domingo, 18 de agosto de 2019

Cotolorno y Cueto Palomo

Apenas empezaba a clarear cuando he dejado el coche en el collado de La Corbeñera (1.415 m.) con la intención de adentrarme en el valle de Miranda, subir al Alto de Miranda y al Cotolormo, y regresar pasando por el Cueto Palomo. Las  moles del Espigüete y del Curavacas se dibujan como sombras oscuras. En esta ocasión no subiré a cumbres tan señaladas, pero no hace falta tal cosa para disfrutar de una buena caminata y de paisajes hermosos.




También se recortan como sombras las siluetas de los ciervos.

 
 






Durante la mañana, a medida que el sol ilumine el paisaje, las sombras se transformarán en cuerpos ágiles y esquivos.



 
 


En lugar de entrar en el valle de Miranda por el llano, siguiendo el curso del arroyo, desde el collado he subido al Alto de La Corbeñera (1.453 m.) y he entrado por su vertiente derecha (en dirección a la cabecera del valle). Por esta ruta el paisaje cambia por completo. Se camina por un antiguo cortafuegos cubierto de hierba y matorral, entre esbeltos pinos.









Ya en el valle, hacia su mitad, se aprecian los restos de alguna antigua construcción. En torno a estos restos existe una conocida leyenda que, según algunas fuentes, intersecciona con un posble acontecimiento histórico.

Ya en el fondo del valle, todavía en sombra, sigo el camino hacia las picudas cumbres del Castillín Bajero y el Alto de Miranda.

Rodeando el Castillín, delante está el Alto de Miranda. Si el otro día, cuando fuí al Pico Rebanal, subí por su izquierda, esta vez lo subo por la derecha ya que va a ser esa la dirección que tome para ascencer después al Cotolorno y al Cueto Palomo.
Alto de Miranda (1.707 m.).
Panorámica casi comleta del valle de Miranda.
 
 Al fondo a la derecha, Cueto Palomo, último objetivo del día.
Pero antes paso por el Cotolorno (1.757 m.).

Frente al Cotolorno, el Pico Rebanal.
Y Peña Redonda.
De vuelta a la cresta que, sin pérdida, llega hasta Cueto Palomo.

Panorámica desde el Alto de Miranda

Panorámica, desde el Espigüete hasta el Curavacas.
Siguiendo el camino, un amplio cortafuegos, entre el Alto de Miranda y el Cueto Palomo.




En la base del Cueto Palomo el cortafuego se cruza con la pista que va desde el Santuario del Brezo hasta Miranda, donde funcionó hace años una cantera de mármol. Tras su cierre, aquí han quedado los últimos bloques, como gigantescos terrones de azúcar.


Una última subida hasta el Cueto Palomo.
Por el camino abundan los serbales.


Cumbre de Cueto Palomo (1.866 m.).

Mirada hacia el camino recorrido.
Ahora toca descender hasta el collado de la Corbeñera por un terreno que al principio es una empinada pedrera.

Mirada hacia la cumbre del Cueto Palomo.
Sigo descendiendo. El terreno es ahora más agradable.

Ya casi en el  collado, un último vistazo al picudo Alto de Miranda. En total, el recorrido supone unas 5 horas.
Cueto Palomo desde la pista que une Camporredondo y Triollo. Se aprecia el camino de descenso.

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