Inicio del sendero de Hontanillas.
Hay que remontarlo hasta las praderas tocadas por el sol.
Mirada hacia el camino recorrido.
Atravesando una franja rocosa se llega a la zona alta del valle, donde este se ancha y forma una zona de praderas. Toca subirlas hasta el collado.
En toda esta zona abundan los rebecos. Me cruzo con manadas de hasta 50 miembros, pero no dejan que me aproxime mucho.
Desde el collado por donde corrían los rebecos se divisa Riaño, cubierto por la densa niebla que genera el pantano. Estamos a 2.027 m.
Y tenemos una buena vista de Peñas Malas (derecha) y Pico Murcia (izquierda), nestros objetivos de hoy.
Desde aquí hay que seguir subiendo hasta el collado de San Lorenzo (2.126 m.).
Peñas Malas desde el collado de San Lorenzo.
Impresiona su verticalidad, pero una vez te metes en la roca no es para tanto.
Recorrer la arista de Peñas Malas proporciona una experiencia de auténtica alta montaña.
Pico Murcia desde la cumbre oeste de Peñas Malas (2.282 m.).
Hay que descender hasta el collado de Peñas Caburdas (2.119 m.).
Mirada hacia atrás desde el collado.
Pues nada, un último esfuerzo para llegar hasta la cumbre del Pico Murcia,
Mirada hacia atrás antes de subir: en primer término, Peñas Zahurdias; detrás, Peñas Malas,
Nubes sobre el Curavacax.
Cumbre del Pico Murcia (2.351 m.).
Riaño ya se ha destapado.
Espigüete.
El descenso hacia la cabecera del valle de Valcabe es cómodo y entretenido, siguiendo los contínuos zig-zags del sendero.
Mientras bajamos distinas vistas de Peñas Malas.
Cabecera del valle de Valcabe.
El valle, hacia Cardaño de Arriba.
Pico Murcia, desde Valcabe.
Panorámica del Pico Murcia y Peñas Malas.
Ya solo queda bajar hasta Cardaño acompañado por el saltarín arroyo que forman las aguas que vienen de Valcabe y de las Lomas.
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