Naturaleza sagrada. Como podemos recuperar nuestro vínculo con el mundo natural
Traducción de Tomás Fernández Aúz
Crítica, 2022
"Si queremos redimir el mundo natural, también nosotros debemos aprender a linearnos emocionalmente con él y comprender la afinidad y la total dependencia que nos une a sus realidades. Hemos de hacer el deliberado esfuerzo de observar bajo la superficie de la naturaleza y vivir su sacralidad en primera persona, tal como vienen haciendo, desde hace siglos, los cabalistas, los musulmanes, los cristianos, los confucianos, los taoístas, los hindúes. Y no lo han conseguido por medio del estudio científico, sino a través de la creatividad y el arte: con rituales, poemas, música y gestos corporales que tienen un profundo efecto en la vida mental. También nosotros hemos de cultivar una manera de ser que nos permita ver más íntimamente el mundo natural -algo que requiere imaginación".
Este es un libro extraordinariamente parcial, un libro que busca justificar una convicción, un libro de parte. Monja católica durante siete años, especialista en el estudio de las religiones, Armstrong es impulsora de la denominada Carta por la Compasión (Charter for Compassion), cuyo texto dice así:
Es además necesario en la vida pública y en la privada abstenerse de causar dolor de manera sistemática y categórica, actuar o hablar de manera violenta, obrar con mala intención, manejarse priorizando el interés personal, explotar o denegar los derechos básicos e incitar al odio denigrando a los otros – aunque sean enemigos - actuar de manera contraria, implica negar nuestra humanidad. Reconocemos haber fallado en vivir con compasión y sabemos que alguien ha incluso incrementado la miseria humana en nombre de la religión.
Por eso pedimos a hombres y mujeres ~ restaurar la compasión al centro de la moralidad y de la religión ~ volver al antiguo principio que afirma que cualquier interpretación de la escritura que incite a la violencia, el odio o al desprecio, es ilegítima ~ garantizar a los jóvenes una información positiva y respetuosa sobre otras tradiciones, religiones y culturas ~ estimular a una positiva apreciación de la diversidad cultural y religiosa ~ cultivar una empatía consecuente con el sufrimiento de los seres humanos, hasta con aquellos que consideramos enemigos.
En nuestro mundo polarizado hay una necesidad urgente de transformar la compasión en una fuerza clara luminosa y dinámica. Arraigada en la determinación de trascender el egoísmo, la compasión puede romper las fronteras políticas, dogmáticas, ideológicas y religiosas. Nacida de nuestra profunda interdependencia, la compasión es esencial para las relaciones humanas y para la realización de la humanidad. Es el camino hacia la claridad, indispensable para la creación de una economía justa y de una comunidad global y pacifica".
En este libro, Armstrong prologa el principio de la compasión más allá de las relaciones entre las personas y las sociedades para extenderlo a nuestra relación con la naturaleza, convencida de que debemos "concebir de otra manera el mundo natural", recuperando "el sentimiento de veneración que siempre nos ha inspirado la naturaleza y que durante miles de años hemos cultivado con mimo los seres humanos". De no hacerlo así, la autora sostiene que "nuestra preocupación por el entorno natural no pasará nunca de ser una emoción superficial". Es importante enfatizar este distanciamiento buscado con una emocionalidad superficial tan característica de nuestros tiempos -una emocionalidad individualista e individualizante, autocentrada, epidérmica, solipsista- apostando por una emocionalidad robusta, compartida, efectiva; una emocionalidad que, como advierte Armstrong, lejos de servir como bálsamo se convierte en acicate para asumir compromisos incluso en contra de nuestros propios intereses, una senda emocional que "implica realizar sacrificios" ya que, sin estos, será imposible salvar(nos con) el planeta.
No es fácil evitar la deriva individualista de la espiritualidad y la emocionalidad, poner distancia frente al mindfulness, el coaching o el pensamiento positivo en sus expresiones más neoliberalizantes, esas que, como advierte Ronald E. Purser en McMindfulness. Cómo el mindfulness se convirtió en la nueva espiritualidad capitalista (Alianza editorial 2021; traducción de Marta Nicolás Heredia), no es más que una “forma banal de espiritualidad que pone trabas a las transformación social y política, y refuerza el statu quo neoliberal”. No es sencillo y la propia Armstrong roza en más de una ocasión este fangoso terreno. Pero, teniendo clara su verdadera intención, su libro se alinea con las obras de otras grandes autoras como Mary Oliver, Rachel Carson o Annie Dillard.
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