a la condición de lo extraño.
- ¿Qué hacer? ¿aceptar sin más el resultado de la historia y su distribución azarosa de la estatalidad? ¿Aceptar como marco de autogobierno el actual Estado español sólo porque existe y renunciar a un Estado vasco sólo por los riesgos de extranjerización que su construcción comporta?
[3] Euskadi puede ser una realidad política por construir, pero no por descubrir: hace mucho tiempo que sabemos cómo somos… y lo que esto puede dar de sí.
- Un proceso de construcción nacional debe partir de lo existente.
- Estabilidad estructural, y estructurante, de la sociedad vasca.
- Euskadi puede ser un país (o una sociedad, o una nación) por construir, pero no por descubrir.
- Superar el imaginario de la matrioska –un Estado que contiene una nación que contiene un pueblo- para abordar desde otras claves la cuestión del autogobierno.
- Espacios donde sea posible la máxima eficacia, la máxima justicia, la máxima democracia y la máxima solidaridad.
- Espacios donde ninguna riqueza humana se pierda; espacios, por tanto, también culturales.
- Espacios en los que podamos participar en la toma de decisiones, donde los procesos políticos, económicos, tecnológicos, no parezcan incontrolados, sino que en todo momento podamos distinguir sus responsabilidades, evaluar sus consecuencias y reprogramar su dirección y ritmo.
- Espacios interrelacionados, comunicados, pues habrá solidaridades, participaciones y eficacias posibles en determinados espacios, pero donde otras, sean imposibles.
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