Horas de invierno
Traducción de Regina López Muñoz
Errata naturae, 2022
"Diría que existen mil vínculos inquebrantables entre cada uno de nosotros y todo lo demás, y que nuestra dignidad y nuestras posibilidades son todo uno. La estrella más distante y el barro a nuestros pies son parientes; y no es ni decoroso ni juicioso honrar una única cosa o unas pocas cosas y después cerrar la lista. El pino, el leopardo, el río Platte y nosotros mismos: estamos en peligro todos juntos o nos dirigimos hacia un mundo sostenible todos juntos. Somos el destino de los demás".
Poeta sensible y ensayista dotada de una mirada que aúna profundidad y capacidad para transmitir, leer a Mary Oliver es adentrarse en un espacio donde conviven, fecundándose mutuamente, lo orgánico y lo espiritual, lo personal y lo colectivo (a pesar de que la autora dude explícitamente de su identificación como ecologista, duda de la que yo dudo).
Como en su anterior libro, La escritura indómita, incluye poemas propios, aforismos, ensayo, autobiografía, análisis de la poesía de Poe, Frost, Hopkins y Whitman, y observación naturalista. Sobre todo, esto: desde el humilde liquen ("primo querido") hasta los bosques de majestuosos robles negros, no hay nada que se oculte a la mirada encarnada (y encantada) de Mary Oliver.
"Puedes quedarte con las otras palabras: casualidad, suerte, coincidencia, serendipia. Yo me quedo con «gracia». No sé muy bien qué es, pero me la quedo". Yo también me quedo con "gracia": la que experimentas al mirar el mundo, los mundos, con los ojos de Mary Oliver.
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