domingo, 29 de septiembre de 2013

I´m basque... and a lot of things more

Es vascohablante, pero no sólo vascohablante. Es varón. Y sol­tero sin intención de casarse. Alto, chato. Es heterosexual, y no lo avergüenza reconocer que en sus tiempos de estudiante mantuvo relaciones homosexuales con un amigo íntimo. Dice que le gustan las chicas normales, pero despliega una especial habilidad para ligar con las más sofisticadas. No concede gran importancia al hecho de comer, no es uno de esos refinados gastrónomos. Prefiere la cerveza al vino. Domina tres idiomas, y es capaz de defenderse en otros dos. Su grupo sanguíneo figura en su carné de identidad, pero no recuerda cuál es. Realizó sus primeros estudios en un colegio religioso y en castellano. Es agnóstico. Apenas se relaciona con sus padres: cumple con ellos en las festividades señaladas. Cursó la carrera de psicología, pero trabaja en una empresa de importa­ción. Es un analfabeto absoluto en cuestiones científicas y técnicas. Durante un par de años jugó sumas considerables en la bolsa, y con los beneficios se compró una furgoneta, para practicar el surf en verano y el esquí en invierno. La crisis lo ha disuadido de jugar en la bolsa, y no conserva más que unas cuantas acciones y ciertos seguros. Ideológicamente, es de izquierda moderada, pero su vida cotidiana es idéntica a la de un burgués de derechas. Está pagando una hipoteca. La empresa lo envía a menudo al extranjero, y los aeropuertos le resultan muy familiares. No le gusta la televisión, pasa sus horas libres solitarias en Internet y oyendo música. Su amigo más estable es el ordenador portátil. Es muy aficionado al flamenco y adora a Mayte Martín. El cine de hoy no lo atrae de­masiado, pero sí el clásico. Su voto no es fijo, sino cambiante según la situación. Sabe que la política es necesaria, pero no la sigue, no le gusta. Vive los problemas del País Vasco a veces como un buen ciudadano, a veces con incomodidad, a veces con gran enojo; vive la relación con España a veces como un buen ciudadano, a veces con incomodidad, a veces con gran enojo. Odia la violencia, pero no tanto como para manifestarse en público contra ella. Preocupado por la vertiginosa autodestrucción del mundo, paga la cuota de una organización ecologista, pero no participa en las actividades que ésta organiza. Lee Marca, es hincha del Athletic de Bilbao, se alegra con los triunfos de la selección española. No le gusta el versolarismo, apenas sabe jugar al mus. De niño quisieron que aprendiera a tocar el chistu, y desde entonces odia tanto el instrumento como su penetrante sonido...
Etcétera.
Es vascohablante. Además de vascohablante, es muchas otras cosas más.

Cabe formular lo mismo de otra manera: es vascohablante, pero lo que lo hace único, individuo, es todo lo demás que es además de vascohablante.

Anjel Lertxundi. Vida y otras dudas. Alberdania, Irún 2010, pp. 237-238

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cierto, pero incluso aunque fuese principalmente una de esas cosas, por ejemplo "bebedor de cerveza", no por ello creo que quisiese crear un Estado de cerveceros. Y si lo quiere, creo que resulta una forma bastante pobre de legitimarlo